Cristina Echevarría, una onubense licenciada en Empresariales que ha trasladado su residencia a Australia

Ana Rodríguez. Este lunes viajamos a las antípodas de España. Nos adentramos en Australia para conocer a Cristina Echevarría Alonso que, a sus 27 años, ha decidido hacer la maleta -una vez más- para descubrir el país que, en el imaginario colectivo, asociamos a koalas y canguros.

Cristina estudió en el colegio Santa Teresa de Jesús y, posteriormente, en el IES Alto Conquero de la capital onubense. Moderna y polifacética, esta onubense siempre ha sabido buscarse la vida, ya fuera trabajando de azafata de eventos, cosa que ha hecho desde los 19 años, como de camarera en bares de la capital.

Tras licenciarse en Empresariales por la Universidad de Huelva, trabajó en varias empresas antes de partir a tierras más lejanas, entre ellas en Inditex, además de en la oficina de Europe Direct de la Diputación de Huelva. Sin embargo, ésta no es la primera vez que Cristina Echevarría sale al extranjero, pues ya hace unos años vivió un tiempo en la capital austriaca donde realizó prácticas de empresa en el Grupo Casy en Brenner&Company.

– ¿Por qué decidió probar suerte fuera de Huelva?
– Decidí venirme a Australia porque en Huelva era imposible encontrar un trabajo de lo mío en unas buenas condiciones. Sólo me ofrecieron un trabajo como administrativo durante unos seis meses y no estaba bien pagado. Aquí trabajo en un restaurante a media jornada y me da para pagar renta, comida, caprichos y ahorrar algo, además de estar conociendo nuevos sitios, nuevas personas, viviendo nuevas experiencias y mejorando mi inglés.

– ¿Cuánto tiempo lleva en Australia? ¿Por qué Australia y no cualquier otro lugar?
– En Australia llevo seis meses y medio. Decidí venir a este país, primero, porque sabía que aquí la situación económica era bastante buena y, segundo, por curiosidad… me gusta mucho viajar y conocer nuevos sitios y Australia no es un destino fácil para poder visitar en unos días y vivir aquí es una gran oportunidad para conocer mejor la cultura y el país, que es enorme. Antes de venir llevaba un tiempo mirando familias para hacer de au pair. Estaba mirando en muchos países (Canada, UU.EE., Reino Unido, etc.), entre ellos Australia, y un día una familia australiana se interesó por mí y en menos de tres semanas tenía todo listo para venirme.

– Ha estado viviendo primero en Sydney y ahora ha cambiado de ciudad, ¿no es así?
– Sí, ahora vivo en Brisbane. La decisión de cambiar ha sido por varias razones. Primero, porque quería dejar de trabajar con una familia y empezar a estudiar y a buscarme la vida por mi cuenta, viviendo con gente joven. Además Sydney es una ciudad mucho más cara que Brisbane. Segundo, que Brisbane es una ciudad más pequeña y el estilo de vida es más parecido a Huelva. Aquí casi todo el mundo se conoce -las personas que estamos estudiando-, vas por la calle saludando a la gente y puedes ir andando a los sitios -si vives por la city o alrededores como es mi caso-, por lo que para mí es mucho más cómoda. Otra de las razones es el clima, que aunque aquí llueve mucho, sobre todo en verano, los inviernos son más suaves que en Sydney y duran muy poco, así que otro punto a su favor. Pero la verdad es que visité la ciudad las pasadas Navidades y me enamoré de ella.

– ¿Qué hace actualmente en Brisbane?
– Estoy estudiando un Advance Diploma of Management y trabajando en una cadena de restaurantes mejicanos muy conocida aquí, en Brisbane, que se llama Guzmán y Gómez. Todos hacemos un poco de todo, hay días que estoy en la caja, o sirviendo las mesas o cocinando, dependiendo de las necesidades de cada momento. La mayoría de los compañeros son sudamericanos, aunque hay algún español, italiano, neozelandés… He tenido mucha suerte, tengo buenos compañeros y el sitio me gusta mucho, hay buen ambiente y trabajo bastante, así que estoy muy feliz.

