Rosa Mora. Jamás negaría de donde viene, pero es que evitarlo le resultaría casi imposible. Las olas, el mar, las dunas, las caracolas así como otros elementos que caracterizan a su Punta Umbría natal adquieren una relevancia vital en la obra del artista Antonio Cazorla. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, el onubense comenzó a pintar al óleo a los diez años de edad. Y con el paso del tiempo, lo que comenzó como una afición se transformó en su pasión, y ésta en una carrera profesional que le ha reportado un gran número de satisfacciones, entre ellas el ser nombrado Hijo Predilecto de Punta Umbría en el año 2013.
En el plano laboral, este artista -que se encuadra dentro la corriente realista de la pintura- señala su estancia en Reino Unido y la posibilidad de trabajar con la Albermarle Gallery de Londres como un antes y un después en su carrera profesional. Al mismo tiempo, recuerda emocionado la exposición individual que presentó en Nueva York, una colección donde los paisajes de nuestra costa traspasaron fronteras hasta llegar a ‘la ciudad que nunca duerme’. Precisamente este 2017 es posible que vuelva con un nuevo proyecto a la ciudad americana, el cual está aún pendiente de confirmación.
La que sí es segura es la inauguración de su próxima exposición en la Sala Siglo XXI del Museo Provincial de Huelva. Tras más de dos décadas, el artista regresa a la capital onubense con una muestra individual que podrá visitarse desde el próximo 17 de noviembre. Una fecha que Antonio Cazorla aguarda con unas ganas inmensas. Así lo expresa en una entrevista que ha concedido a este medio, en la que repasamos además su perfil y trayectoria artística.
– Hablemos de sus comienzos, ¿cuándo empieza a interesarse por el mundo del arte?
– Casi no lo recuerdo porque era un niño. Estas cosas normalmente ocurren de forma natural. Dibujaba constantemente y tenía una destacada destreza comparada con otros niños. Mis orígenes fueron humildes, pero a pesar de esto mis padres me apoyaron desde un principio. Mi determinación y esfuerzo hicieron el resto. Pintaba al óleo desde los diez años y compaginaba estudios y exposiciones, prácticamente cada verano. La venta de aquellos cuadros hacía más viable la posibilidad de continuar con mis estudios.
– ¿Alguna influencia cercana que le hiciera querer conocer los entresijos de la pintura?
– Mis primeros pasos en la pintura los di de la mano de Tomás Cordero, pintor puntaumbrieño, y tuve influencias de otros artistas de la provincia como Domingo Delgado o Manuel Parreño. Más adelante descubrí la obra de otros grandes pintores como Eduardo Naranjo, Cristóbal Toral o Claudio Bravo.
– Hay quien prefiere no ‘etiquetarse’ pero, ¿Cómo definiría su estilo?
– No me siento incómodo porque me etiqueten dentro de un estilo. A veces incluyen mi pintura dentro del Hiperrealismo, otras la consideran simplemente Realista o incluso dentro del Realismo Mágico. Lo cierto es que me interesa la realidad y disfruto con las sensaciones que experimento basándome en ella para realizar mis cuadros. Se me puede incluir dentro de cualquiera de estas tendencias. En cualquier caso considero que el arte, como dijo Chillida, debe resultar de la suma de una dosis de construcción y otra de poesía.
– ¿Cree que su obra ha evolucionado con el paso de los años?
– Sí, considero que ha evolucionado tanto técnica como conceptualmente, aunque siempre dentro de la figuración y el realismo. Poco a poco he ido abandonando algunos conceptos estéticos clásicos para darle a mi obra un sentido más personal y contemporáneo. Las influencias de otros artistas, las experiencias vividas y mi carácter autocrítico y perfeccionista han marcado mi trayectoria profesional y se reflejan en esa evolución.
– Y en cuánto a técnicas, ¿Con cuáles se siente más cómodo?
– Evidentemente el óleo es mi técnica favorita, ya que en ella he expresado casi el cien por cien de mis obras. Aunque también dibujo con grafito y he probado otras como la acuarela o el acrílico, el óleo es la que más se adapta a mi proceso pictórico.
– ¿Qué le inspira a crear?
– Me inspira la belleza, y la encuentro en las personas, los paisajes o en las formas de los objetos, y me atrae idealizar de algún modo todas estas cosas. Normalmente trabajo desde fotografías, pero procuro eliminar esa frialdad y «objetividad» con la que la fotografía resume todo, y enriquecerla con las sensaciones que me transmite la realidad. Entiendo que mis pinturas para muchos sean vistas casi como fotografías, pero me motiva especialmente que sean algo más que eso, y lleguen a la esencia de las cosas.
– ¿Qué papel ha jugado su pueblo, Punta Umbría, en su trabajo?
