Rosa Mora. Siempre tuvo en mente vivir durante unos años en el extranjero y su deseo, a base de mucho esfuerzo, se está haciendo realidad. En Dubái, uno de los siete emiratos que conforman los Emiratos Árabes Unidos, aterrizó hace poco más de dos meses, a esta experiencia laboral fuera de España hay que sumar, sin embargo, los seis meses que Carlos Cordero vivió en Suiza y los dos años que residió en Japón.
Licenciado en Arquitectura por la Universidad de Sevilla, el onubense trabaja para una firma americana que, según nos cuenta, se trata de una de las mayores en el sector con 24 despachos dentro y fuera de EEUU. Actualmente cursa además estudios de Historia del Arte por la Uned.
De Dubái aprecia su multiculturalidad, llegando a “observar constantemente la similitud de costumbres que tenemos los andaluces con ellos”, nos cuenta. Aún así, reconoce que es complicado hacer relaciones con los locales, con los que, explica Carlos, solo ha hablado en reuniones de trabajo.
El onubense ha compartido con Huelva Buenas Noticias las sensaciones de la que está siendo una enriquecedora experiencia laboral y personal en los Emiratos Árabes Unidos.
– ¿En qué momento y por qué decidiste trasladarte a Emiratos Árabes?
– En realidad, no fue una decisión activa el venir a vivir a Dubái. Después de trabajar en Suiza me volví a España en enero para pensar en que quería hacer. Estaba barajando varios países y pensaba realizar algunos cursos que me interesaban, estudiar algún idioma y disfrutar de mi familia y amigos mientras me decidía. Sin embargo, enseguida contactó conmigo la empresa en la que trabajo, que tenía mi currículo, y poco después estaba aquí. No tuve demasiado tiempo para pensar y la oportunidad era muy tentadora, así que acepté.
– Cuéntanos, ¿Dónde trabajas actualmente? ¿Qué funciones desarrollas?
– Trabajo para una firma de arquitectura americana, una de las mayores en el sector, con veinticuatro despachos dentro y fuera de los EEUU. Formo parte de un equipo pequeño, somos los iniciadores del equipo de Oriente Medio, por lo que cuento con mucha responsabilidad y decisión para el tamaño de la empresa y mi nivel de experiencia: aquí todos contamos. Trabajo en diversas fases del proceso de diseño en proyectos de gran tamaño y presupuesto: sector deportivo, urbano, hotelero, comercial… Nos están asignando proyectos en todo Oriente Medio y alguno en Lejano Oriente. El diseño en algunos países normalmente deja muchísimo que desear y queremos marcar la diferencia.
– Antes de llegar a Dubái viviste en Suiza, y dos años en Japón, ¿Cómo fueron estas experiencias?
– Todas estas no dejan de ser una experiencia en cadena. Tras conocer Tokio de refilón tras una beca en China, decidí que quería vivir en Japón por un tiempo. Me concedieron una beca para estudiar en un pueblecito en el área de Kansai durante seis meses, que fue el desencadenante de todo. Una vez finalizada la beca, me mudé a Kioto y me puse a trabajar en un estudio pequeño, muy interesante, en un pueblo en las montañas. Para poder ir todos los días un amigo me vendió su moto. Volvía a España de vez en cuando para corregir el proyecto de fin de carrera, que desarrollé mientras trabajaba. Posteriormente tuve la oportunidad de unirme a uno de los estudios que más admiro en Tokio, donde viví el año siguiente. Hice buenísimos amigos en muchos lugares de Japón a los que echo mucho de menos, y me quedé enamorado del país. Tras esto volví a España para licenciarme y tres semanas después estaba trabajando en un estudio suizo-japonés en Zúrich. Esta ciudad también me encantó y, aunque era muy pequeña y silenciosa comparada con Tokio, conservo muy buenos amigos allí de diversas nacionalidades.
– ¿Estaba en tus planes trabajar fuera de España?
– Siempre tuve en la mente pasar algunos años en el extranjero. Desde pequeño me encantaba viajar y conocer gente y cuando lo experimentas te das cuenta de que así se crece mucho y bien. No me da miedo irme a donde otra gente no se atrevería y creo que eso me puede hacer marcar la diferencia en algún punto.
– Y volviendo a Dubái, ¿Cómo es tu día a día en la ciudad?
