Ana Rodríguez. En los últimos tiempos el mundo ha pasado por diferentes crisis sanitarias que han conmocionado a todos los ciudadanos del planeta. En la actualidad escuchamos hablar especialmente del virus zika, que provoca grandes fiebres y se transmite principalmente a través de la picadura de mosquito, pero hace un par de años fue el brote de ébola, que acabó en pandemia, y en los 80 y 90 el VIH. De conocer y buscar soluciones a estas enfermedades infecciosas que nos abruman se encargan profesionales como la doctora Dolores Merino Muñoz, quien desempeña desde hace más de 25 años su labor en la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva.
Dolores es además, desde el pasado 11 de junio, la presidenta de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas, una de las tres sociedades más potentes a nivel nacional dedicadas a este área, junto a la de Cataluña y Madrid. Un cargo que la doctora ha ocupado por solicitud de sus propios compañeros, que la instaron a ser vicepresidenta de la junta directiva durante dos años para, posteriormente, convertirla en su principal representante este 2016. «Para mí se trata de un ejercicio de responsabilidad. Añado una labor más a mis tareas asistencial, docente e investigadora, pero me siento muy satisfecha de que mis compañeros confíen en mí«, afirma Merino Muñoz.
Así pues, la profesional se ha convertido en el décimo presidente de la Sociedad Andaluza y la primera mujer que asume este puesto, un hecho que, a su parecer, debería considerarse como algo anecdótico, dentro de la normalidad, y achacarlo, simplemente, a la presencia cada vez mayor de profesionales mujeres en todas las unidades y sociedades científicas. Pero, a pesar de su modestia, es innegable que la doctora ha abierto camino a sus compañeras, algo que le ha valido el recibimiento de innumerables felicitaciones.
La Sociedad que ahora encabeza Dolores Merino nació hace 25 años y la componen un total de 405 profesionales de toda Andalucía, médicos internistas dedicados de manera plena o en la mayoría de su parcela a enfermedades infecciosas, un ámbito de la Medicina que se ha desarrollado mucho en los últimos años debido a la aparición de enfermedades de gran trascendencias como el ébola, el zika, el vih y enfermedades producidas por gérmenes resistente a los antibióticos. Desde la entidad, se promueve la formación de los socios y su labor investigadora, siempre con el fin último de mejorar la calidad asistencial al paciente con estas patologías.
Como presidenta, Merino Muñoz tiene claros cuáles son sus objetivos, así como los proyectos en los que debe entrar de lleno la Sociedad Andaluza. Por lo pronto, la idea es colaborar lo máximo posible en el desarrollo de programas dirigidos a una mayor atención a pacientes con enfermedades infecciosas, además de promocionar la formación de los socios en esta disciplina y facilitar que los mismos puedan llevar a cabo programas de investigación.
Asimismo, otro caballo de batalla de los profesionales de este ámbito es lograr que la Administración reconozca, no sólo la importancia del área de enfermedades infecciosas de los hospitales, algo que ya hace -en Andalucía, sin ir más lejos, existen 13 unidades o servicios de este tipo-, sino que se trata de una especialidad médica. En este sentido, Dolores Merino señala: «somos internistas y es un tema que llevamos reivindicando varios años, porque no es posible una buena formación de profesionales si no se reconoce como una especialidad, es decir, que la formación de residentes sea vía MIR. Actualmente hay un recurso en el Tribunal Supremo que hemos presentado a nivel nacional para lograr este objetivo».
Con muchas ganas de trabajar por su profesión ha abrazado el cargo de presidenta esta onubense de adopción. De padre militar, la doctora nació en Marruecos, aunque estudió Medicina en Sevilla, especializándose en Medicina Interna en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. En Huelva recaló a principios de los 90, en concreto en el Hospital Juan Ramón Jiménez, donde ejerció como internista, aunque casi desde el principio se dedicó a las enfermedades infecciosas.
Y es que, como ella misma explica, siempre tuvo claro a qué quería dedicarse: «en Madrid ya vi los primeros casos de pacientes con VIH en los 80: eran drogadictos, personas discriminadas. A mí me gustaba atenderlos y me empezó a llamar la atención esa patología. Por eso, cuando terminé la especialidad y tuve oportunidad, ingresé en la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas y mi labor de investigadora la he llevado también en esa línea».
