Rosa Mora. “El arte es la expresión de los más profundos pensamientos por el camino más sencillo”, frase de Albert Einstein que al tallista valverdeño Álvaro Berrocal le gusta aludir para hacer referencia a su trabajo.
La vocación de este joven onubense por el mundo artístico y el modelado de la madera no se despertó de un día para otro. Con tan sólo 16 años Álvaro Berrocal entraba a formar parte de la empresa familiar dedicada al trabajo de la madera para mobiliario y a la fabricación de muebles artesanales. Con anterioridad incluso, y siendo sólo un niño, el tallista nos cuenta cómo le gustaba pasar las horas dando forma a los trozos de madera que su padre le traía de la fábrica.
Siendo ya uno más en la empresa familiar, Álvaro comenzó a dar rienda suelta a su creatividad experimentando con un juego de gubias –instrumentos que ayudan a los carpinteros a dar forma a la madera- que había en el taller, propiedad de un maestro tallista ya jubilado. En este sentido, durante un tiempo compaginó su trabajo como artesano del mueble -sector que continúa siendo uno de los principales pilares económicos de Valverde del Camino- con el aprendizaje de forma autodidacta del tallado de la madera hasta dar forma a molduras de diversos estilos.
El 2011 supuso un antes y un después en la trayectoria del valverdeño. Como consecuencia de la crisis, la empresa familiar se vio obligada a cerrar, considerando entonces Álvaro Berrocal que era el momento de lanzarse a conquistar su sueño: la creación de su propio taller de talla en madera. Sus manos han labrado importantes proyectos, muchos de ellos relacionados con el arte sacro. Huelva Buenas Noticias ha conversado con el tallista valverdeño para conocer su trayectoria.
– Cuéntanos, ¿Cómo fueron tus inicios?
– Mi inicio en el mundo de la talla digamos que fue difícil. El hecho de ser autodidacta hace aún mucho más difícil encontrar oportunidades de trabajo con las que aprender y coger destreza con las gubias. En este mundo premia mucho el haber tenido maestro o ser discípulo o aprendiz de algún tallista.
– ¿En qué momento te decides a montar tu propio taller?
– Debido a la crisis por la que pasa el país, cerró la carpintería familiar en la que comencé a trabajar con 16 años. En ese momento, comencé a buscarme la vida por otro camino, pero eso sí, siempre sin dejar a un lado el trabajo de la madera y esta vez enfocado plenamente al mundo artístico.
– Tus años en la empresa familiar digamos que han sido decisivos en tu formación, ¿No es así?
– Por supuesto, la base en el trabajo de la madera que he adquirido de grandes maestros carpinteros me ha sido imprescindible. Complementar esto con mis conocimientos en la talla me ha hecho ser totalmente independiente para llevar a cabo un proyecto de principio a fin.
– ¿Algún tallista de referencia?
– Al ser autodidacta, para mí han sido referencia muchos maestros, de ellos he aprendido viendo fotografías de sus trabajos a través de internet, pero si tuviera que decir un nombre, sin duda sería ‘Manuel Guzmán Bejarano’.
– ¿Qué tipo de trabajos realizas?
– La mayor demanda en mi taller es el mundo del arte sacro, en la que realizo desde pasos, alteres, retablos…
– ¿Proyectos más importantes realizados hasta el momento?
– Para mí importantes son todos, pero quizás destacaría los trabajos para la Hermandad de la Sagrada Cena de Sevilla, en la que realicé la restauración del paso del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, la Cruz de Guía y las jarras para el paso de misterio, permitieron abrirme un gran camino en la capital. Después de estos trabajos, tallé la custodia de la Hermandad Sacramental de San Ildefonso y la cartela para el alto relieve de la Virgen de los Mareantes realizado por la escultora Lourdes Hernández Peña para el retablo del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana (Sevilla).
– ¿Qué habilidades consideras importantes para ser un buen tallista?
– Primeramente, tener una buena base de dibujo, eso es imprescindible para poder desarrollar los distintos tipos de talla. En segundo lugar, poner el corazón en cada uno de los proyectos en los que se trabaje, independientemente de quien sea el cliente.
– Muchas horas de dedicación a cada proyecto, ¿Cree que está suficientemente valorado el trabajo artesanal?
– Quizás no lo esté, pero creo que es debido a el desconocimiento de mucha gente sobre los métodos de elaboración de estos trabajos, es por ello que terminan optando por la opción más económica que seguirá siendo el trabajo industrial.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Seguir trabajando para Hermandades importantes, ya que será señal de trabajo bien hecho.
– ¿Algún sueño que cumplir?
– Poder crear mi propia escuela donde compartir con todos aquellos que lo deseen, mis conocimientos en el mundo de la talla.