– Tengo un horario laboral sorprendentemente bueno para ser arquitecto. Mis compañeros son todos de Los Ángeles y se portan muy bien conmigo. Aquí todo está lejos, hay que tomar muchos taxis al día y se echa un poco de menos pasear. Hay mucha multiculturalidad y me gusta charlar con todo el mundo, así se aprende de todo. Los fines de semana se puede viajar fácilmente por la situación privilegiada de Dubái, si no siempre hay muchísimos eventos y discotecas, aunque ahora que empieza el calor el ritmo aminora.
– ¿Algún rincón favorito?
– Me gusta mucho la ciudad antigua, Deira, y los zocos, desde donde puedes tomar una barquita (Abra) por veinticinco céntimos al otro lado del río. Es de los pocos sitios de la ciudad por donde se puede pasear. Hay un barecito iraní al que siempre voy, la comida está buenísima, es barato y el dueño es muy simpático.
– ¿Qué es lo que más te ha llamado de tu nuevo destino?
– Es un lugar muy multicultural. Aquí todo el mundo tiene costumbres distintas y se puede aprender de todo hablando con unos y otros. Es difícil hacer relaciones con los locales, con los que solo he hablado en reuniones de trabajo.
– ¿Aspectos a los que aún no te has adaptado?
– A estar todo el día en un taxi y no pasear, no existe la calle en muchas zonas. Para ir al trabajo ando un rato por zonas de arena. Aparte nunca me adaptaré a la separación por clases y razas. Los indios, pakistaníes, bengalís, filipinos… constituyen la mano de obra barata del país. Cobran muy poco y viven en pisos patera y mucha gente los desprecia y falta el respeto. La gente en Dubái se vuelve frívola con estos temas. Ya me prometí desde el día en que llegué que no iba a pasarme a mí.
– ¿Qué valoras de forma más positiva tu experiencia en Dubái?
– No conocía mucho Oriente Medio y con esta experiencia estoy descubriendo su encanto. También se puede observar constantemente la similitud de costumbres que tenemos los andaluces con ellos. Laboralmente valoro tener un papel muy activo en un grupo pequeño y que aun siendo joven se tengan muy en cuenta mis opiniones.
– Y tu familia, ¿qué pensó cuando tomaste la decisión de marcharte?
– Mi madre siempre me dice que no me vaya, que qué miedo, que me vaya a Francia que está cerca y es muy bonita. Yo le digo que Francia siempre está ahí, ahora que soy joven quiero aprovechar.
– ¿Qué echas más de menos?
– A la gente a la que quiero. A mi familia, mi hermano, mis otros hermanos que son mis amigos y a mi novia, que trabaja en Holanda. Todos me hacen saber que están muy orgullosos de mí, pero me acuerdo de todos cada día. La comida no es nada comparado con eso.
– ¿Está en tus planes volver a Huelva?
– No hago planes a largo plazo, hoy en día y en mi situación no tiene mucho sentido. Si quiero volver a España en algún momento que cada vez veo más cercano. Ya son casi tres años mudándome casi cada seis meses y cada vez cuesta más todo.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones a corto plazo?
Aprender todo lo que pueda, disfrutar de esta experiencia y decidir qué voy a hacer después de esto. Dubái es un sitio de paso casi en todos los casos. Mientras tanto, voy a intentar viajar todo lo que pueda.
– ¿Qué mensaje mandarías a los onubenses?
– Lo típico sería decir que esto es lo más, que hay que salir de casa, buscar trabajo fuera, recorrer mundo, hablar de la zona de confort… Todo eso lo sabemos, así que voy a hacer una aproximación diferente. Es una experiencia maravillosa y, como casi todas, te cambia. Hay que saber que no es fácil, que se sacrifica mucho y que todo el mundo se siente solo en algún momento. A nadie le gusta ser el que falta de su grupo de amigos, perderse todas las barbacoas-paellas, que te pongan en una pantalla en Skype en medio de una reunión familiar y que la abuela se ponga triste. Ver a tu novia una vez al mes y dar gracias. Pero pienso que volvería a tomar la misma decisión. Asegúrate de disfrutar todo al máximo, aquí o allí. Aparte de llevarte todo lo que aprendas, cuando vuelvas te darás cuenta de la riqueza que tienes en casa.
-Muchas gracias Carlos, y suerte.
4 comentarios en «Carlos Cordero, un onubense de 26 años que trabaja en Dubái en una firma de arquitectura americana»
Abrazos máquina.
¿TÚ TAMBIÉN?
Me alegra ver que estás bien. Un saludo
Cuánto te admiroo jefe! A por tu próxima victoria!