Redacción. La conferencia ‘Punta Umbría, de poblado a pueblo: su nacimiento, crecimiento, ordenación y riqueza. Estrategias para proyectar la ciudad futura’ congregó a un numeroso público en el Centro Cultural, para descubrir la transformación del territorio puntaumbrieño a lo largo de la historia, gracias a las aportaciones de Fernando Barranco Molina, ingeniero técnico del Ayuntamiento local y profesor de la Universidad de Huelva, así como a Alberto Toscano González, arquitecto de la Sociedad Municipal del Suelo.
En palabras de Barranco, “cada vez que se habla de Punta Umbría, incluso en las enciclopedias, se empieza nombrando a los ingleses”. Pero mucho antes ya este asentamiento tenía historia, puesto que “en la Edad de Piedra había un asentamiento en La Norieta”. Tal y como indicó Barranco, “simplemente paseando por el campo en esta zona, te das cuenta de que hay piedras talladas por el hombre que se amoldan a la mano y tienen la forma de cuchillos”. De hecho, llevó muestras de este tipo a la charla.
Como argumentó, antes la lengua de arena de Punta Umbría era agua. Por tanto, “los puntaumbrieños de entonces, o los ‘umbrieños’, porque no existía punta, vivían allí”. Un arqueólogo de Huelva, José María García Rincón, habla de ello en un libro, en el que profundiza sobre el Paleolítico Inferior en la carretera de Huelva a Punta Umbría.
Tras este periodo, relató la época de Tartessos, “puesto que una de las teorías lo sitúa aquí”. Un catedrático de la Universidad de Valladolid, Federico Wattenberg, lo aseguraba pero, “lo que sí es cierto es que se encontraba entre el Cabo de San Vicente y el Golfo de Cádiz”. Después, en la época romana Punta Umbría tuvo mucho que decir en el mundo, como lo demostró la conferencia de Juan Campos hace unos días, en este programa conmemorativo del 50 Aniversario.
Ya en la época árabe, la isla de Saltés fue muy importante, dada la existencia de un reino taifa en Huelva-Saltés con el rey Al-Bakri. Como manifestó Barranco, “todavía cuando vamos en la canoa y pasamos por el canal del burrillo para coger el del burro, a la derecha vemos unos promontorios que son el alcázar, donde vivía Al-Bakri”. En este apartado tuvo un emotivo recuerdo para la arqueóloga cántabra Juana Bedia, que fue durante años directora del Museo de Huelva, “porque fue ella quien dio a conocer Saltés”.
De este pasaje se fue a 1614 y la Torre Umbría, alrededor de la que había un poblado pesquero. Y de ahí a Don Guillermo Sundheim, “a quien Punta Umbría debe mucho porque fue él quien trajo a los ingleses”. Dibujó la Punta Umbría de entonces, en la que el poblado inglés estaba separado del poblado de los locales, con casetas-chabolas de techo de brezo.
Finalizó su intervención con fotografías de la calle Ancha de arena con los patios, de la Avenida de Andalucía sin urbanizar, el Calé y las tres marías, entre otras.
Alberto Toscano se centró, seguidamente en las principales construcciones incluidas en el Catálogo Municipal de Edificios Protegidos, haciendo mención especial a la Torre Almenara, las iglesias del Carmen y de Lourdes, el muelle de las canoas y el antiguo Ayuntamiento, así como a una tipología de viviendas locales, como ejemplo de arquitectura residencial, que fue apareciendo desde finales del siglo XIX y durante el siglo XX y que destaca por su mimetismo en los prototipos ingleses.
En relación a la arquitectura religiosa, destacó la iglesia del Carmen de Miguel Fisac. De arquitectura civil, resaltó el muelle de las canoas “no por su riqueza arquitectónica sino por lo que representa en la localidad. Todo lo que entraba en Punta Umbría lo hacía por allí, también por la canoa y a procesión de la Virgen del Carmen”. La construcción es de principios de los años 20, como muelle embarcadero en forma de T y su parte superior es a la vez espacio público.
No obstante, dijo que “lo más destacado de la arquitectura de Punta Umbría es la presencia inglesa”. De ella “ha quedado un aire en muchas casas de veraneo, con tablillas de madera, veranda para proteger del sol y edificios sobre pilotes”.
Sugirió la creación de un catálogo de viviendas al aire libre, como un “museo de piezas arquitectónicas que puede ponerse en valor”. De este modo, de podría hacer un recorrido guiado que partiera del museo de los ingleses, siguiera por la Avenida del Océano, la calle Cerrito, el Paseo Almirante Pérez de Guzmán… “con datos sobre la distribución, siglo de construcción, o las características arquitectónicas, entre otros aspectos”.
De las imágenes futuras de Punta Umbría, al margen del entramado urbano, afirmó que “deben ponerse en valor sus recursos naturales. Sobre todo el contacto con las láminas de agua: de la playa y de la Ría”.De ahí que proyectara en la playa urbana una senda dunar, “parecida al ejemplo que tenemos en Portimao, que está integrada en el paisaje”. Este entramado conectaría con la Ría, con el espigón como elemento protagonista para recorrerlo hasta su punta, incluso iluminado por la noche.
Como reflexión final apuntó Toscano que “ en 50 años hemos avanzado muchísimo. De poblado pasamos a pueblo, y ahora esperamos celebrar el 75 o 100 aniversario hablando de cómo nos convertirnos en una gran ciudad”.