Redacción. El poeta moguereño Diego Ropero presentó este miércoles en el del hotel Mazagonia de Mazagón, su último poemario titulado Algo Dicen los árboles, una obra con la este historiador, amante de la naturaleza y de la fuerza de las palabras, ha alcanzado según los especialistas, su madurez creativa.
El círculo mazagonense de tertulia organizó el acto literario en el que Diego Ropero, director del archivo histórico de Moguer, investigador y poeta con más de una decena de obras publicadas, presentó su más reciente trabajo literario, un delicioso poemario en el que el autor realiza una búsqueda de su propio sentido de la vida, a partir de la evocación de los sitios y paisajes que han marcado sus experiencias y emociones.
El acto celebrado en el precioso jardín del establecimiento hotelero, con espectaculares vistas sobre la playa de Mazagón, se inició con la bienvenida a cargo del responsable de la entidad organizadora, Paco Domínguez.
El autor y su obra fueron presentados por dos buenos amigos y también grandes poetas como Loli Izquierdo, autora palerma con una intensa obra literaria a sus espaldas y Antonio Ramírez, director de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez y también reconocido autor poético, quienes destacaron tanto la gran formación académica y humanística de Diego, como su amor por la tierra, sus paisajes y por las ciudades y espacios que han marcado su existencia.
Tanto Izquierdo como Ramírez coincidieron en que, con el poemario Algo Dicen los Árboles, Ropero ha alcanzado su plena madurez creativa con una obra enormemente cercana en la que el autor abre de par en par su corazón para intentar junto al propio lector, descubrir las claves de su universo interior. Tanto los presentadores como por supuesto el autor, dieron lectura a varios de los poemas de un libro que habla de la vida y la muerte, del paso del tiempo y su fragilidad, de la angustia y el desasosiego ante lo desconocido, una obra en la que se detectan la preocupación por el valor del ser, la crítica social y la impotencia y/o desesperanza ante el fracaso, los recuerdos de la infancia, la poesía y el anhelo de perfeccionamiento a través del conocimiento y el amor.