Zorros, barrigaverdes, mohínos o cabezateja… el origen de los gentilicios más burlescos de la geografía onubense

Dime de dónde eres y te diré tu gentilicio. / Foto: Youtube
Dime de dónde eres y te diré tu gentilicio. / Foto: Youtube
Dime de dónde eres y te diré tu gentilicio. / Foto: Youtube

Ana Rodríguez. Una de las preguntas más comunes a la que nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana -cuando conocemos a alguien, hacemos una entrevista de trabajo o empezamos en un lugar nuevo, por ejemplo- es ‘¿de dónde eres?’. Una manera de responder a la misma es empleando nuestro gentilicio, es decir, el sustantivo o adjetivo que indica la relación de una persona con su lugar geográfico de procedencia. Así, alguien de Rosal de la Frontera diría que es rosaleño, un vecino de Trigueros, triguereño o alguien de Isla Cristina, isleño.

El reto recorrerá cinco comarcas de la provincia de Huelva. / Foto: www.zonu.com
Repasamos el origen de los gentilicios onubenses. / Foto: www.zonu.com

Estos son algunos de los gentilicios de la provincia de Huelva, palabras que se asemejan en su mayoría al nombre de la propia localidad (topónimo) a la que se refieren… pero no todos son así de intuitivos… también existen otros que apelan al pasado o historia del municipio en cuestión o a algún elemento típico del mismo que se usa para identificar a sus habitantes.



Además, al margen de estos gentilicios ‘serios’ nos encontramos con los burlescos o peyorativos, es decir, el sobrenombre o mote que utilizan vecinos de localidades aledañas para referirse a los habitantes de un municipio con el que tienen cierta rivalidad. De hecho, algunos de los gentilicios referentes a productos o animales abundantes en una zona pueden llegar a adquirir ese matiz peyorativo.

Félix Sancha recoge el patrimonio de las industrias electroharineras de la Sierra.
Félix Sancha es el autor de ‘Los gentilicios de la provincia de Huelva’.

En relación a todo esto, podemos decir que un experto en gentilicios onubenses es el historiador, investigador y director del Archivo de la Diputación Provincial de Huelva Félix Sancha Soria, autor de la ponencia ‘Los gentilicios de la provincia de Huelva’, estudio que presentó en el marco de las XIX Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra celebradas hace unos años en Jabugo.


Puerto de Huelva

Basándonos en el análisis de Sancha Soria, vamos a hacer un repaso por algunos de los sobrenombres más llamativos que reciben los habitantes de ciertos municipios de nuestra tierra, dando una explicación al origen de los mismos.

Castillo de Niebla. / Foto: redturismo.com.
Niebla se asienta sobre la antigua Ilipla. / Foto: redturismo.com.

Comencemos, por ejemplo, por los gentilicios de localidades como Aroche, Niebla, Huelva y Gibraleón, que hunden sus raíces en su historia, en concreto en el pasado romano de estos territorios. Así, los vecinos de Aroche son llamados arochenos, pero también aruccitanos en referencia a la ciudad romana de Arucci Vetus que se levantó hace siglos en su término municipal, y lo mismo ocurre con los nieblenses o iliplenses, asentados en lo que antes era la urbe de Ilipla.

No puede evitar echar de menos los chocos fritos.
Los de Huelva son choqueros por la fama de esta sepia.

En el caso de Huelva y Gibraleón, sus gentilicios de onubenses y olontenses respectivamente derivan de las antiguas ciudades de Onuba y Olont, aunque también existen otros motes más burlescos para sus vecinos. Así pues, por todos es sabido que los ciudadanos de la capital onubense son choqueros precisamente por la abundancia de esta sepia y la gran difusión que tiene este producto en su gastronomía, siendo uno de sus platos más típicos las habas con chocos o los chocos fritos. Asimismo, los habitantes de Gibraleón se apodan panzurranos y barrigaverdes, dos nombres derivados de antaño, de cuando las enfermedades epidémicas provocaban la hinchazón de la barriga o panza de rana.

Galaroza debe su gentilicio al cultivo de la manzana o cachón en la zona.
Galaroza debe su gentilicio al cultivo de la manzana o cachón en la zona.

Otros gentilicios se basan, como se ha comentado anteriormente, en la abundancia de un producto o elemento en el entorno del municipio en cuestión. Acabamos de mencionar el caso de Huelva y los chocos, pero hay muchos más ejemplos. En este sentido, los aracenenses son cebolleros, los fuenteheridenses son paperos (por sus patatas) y los de Galaroza son cachoneros. Este último caso quizás requiera una explicación más amplia, y es que esta localidad serrana siempre se ha caracterizado por el cultivo del pero o manzana a la que se denomina en la zona ‘cachón’, de ahí el término cachoneros, que además es el gentilicio oficial del municipio.

A este animalito deben su apodo los de Linares de la Sierra.
A este animalito deben su apodo los de Linares de la Sierra.

En esta senda nos encontramos también con el mote de los linarenses, llamados chicharreros por las muchas chicharras que dan sonido a la localidad en las noches de verano; mientras que los zufreños reciben su calificativo de un pájaro que antaño anidaba en la población al que denominaban moclino. Igualmente, hay dos municipios, San Silvestre de Guzmán y Villablanca, cuyos habitantes comparten el mote burlesco de murrones, nombre que deben a la abundancia de una planta que podemos encontrar entre la zona costera y el Andévalo onubense.

