S. D. El sueño sigue vivo. Carolina Marín lo hace posible. El de conseguir la primera medalla en unos Juegos para el deporte de Huelva que, hasta ahora, tiene como su mayor logro el diploma olímpico que obtuvo Sixto Jiménez en voley playa en Atlanta, hace ya 20 años.
Y el sueño existe porque Carolina ya está en las semifinales del torneo que se disputa en el pabellón Riocentro, después de superar una primera fase con comodidad y el partido de cuartos de final ante la coreana Sung Ji Hyun en dos sets, 21-12 y 21-16, en 43 minutos. Ahora en la pelea por las medallas le espera la china Li Xuerui, que como estaba previsto se deshizo de la tailandesa Porntip Buranaprasertsuk en dos sets: 21-12 y 21-17.
Marín llegó a este envite con el antecedente favorable de 5-1 ante la asiática. Eso sí, con el denominador común en todos los partidos que la de Huelva tuvo que sufrir de lo lindo para imponerse. En éste apenas sufrió, porque por tierra, mar y aire, se mostró muy superior a su oponente, que sólo pudo demostrar que es una buena jugadora en la segunda parte del segundo set.
Está claro que Carolina, cuando dijo que sólo se conformaba con el oro, no iba de farol. Lo desea y sabe que puede conseguirlo -“puedo porque pienso que puedo”, su lema preferido-, y para eso ha trabajado duro durante mucho tiempo. La bicampeona del mundo tiene entre ceja y ceja ser, también, campeona olímpica.
El partido ante Sung Ji Hyun fue lo que quiso Carolina, solvente, segura, agresiva, y sólo mostrando su faceta humana -algunos errores no forzados- cuando el marcador era implacable y marcaba sentencia de que su victoria se iba a producir sí o sí. El 5-0 con el que arrancó el primer set fue clara muestra de que Carolina va muy en serio. Si ante la danesa Kjaersfeldt quiso demostrar desde el principio que no iba a tener ninguna opción, y así lo dijo, algo similar ocurrió ante Sung. Implacable, la de Huelva apenas dio concesiones a su rival que, de todos modos, salió mucho más indemne de lo que parecía con el 11-9 al intervalo.
En la vuelta al partido se acabó lo que se daba. Carolina, aplicada en todas las facetas del juego, no dio ninguna opción a la recuperación de Sung, y tras otro 5-0 colocó el marcador en un claro 16-9, punto de partido para amarrar el set por 21-12.
Y si Carolina fue superior en esa manga inicial, en el inicio de la segunda fue demoledora: 8-0, para llegar al intervalo con 11-2. El partido en el bolsillo. Eso es lo que pensó todo el mundo, y puede que Carolina, que en ese momento sí dio alguna concesión a su rival, que por supuesto no desaprovechó para ir poco a poco limando la desventaja hasta colocarse con un menos lesivo 15-11.
Pero Carolina ha llegado muy fuerte a estos Juegos, también mentalmente, y supo salir de esa situación, si no peligrosa, al menos inquietante, para ir tacita a tacita acumulando los puntos necesario para saldar el set por 21-16 y apuntarse el partido y su pase a las semifinales.