Ana Rodríguez. Imagínense pasar unos días de vacaciones en Nueva York y que, al pasear por su famosa 5th Avenida encuentren un escaparate plenamente andaluz, con sillas y mesas propias de la Feria de Abril sevillana o de alguna taberna flamenca del sur de España. Miramos el nombre de la tienda: Dolce & Gabbana. ¡No puede ser! Pues sí, sí que es, y para mayor sorpresa ese atrezo ha sido realizado en la provincia de Huelva, en un pequeño taller del municipio de Galaroza que regenta el onubense Manuel Jesús Valle Díaz, artífice de este sueño andaluz en tierras neoyorquinas.
Su fama de Maestro Artesano, distinción que le concedió la Junta de Andalucía en 2012, es la causante de que le lleguen encargos de los rincones más remotos del planeta: Puerto Rico, Venezuela, Japón, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Portugal, Austria… son algunos de los países a los que ha exportado sus diseños. «La mayoría de los clientes lejanos nos han conocido gracias a nuestra web, a las redes sociales y a nuestros distribuidores en los distintos países», explica Manuel Jesús.
Sillas, sillones, balancines, sofás y mesas son los muebles que fabrican en ‘Sillas Hermanos Valle’, objetos que en varias ocasiones han sido encargados para decorar el escenario de la Ópera de Viena, para las obras Carmen, La Sílfide y Romero y Julieta. En la pequeña y gran pantalla también han tenido su protagonismo estas piezas de artesanía, que han aparecido en películas como Ocho apellidos vascos o series como Allí abajo, a fin de crear, gracias a su personal estilo, una determinada ambientación.
Pero al margen del cine, la televisión o de grandes firmas del renombre de Dolce & Gabbana -que también exhibió estos muebles en los escaparates de sus centros de Milán, Florencia y otras ciudades-, en el día a día existen numerosos colectivos que demandan estas obras de arte que salen de las manos de Manuel Jesús Valle. Así, como él mismo destaca, «hemos fabricado mucho para toreros y actualmente lo hacemos para clientes particulares y negocios de restauración y hostelería. Por ejemplo, el mobiliario de muchos bares sevillanos está fabricado por nosotros. También nos las piden para ferias andaluzas, como la de Abril, programas de televisión (Televisión Española, Canal Sur), ferias de artesanía y para los Días Europeos de la Artesanía, que se celebra todos los años a primeros de abril».
Pero, ¿qué tienen estos muebles para ser tan demandados? Lo primero es que se hacen de una manera completamente tradicional, un método de trabajo heredado de padres a hijos durante cuatro generaciones. Y es que estamos ante un antiguo negocio familiar dedicado a la madera, que hunde sus raíces a finales de los años 40. Fue entonces cuando el bisabuelo de Manuel Jesús abrió esta empresa en Galaroza a la que dieron continuidad su abuelo y su padre.
Él creció en el taller, viendo desde pequeño cómo se fabricaban sillas y mesas, de hecho sus juguetes, como bien recuerda, era tacos, es decir, trozos de madera sobrantes con los que el cachonero se entretenía. Con 16 años, Valle Díaz entró a trabajar en el negocio familiar, aunque antes su interés por la tecnología lo llevó a estudiar FP en la especialidad de electricidad, una formación que luego le ha venido muy bien, reconoce, para el mantenimiento de las máquinas.
Aunque antaño la empresa familiar llegó a tener hasta una veintena de empleados entre unos oficios y otros, ahora es Manuel Jesús solo quien saca adelante la fábrica. Un negocio, una saga, que es muy probable termine con él, ya que sus hermanos, primos e hijos han caminado por otros derroteros, no siguiendo ninguno de ellos la senda iniciada por el bisabuelo de la familia hace más de tres cuartos de siglo.
Pero puede que aún el onubense esté a tiempo de transmitir su saber a otros para que esta manera tradicional de trabajar la madera no se pierda. En este sentido, el artesano pone de relieve la importancia de los materiales a utilizar. En su caso, la madera que emplea es principalmente de pino, aunque a veces y para algunas partes de los muebles utiliza también madera de chopo, incluso «por encargo hemos llegado a trabajar con haya y castaño», afirma.
Otro de los materiales imprescindibles en su taller es la enea natural segada de las orillas del río Guadalquivir, una fibra natural que, una vez seca, se trenza para dar forma a los asientos de las sillas. Y es que una de las especialidades de este negocio de Galaroza son las típicas sillas de enea, piezas muy tradicionales por su aspecto y manejabilidad que han estado presentes desde siempre en hogares y negocios de toda Andalucía. En este sentido, la clave para hacer una buena silla, según el maestro onubense, es «utilizar buena madera, ajustar bien las espigas y montarla bien para que quede perfectamente cuadrada».
Manuel Jesús acostumbra a trabajar en serie, para organizarse mejor y obtener mayor rendimiento. La manera de elaborar mesas y sillas no ha variado con el tiempo, sólo en los años 70-80 del siglo XX la introducción de los tornos copiadores supuso una pequeña revolución en el sector al permitir a los artesanos aumentar su volumen de producción de manera considerable. El resto del proceso se sigue haciendo de modo tradicional pues, como afirma el cachonero, «es el único modo de hacerlo, no se conoce maquinaria para sustituir los procesos actuales«.
Por otro lado, la trayectoria de Manuel Jesús tuvo un punto culminante en 2012, cuando le concedieron la carta de Maestro Artesano, una distinción que le hizo sentirse «reconocido por primera vez y me enorgullece pertenecer a un grupo, para mí, tan selecto, viendo el nivel de los profesionales que lo componen, muchos de ellos verdaderos artistas en sus distintos oficios», asegura el cachonero.
Finalmente, cabe destacar que, a pesar de la variedad de piezas, la silla siempre ha sido la estrella del taller de los hermanos Valle, un objeto cuya demanda actualmente se orienta más al ámbito del turismo rural, aunque tradicionalmente se destinaba a las casetas de las ferias.
Piezas que son bellas obras de arte: monocromados, en el tono natural de la madera o pintados de vivos colores y con dibujos de flores o cenefas. Un objeto que se convierte en una seña de identidad, en la representación de toda una cultura, la andaluza, que este onubense ha logrado difundir por todo el mundo. Esperemos que la saga artesana de la que Manuel Jesús es heredero encuentre quien la perpetúe y siga con la labor de llevar la artesanía de Galaroza a escaparates y escenarios de todo el mundo.