S. D. Emilio Martín ha sumado su quinto podio consecutivo en el Mundial de Duatlón, al colgarse una medalla de plata de mucho mérito en la prueba disputada en Avilés, y en la que al final venció el triatleta surafricano, Murray, dominador del último segmento. El holandés Van Egdon completó el podio.
Martín era una de las bazas de la selección española en Avilés. Dos títulos mundiales (Nancy y Adelaida), una plata (Cali) y un bronce (Pontevedra) hablan a las claras del potencial del onubense en esta disciplina. Y lo acreditó en Avilés de nuevo, donde pudo sacarse la espina de ese tercer/cuarto puesto logrado en el Europeo, y al que llegó después de vivir una temporada convulsa por mor de las lesiones y de alguna indisposición.
Emilio Martín llegó a esta prueba, puede que no con el bagaje que él hubiera deseado, pero con todas las ganas del mundo por ganar, o en su defecto, como así ocurrió para seguir instalado en el podio. Así, en el primer tramo a pie, estuvo con los de arriba, formando parte de un grupo de 20, que completaron los primeros kilómetros de la prueba, hasta llegar al sector de bicicleta, donde se hizo una primera gran selección.
Tras la primera vuelta de bicicleta, fue Jorik Van Egdom quien dominó, si bien en el grupo de diez estaba un combativo Emilio Martín, al que se le veía con claras intenciones de romper definitivamente la carrera.
Ya a mitad del recorrido de bicicleta, el grupo de diez deportistas con los favoritos mantenía una ventaja de 1 minutos y 20 segundos a sus perseguidores. Hubo varios tirones, casi todos con Emilio Martín como protagonista, y en uno de ellos logró dinamitar el grupo, que se quedó ya con cinco unidades que fueron los que llegaron a la última transición.
Ahí pudo estar la clave por la que Emilio Martín no peleara de tú a tú con el surafricano Murray por el oro, ya que salió cuarto del cambio de bici a carrera a pie -tuvo un problema con la zapatilla-, y perdió unos segundos que a la postre fueron determinantes. Le Berre, Van Egdom y Murray salieron más rápidos, y este último casi sin tiempo dio el tirón definitivo, cobrando una ventaja que a la postre ya fue insalvable para todos.
A Emilio le quedaba por delante la dura tarea, en esos kilómetros finales, de dar caza a Le Berre y a Van Egdon. El francés fue presa fácil, aunque el holandés aguantó el tipo un poco más. Durante buena parte de este segmento el onubense llevó pegado a sus talones al holandés, al que definitivamente soltó a falta de un kilómetro, para tener incluso la oportunidad de llegar a la meta, con la plata asegurada, saludando a los espectadores que le animaron en ese tramo final.