– ¿Se fue sola o acompañada?
– Vine totalmente sola, aunque me pusieron en contacto con una chica española que vive en Sydney y tengo que decir que ella y su hermana, que también vive aquí, se han convertido en mi familia en Australia. Pero nunca tuve la tentación de volver ni lo pase mal al llegar, lo único malo fue el jet lag, que me duro una semana y ha sido de las peores sensaciones que he tenido nunca. Por lo demás, debo decir que siempre he estado muy feliz y que prácticamente todas las personas que he ido conociendo han sido increíbles conmigo y me han ayudado mucho. Aquí la mayoría nos encontramos en la misma situación y creo que sabemos valorar lo que significa que alguien te ayude cuando no tienes nada ni a nadie. Por ello, tratamos de ayudar cuando vemos a alguien pasando por la misma situación que nosotros mismos hemos pasado.

– Supongo que el idioma no fue una barrera…
– Antes de venir ya hablaba inglés, estuve viviendo cuatro meses en Viena, haciendo unas prácticas de empresa, y usaba el inglés para trabajar y para hablar con la mayoría de mis amigos. Además estuve un año de Erasmus y dos de mis mejores amigas eran turcas y con ellas hablaba y sigo hablando en inglés. Por lo que sí usaba el idioma bastante a menudo, aunque no es lo mismo vivir aquí. He mejorado bastante y aún necesito mejorarlo mucho más, pero ahora tengo la soltura de hablarlo casi las 24 horas del día, ya que vivo con personas que no hablan nada de español y eso ayuda mucho.

– ¿Es una experiencia que recomendaría a otros jóvenes?
– Por supuesto que la recomiendo. No es la primera vez que vivo fuera de España y una vez decida dejar Australia estoy prácticamente segura de que aún me queda algún país más donde vivir. Para mí es una de las mejores decisiones que he tomado nunca. Cada vez que salgo fuera de mi país conozco más cosas, más culturas, más amigos…y eso te abre mucho la mente, te hace valorar lo que tienes en España y te hace crecer en todos los sentidos. Tengo un hermano pequeño y estoy todo el día diciéndole que haga estas cosas y creo que, en poco tiempo, acabará igual que yo.

– ¿Cuáles son sus planes futuros?
– Por el momento no hago muchos planes, en principio estar aquí y una vez se acerque el momento de que cumpla mi visa ya decidiré… pero probablemente continúe aquí más tiempo.

– Qué le gusta más de Australia, cómo es la ciudad, la gente…
– Lo que más me gusta es el estilo de vida, es relajado, los sueldos son buenos, la gente vive muy bien y es una ciudad bastante segura, no suele haber problemas. Y la gente suele ser muy amable y les gusta hablar contigo, aunque no te conozcan, son muy abiertos en ese aspecto.

– ¿Tiene contacto allí con otros onubenses?
– Sí, hay un chico y una chica de Huelva viviendo en Sydney y con ellos tengo bastante contacto. Y conocí los primeros días a un chico de Mazagón, pero he de decir que no lo he vuelto a ver ni a saber de él.

– ¿A qué cosas le ha resultado más difícil acostumbrarse?
– A la comida. Cuando vivía con la familia australiana los hábitos alimenticios eran totalmente diferentes y, ahora que vivo por mi cuenta y como lo que quiero, ya es un poco más parecido a lo que comía en España (aunque echo mucho de menos la comida de mi madre, jeje). Pero la calidad de la fruta y la verdura aquí no es comparable con la que tenemos allí, y eso lo noto muchísimo, es lo que peor llevo. Por lo demás, creo que me he adaptado bastante bien al resto, quizás también echo de menos salir de fiesta, como lo hacemos allí, pero tampoco me puedo quejar.

– ¿Qué hace en Australia que no solía hacer en España?
– No hay mucha diferencia en ese aspecto, pero quizás el hacer barbacoas. En Australia, en todas partes encuentras sitios preparados para ello (playas, parques, etc.), totalmente gratuitos y en perfectas condiciones. Es como el hobby por excelencia. Por lo demás, no hago nada diferente.

– ¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
– Lo primero, mi familia y mis amigos, eso sobre todo. Después echo de menos los relíos, salir de cervezas con mis amigos y no saber cuándo vas a acabar ni dónde. Y el ambiente en las calles, la forma de ser de la gente. También el clima, que aunque aquí es verano y no es un sitio frío, se parece mucho a Huelva en ese aspecto, llueve muchísimo, y más en verano, y no estoy acostumbrada a tanta lluvia.

Muchas gracias Cristina y mucha suerte