Carmen Ropero. José Luis Mora es médico natural de Huelva, aunque reside en Don Benito (Badajoz) desde mayo de 2006 por motivos laborales. Su pasión por la escritura y la literatura la hereda de su padre, José Luis Mora Ortega, al que siempre recuerda con folio y lápiz en mano plasmando sus sentimientos.
El pasado mes de julio termina de editar su primer poemario, Del vientre a la cuna y se pone a la venta el 3 de agosto, “haciéndolo coincidir con este día tan importante para Huelva”, apunta. Inicialmente se comercializa en las localidades pacenses de Don Benito y Villanueva de la Serena. Dos semanas más tarde se pone a la venta en Huelva y finalmente, en el mes de septiembre, en las localidades de Sevilla y Badajoz.
Actualmente, Del vientre a la cuna está a la venta en más de 250 librerías del grupo Azeta, distribuidas por toda España. Además, se puede adquirir en plataformas digitales y se encuentra entre los 30 poemarios más vendidos de Amazon. El éxito de “Del vientre a la cuna” es tal, que la primera edición está casi agotada, a punto de salir a la venta la segunda. De hecho, más de 100 lectores han compartido en redes sociales fotografías con el libro de forma totalmente desinteresada.
La publicación de este libro ha sido posible gracias a la editorial Círculo Rojo, la cual José Luis califica como “la mejor editorial de autoedición de España, gracias a la cual escritores desconocidos podemos darnos a conocer”.
El libro fue presentado el 15 de septiembre en el Museo Etnográfico de Don Benito, ante 200 asistentes, siendo el evento literario de más alcance en esta localidad. El pasado 5 de octubre fue presentado en el salón de actos del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Huelva, consiguiendo llenar su aforo, lo cual solo se ha alcanzado en otras cuatro ocasiones. Además, en los próximos meses el libro será presentado en Badajoz, Villanueva de la Serena, Sevilla y Madrid.
En Huelva, Del vientre a la cuna se puede adquirir en la librería Welba, librería Saltés y librería Cronub@, punto de venta exclusivo para escritores onubenses.
-¿Cuándo y por qué surge la idea de crear este libro?
-Desde muy pequeño me ha gustado escribir. Es una necesidad, mi forma de expresarme en plenitud. Recientemente he sido padre de mi primer hijo y durante la gestación fueron muchos los poemas que escribí. Algunos de ellos fueron publicados en las redes sociales y para mi sorpresa rápidamente se convirtieron en viral. Pude ver en ese momento que esos poemas no podían quedar guardados en la carpeta de mis recuerdos, como habitualmente hago, y me ilusioné con la posibilidad de realizar un poemario, un cuaderno de emociones donde el lector pudiera verse reflejado.
-¿De dónde nace la inspiración?
-La inspiración hoy tiene ocho meses y se llama Diego, mi hijo. A él le dedico este libro y se lo entrego como legado. En mi vida tengo como referente a mi padre, José Luis Mora Ortega, conocido en Huelva como San Martín de Porres. De él heredé el amor por la medicina y por la escritura a partes iguales. Siempre le recuerdo con un folio y un lápiz, dando rienda suelta a sus sentimientos y, sin duda, esa fue la fuente donde bebió mi prosa, esa fue la teta que amamantó mis versos.
-¿El recuerdo de Huelva te ayudó o inspiró en el proceso de redacción?
-Huelva impregna cada poro de mi piel, en mis escritos hay continuas referencias a mi tierra. El poema XVIII se titula “Tus ojos como la ría” y en él se dice: “[…] Tus ojos como la ría,/del mar sacaron pureza,/con tu sonrisa me arroparía,/dejando atrás la tristeza.[…]” Mi pluma ha respirado en el muelle del Tinto, ha suspirado ante la Virgen de la Cinta, ha pregonado a mi Cristo del Calvario y se ha enamorado en la marisma huelvana. Huelva me sale sola y se esconde en esos versos no escritos que encierran todos los poemas.
-¿Qué encontrará el lector en Del vientre a la cuna?
