HBN. La empresa MATSA, Minas de Aguas Teñidas, S.A.U., se ha convertido en todo un modelo cuando se habla de la minería del siglo XXI, basada en un desarrollo responsable y sostenible, de ahí que el respeto por el medio ambiente sea una de las grandes prioridades en su gestión. Una filosofía que cuenta con la implicación de toda la compañía desde sus inicios, sin olvidar las campañas de sensibilización a la hora de respetar y cuidar el entorno.
Con este planteamiento, el uso que se realiza de los recursos naturales juega un papel protagonista. Consciente de ello, MATSA realiza una rigurosa medición, seguimiento y estricto control de uno de los bienes de la naturaleza más apreciados: el agua. Y es que, entre las prioridades de la empresa, se encuentra el llevar a cabo una gestión eficiente de la cantidad y calidad de los recursos hídricos de la zona, tratando siempre de minimizar el consumo de agua mediante la reutilización del agua de proceso y la sensibilización de todo el personal que trabaja en las instalaciones con respecto a este recurso.
Así lo pone de manifiesto Juan Romero, director de Servicios Generales de MATSA, que asegura a Huelva Buenas Noticias, que “el objetivo es ser autosuficientes con el agua que se maneja en los distintos procesos, de ahí que la máxima de la empresa sea que el consumo de agua del exterior debe ser el mínimo. En este aspecto, MATSA cuenta con “concesiones de agua fresca autorizadas por la Administración” que, desde MATSA, señala Juan Romero, “intentamos que sea la mínima posible dado que se trata de un recurso escaso”.
“Dentro de nuestras instalaciones aseguramos en todo momento que la calidad de agua para vertido se encuentra dentro de los parámetros establecidos por la Junta de Andalucía. No se realiza ninguna descarga de agua si no se cumplen los requisitos”, señala Romero.
En general, el tratamiento de aguas en el sector minero es un tema complejo debido a la dificultad que conlleva el tratamiento de los metales y a las altas exigencias en los parámetros de vertido. Esto es debido a que hay que ser muy respetuosos con el entorno, una cuestión que tiene muy en cuenta MATSA. Prueba de ello, es el hecho de que la empresa cuenta con plantas de tratamiento propias del siglo XXI. Tal y como asegura el director de Servicios Generales de MATSA, “la alta tecnología utilizada en estas plantas permite manejar las aguas desde un sistema de control dotado con tecnología punta”.
A todo ello se une una nueva planta que está funcionando desde hace un año y medio, que se dirige mediante un novedoso sistema, puntero a nivel mundial, basado en la etringita. A través de esta técnica se eliminan los sulfatos y todos los metales del agua, lo que permite obtener una gran calidad dentro de los parámetros establecidos por la Administración. No podemos olvidar que la compañía “está continuamente estudiando posibles innovaciones que pueda introducir en su proceso para ser más eficiente pero también más rentable”, puntualiza el director de Servicios.
Hay que tener en cuenta que MATSA suele manejar dos tipos de agua. Por una parte, el agua propia de la mina que surge al profundizar en las labores de minado. Esta agua con contenido en lodo es sometida a tratamiento antes de su reutilización. Por otra parte, se encuentran las aguas industriales, utilizadas en el proceso de flotación para el tratamiento de mineral dentro de la planta. Estas aguas, una vez tratadas son devueltas al proceso de la planta en unas calidades óptimas. Todo ello con la prioridad de hacer un uso más sostenible del agua.
MATSA aplica un modelo que ofrece múltiples ventajas, dejando atrás la industria minera de hace unos años, cuando era habitual hacer un uso excesivo del agua fresca. Hoy en día se ha dado, por tanto, un paso muy importante en este aspecto, así como en el tratamiento que se efectúa. En general, para Juan Romero, “la minería actual se ha renovado de forma que ésta no es posible sino es respetuosa con el medio ambiente. Hace unos años los parámetros de vertido no eran tan exigentes y el consumo de agua fresca era mayor sin buscar procesos encaminados a la reutilización del agua. Ahora se ha producido un cambio radical para que el consumo sea el mínimo”..
Por todo ello, según afirma, “nuestro objetivo es maximizar nuestros recursos para autogestionar nuestras aguas. Es cierto que es una finalidad que no se consigue completamente, porque necesitamos agua para el consumo humano, pero se intenta utilizar el mínimo de agua fresca indispensable. Después, como segundo objetivo, pretendemos mantener la calidad del agua a través de nuestros tratamientos para que ni el medio ambiente ni nuestros procesos no se vean afectados”.
Siendo así, a modo de conclusión, Juan Romero asegura que “MATSA está a la vanguardia minera, como lo demuestra el hecho de que la tecnología que utilizamos ha sido puesta de ejemplo en congresos internacionales. No en vano, nuestros tratamientos han supuesto un paso adelante. Podemos estar seguros que en el mundo hay muy pocas industrias que manejen este tipo de tecnología y, sobre todo, en el sector minero, donde MATSA está la cabeza”.