La comarca serrana cuenta con una gran belleza.
En Puerto Moral había una fuente que daba hambre e hinchaba las barrigas.

Un gentilicio interesante es alfillancos, al que responden quienes viven en La Granada de Riotinto. Al parecer, este término procede de una antigua fuente de la localidad, la fuente de La Adelfilla, palabras que se fueron deformando con el uso hasta dar origen al actual alfillancos.

Y también está relacionada con una fuente la manera coloquial de llamar a los puertomoraleños, quienes responden al nombre de panzurracos. Según la leyenda recogida por Félix Sancha, en Puerto Moral existía una fuente muy antigua cuyas aguas despertaban al hambre, dando lugar a la hinchazón de la barriga o panza de aquellos que se atrevían a catarla.

Vista de pájaro de la localdiad de Cortelazor.
Por su astucia los de Cortelazor son ‘zorros’.

Pero estos ‘cariñosos apelativos’ que reciben los habitantes de ciertas localidades también están motivados por la rivalidad entre territorios (se los inventan los de un pueblo para calificar a los del pueblo de al lado), apelando algunos como zorros (cortelazoteños) o barbaritos (santabarberos) al carácter o forma de ser -real o infundado- de sus vecinos (astucia o brutalidad en los casos anteriores).

El mohíno, pájaro del que toman su nombre los de Riotinto.
El mohíno, pájaro del que toman su nombre los de Riotinto.

Ejemplos claros de este pique entre territorios lindantes en nuestra provincia lo representan Nerva y Riotinto, Aroche y Cortegana, Palos de la Frontera y Moguer o Villanueva de los Castillejos y El Almendro. Empezando por los primeros, para los de Riotinto los nervenses son chorizos en el sentido de ladrones, aunque éstos aseguran que el apodo procede de los tiznes negros que mostraban los mineros al salir de la mina. Para devolver la jugada, los riotinteños son llamados por sus vecinos mohínos (es una especie de pájaro también conocido como rabúo) porque no cantan bien y se dejan convencer y llevar con facilidad, aunque los del pueblo achacan el apelativo a las bonitas plumas de este ave.

El Almendro. /Foto: www.andaluciaturismodigital.com
Los de El Almendro son denominados perrejos por sus vecinos de Villanueva de los Castillejos. /Foto: www.andaluciaturismodigital.com

Con el mismo ánimo burlesco llaman los de El Almendro cabezateja a los Villanueva de los Castillos, y éstos últimos les responden al grito de perrejos. Asimismo, en complementos de vestir se basaron palermos y moguereños para denominarse entre ellos. Los primeros son boinas y los segundos talega, aunque tras estas prendas y objetos se esconda la intención de menospreciar al vecino poniendo de relieve su falta de formación o su basteza.

Cortegana.
En Cortegana viven los sapes.

Y llegamos a los municipios serranos de Aroche y Cortegana, donde habitan los avebos y los sapes o corteganesos respectivamente. Avebos, según Félix Sancha, es el fruto sonoro de decir ‘A veros’ -en respuesta a la pregunta ¿dónde vais?- con el deje arocheno, mientras que sapes procede del pito que utilizaban en Cortegana en los años 50 para animar en los partidos de fútbol y que generaba un sonido similar al aullido de un gato.

Encinasola. / Foto: Ayuntamiento de Encinasola.
El gentilicio de Encinasola es de origen portugués. / Foto: Ayuntamiento de Encinasola.

Finalmente, uno de los gentilicios onubenses más curiosos es de origen portugués según apunta el investigador Tomás López. Se trata de marocho y es el nombre con el que lusos de la zona de frontera con Encinasola bautizaron a los habitantes de esta localidad por considerarlos ladrones y sinvergüenzas, que es el significado de la palabra portuguesa maroto o maroito.

En suma, éste es un pequeño resumen del origen de algunos de los gentilicios, serios y burlescos, de nuestra provincia, aunque existen muchos más como panzurrinos (El Rocío), colmeneros (Valdelarco), malenos (Santa Olalla), panzones (Hinojales),  escaceninos… Una amplia lista que bien vale la pena conocer porque, como pone de relieve el archivero Félix Sancha, forman parte del patrimonio cultural onubense.

 También puedes consultar este artículo sobre el origen de los nombres de los municipios onubenses 

2 comentarios en «Zorros, barrigaverdes, mohínos o cabezateja… el origen de los gentilicios más burlescos de la geografía onubense»

  1. no es asi, los gentilicios de nerva y riotinto no son por eso, a los de nerva se les llama chorizos, porque de mediados del 1800 hasta principios del 1900 en nerva hubo una avalancha de gallegos y extremeños, y estos llevaban una faja roja, y como habia tantos, parecian chorizos, y a los de riotinto le dicen moginos, no por el pajaro ya que el mojino era un ave migratoria que solo se veia en verano, el nombre le biene porque la compañia inglesa puso mojones en todos sus terrenos, y riotinto al ser el mas pequeño tenia muchos mojines de ahi la palabra mojino, a los zalameños le dicen pardos, porque antiguamente cuando los señoritos hacian la procesion de san vicente vestian una capa parda. estos datos estan en un libro de la cuenca minera

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