– El lugar donde uno nace, pasa la infancia y adolescencia le marca de por vida. Yo he vivido veinte años fuera de mi pueblo, en Valverde del Camino, en Sevilla y en Inglaterra. Pero siempre he tenido una vinculación familiar y emocional, por lo que pasado el tiempo he vuelto a Punta Umbría. De algún modo mis orígenes siempre han estado reflejados en mi obra, ya sea mediante sus paisajes de dunas, las composiciones de caracolas o simplemente su luz tan especial.
– Se lo habrán preguntado con frecuencia, ¿Se siente profeta en su tierra?
– Me siento así cuando veo la admiración que despierta mi trabajo en la gente, y estoy muy agradecido por ello. Además, fui nombrado Hijo Predilecto de Punta Umbría. Pero hay barreras aparentemente infranqueables a nivel nacional que también existen a nivel local/provincial: el respeto en ciertos sectores del llamado arte contemporáneo. Y no me refiero a otros artistas, con los que me llevo muy bien, sino a personas que orbitan alrededor del arte y tienen capacidad de decisión para considerar quién sí y quién no entra en determinadas convocatorias o proyectos. Yo sé que no es nada personal, sino que tiene que ver con el hecho de pintar de manera realista, y esto no les encaja dentro de la «contemporaneidad». Pero sinceramente, es algo que cada vez me preocupa menos.
– Sus obras han sido expuestas en numerosos y variados espacios de todo el mundo, ¿Qué exposiciones destacarías?
– Sin duda mi estancia en Inglaterra y trabajar con la Albemarle Gallery de Londres supuso un gran salto profesional. Por tanto destacaría la primera, en 2004, de las tres exposiciones individuales que realicé con ellos por lo que suponía para mí. Pero también destacaría la individual celebrada en la Bernarducci Meisel Gallery en 2014, no solo por ser en Nueva York, sino porque presenté una colección cuya temática giraba en torno a los paisajes de playa y dunas de Punta Umbría y algunas composiciones de caracolas, llevando de este modo la brisa y el mar de mi tierra a la ciudad de los rascacielos.
– A lo largo de su trayectoria ha recibido además algunos reconocimientos ¿el más especial?
– Por supuesto fue un gran honor ser nombrado Hijo Predilecto de Punta Umbría en el año 2013, coincidiendo con la ceremonia del 50 Aniversario de su independencia de Cartaya, y me siento muy orgulloso por ello.
– ¿En qué proyectos se encuentra en estos momentos trabajando?
– El proyecto más inmediato será en Huelva, y era un proyecto esperado ya que después de 22 años de mi última muestra individual en la capital inauguraré exposición el próximo 17 de noviembre. Se podrá visitar hasta el 15 de enero de 2017 en el Museo de Huelva. Reconozco que estoy bastante ilusionado con esta vuelta a mi tierra después de tantos años. Por otro lado, es una posible que vuelva a Estados Unidos para llevar una segunda muestra individual con mi galería de Nueva York, pero eso aún está por definir.
– ¿Cuáles son sus aspiraciones?
– En principio mis aspiraciones pasan por ser las mismas de la mayoría, poder dedicarme a lo que me gusta durante muchos años. A partir de esto pretendo seguir evolucionando como artista y proponerme nuevos retos profesionales. A donde llegue dependerá de muchos factores, pero no me faltará disciplina, esfuerzo y honestidad en el camino.
– ¿Le importan los juicios externos que puedan hacer a su obra?
– Hace algún tiempo sí me preocupaba, pero con los años te das cuenta de que no puedes gustar a todo el mundo. Soy consciente de que mi estilo de pintura resulta muy popular y gusta a muchas personas, pero también lo soy de que no puedo gustar a todos y lo acepto sin más. Me basta con que al menos perciban la honestidad con la que trabajo.
– ¿Puede vivir del arte?
– Desde hace unos años casi todos estamos pasando dificultades. La crisis ha afectado a todos los sectores, y al mundo del arte también. Han cerrado muchas galerías y las que siguen abiertas sobreviven con dificultad. No estoy seguro de que haya que culpar solo a la crisis, sino que también ha cambiado la forma en que los clientes se relacionan con los artistas. Internet y las redes sociales lo están cambiando todo. Solo me dedico al arte, bien sea mediante mi faceta creativa o como docente, en mis clases de Punta Umbría y Sevilla, y los cursos intensivos que imparto de vez en cuando. Afortunadamente puedo decir que vivo del arte, aunque siempre acompañado de la incertidumbre de un mundo muy difícil.
– ¿Algún sueño que cumplir?
– En general me siento muy afortunado, y como artista ya he conseguido más de lo que podía imaginar cuando era un niño, aunque no dejo de ilusionarme cuando tengo un nuevo proyecto. Siempre hay sueños y metas por alcanzar, pero me bastaría con poder seguir dedicándome a la pintura muchos años más y alcanzar el reconocimiento que merezca.
– Muchas gracias.