En 2012, su unidad fue la primera del Complejo Hospitalario de Huelva que se fusionó -aglutinó las de los hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena-, y en su seno continúa ejerciendo su labor asistencial, pero también investigadora. En esta línea, Dolores Merino se ha centrado en el estudio del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y las hepatitis C y B, formando parte actualmente de grupos de estudios multicéntricos a nivel andaluz y nacional de cohortes de pacientes que presentan estas infecciones, además de coordinar ensayos clínicos que tienen que ver con fármacos destinados a estas patologías.
En relación a esto último, la doctora reconoce que se halla inmersa en un ensayo a nivel internacional de un fármaco para el VIH, siendo la investigadora principal del centro onubense en esta colaboración. Se trata, en concreto, de un medicamento destinado a simplificar los tratamientos y evitar toxicidades de otros fármacos que actualmente toman las personas afectadas por este virus. El ensayo está en fase 3, la previa a su futura comercialización.
Pero la doctora se siente un eslabón más de la gran cadena que compone la Unidad de Enfermedades Infecciosas de Huelva, ubicada en el Hospital Infanta Elena, una unidad que ha sido premiada y reconocida por su calidad académica y asistencial y sus iniciativas pioneras. Así, el responsable de la misma, el doctor Ignacio Suárez Lozano, recibió en 2014 en nombre del centro sanitario la Medalla de Plata al Mérito Civil Penitenciario, otorgada por el Ministerio del Interior, por ser los primeros en España en desplazarse a un centro penitenciario para, en colaboración con los servicios médicos de la institución, impulsar el desarrollo de programas destinados a la atención del VIH, así como otras enfermedades infecciosas.
Por otro lado, la Unidad también ha recibido la distinción Huelva-Junta y sido finalista los dos últimos años en los prestigiosos premios nacionales Best in Class (BIC) en la categoría de Mejor Unidad en Atención al Paciente VIH por la excelencia en la calidad de la asistencia que prestan. También este área participa en cohortes de pacientes, incluso a nivel internacional, y en el plano asistencial colabora con diferentes ONG, como el programa de Cruz Roja de atención a personas en exclusión social, u organizaciones de mujeres, entre otras.
En Huelva, la Unidad trata habitualmente casos relacionados con infecciones respiratorias, viarias, de piel, etc., aunque también se encuentran con otros más graves, como prótesis que se infectan o pacientes inmunodeprimidos. Además en consulta se atiende a personas afectadas por VIH, hepatitis, infecciones tropicales…
Estos especialistas son también los que se encargan de lidiar con enfermedades emergentes, como el zika o el ébola, virus que suponen, según la doctora Merino, «un reto, y cada vez nos enfrentamos a más retos porque la comunicación y el desplazamiento de personas por los distintos países ha provocado que enfermedades que estaban limitadas a unas regiones geográficas salten a otros continentes. Por eso hay que estar preparados y dar respuesta a estos retos y para ello hay que estar bien formados».
En este plano, la profesional también habla de la aparición de gérmenes multirresistentes cuyo origen se haya en un mal uso de los medicamentos: «la utilización inapropiada de los antibióticos, usándolos para infecciones víricas en las que no son necesarios, ha llevado a la aparición de gérmenes que ahora no son sensibles a los antibióticos de antes», explica. Es decir, que existen virus y bacterias, entre otros microorganismos, que se han vuelto resistentes a los medicamentos con los que antes se combatían, reacción que está dando lugar a uno de los grandes problemas sanitarios del mundo actual. «Hay un auge importante de infecciones por gérmenes multirresistentes, que sobreviven a muchos antibióticos, y a veces los médicos nos quedamos sin alternativas», apunta la doctora Merino.
En busca de soluciones a esta situación, Andalucía lidera a nivel nacional un programa denominado PIRASOA, ‘Programa integral de prevención, control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria y uso apropiado de los antimicrobianos’. La iniciativa, que trabaja tanto la atención primaria como la hospitalaria, persigue que los especialistas sienten las indicaciones en infecciones graves para que las actuales circunstancias reviertan y no se llegue a consecuencias más graves. Por supuesto, la Unidad de Enfermedades Infecciosas de Huelva trabaja en el PIRASOA, aportando su granito de arena para frenar esta crisis.
En suma, la labor de estos internistas especializados es fundamental para el futuro de la Medicina mundial, siendo en Andalucía la doctora Dolores Merino Muñoz quien se encargará de motivar a este colectivo para seguir avanzando en la consecución de nuevos retos.