-Un racimo de sentimientos, un manojo de verdades. Rindo pleitesía a la maternidad y le canto desde la mirada de un padre entregado a la crianza. Encontrará los miedos, incertidumbres y alegrías que rodean la gestación y el nacimiento de un hijo.
-¿Crees que en estos tiempos, la vocación por la lectura de este género literario se está perdiendo?
-El premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, dijo que “la poesía es el género literario supremo”. La vocación por la lectura se está perdiendo en general y, es curioso que esto suceda en un momento actual donde hay una oferta literaria tan amplia. Siempre he dicho que un poema encierra en sí mismo una historia, con su entrada, cuerpo y desenlace, todo en unos pocos versos. Un poema hay que recitarlo y releerlo, disfrutarlo y saber extraer de él todo lo que el escritor ha querido plasmar. En mi caso recomiendo que mi libro se convierta en un libro de cabecera, de mesilla de noche, para leer no más de un par de poemas y que ellos decoren el duermevelas que te introduzca en la madrugada.
-Hablando un poco de ti, ¿qué le lleva a un médico a escribir un poemario?
-Decía un médico del siglo XIX, llamado José de Letamendi, que “un médico que sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe”. Es fundamental conocer los dones, las virtudes que cada uno tiene y ponerlas al servicio de los demás. En mi caso, mi prosa y mis poemas marcan el guión de mi vida y mi vida se escribe día a día.
-¿Dirías que existe alguna relación entre la poesía y la medicina?
-El nexo de unión, sin duda alguna, son los sentimientos. La poesía es el género literario donde los sentimientos cobran vida en cada palabra de un verso o en una prosa. La medicina es el arte de sanar cuerpo, mente o alma, empatizando con los sentimientos del paciente y su familia. Antes era muy frecuente la figura del médico humanista, que ahora, lamentablemente es más inusual. Yo apuesto por volver a esa figura del médico de antaño. Los avances en la ciencia y la tecnificación del diagnóstico, con las pruebas complementarias, están alejando al médico de la cercanía al paciente. Hay poesía en cada palabra de aliento ante una enfermedad, en cada mano agarrada mientras miras a los ojos del doliente. Hay poesía en los últimos momentos, cuando sólo podemos paliar.
-Desde tu estancia en Don Benito, ¿qué es lo que más añoras de Huelva?
-Mentiría si no digo que lo que más añoro es la familia y los amigos. No poder disfrutar más a menudo del calor de los míos es lo que peor llevo. Cuando uno tiene Huelva tan adentro, es difícil no añorarla. Mis paseos por la ría, los atardeceres rojos que se ven desde el Conquero, sentarme en una duna de la playa de El Portil y quedarme embobado con el vuelo de una gaviota, la gamba en El Rompido apoyado en una humilde barquita, …
-¿Cómo han acogido los lectores el libro?
-La acogida del libro ha sido fantástica, aún no salgo de mi asombro. Las críticas han sido preciosas. Un libro que ha gustado a todos los públicos, madres, padres, abuelos, niños… Un poemario para todas las edades, porque todos somos hijos y “Del vientre a la cuna”, está escrito a mi hijo.
-¿Cómo ves el futuro?
-El futuro lo miro siempre con la ilusión de quién sabe que lo mejor está siempre por llegar y hay que pelear por ello. Lo veo junto a mi hijo y mi esposa, compartiendo el camino de la vida.
-¿Tendremos la oportunidad de leer más poemas de José Luis Mora?
-Seguro que sí. Mi torpe y dubitativa mano no deja de plasmar sentimientos en la pálida desnudez del folio en blanco. Hay muchos proyectos muy bonitos para un futuro cercano, pero me voy a permitir no adelantar nada y que la vida siga su ritmo y que todo llegue a su debido tiempo.
-Muchas gracias por todo, ¿desearía finalizar con algunas palabras?
-Gracias a vosotros por darme la oportunidad de dar a conocer “Del vientre a la cuna” y de acercarme una vez más a Huelva, en una entrevista tan bonita.
