Mari Paz Díaz. Nacido en Huelva en 1.970, Carlos Villoslada es un saxofonista, flautista y compositor onubense que cuenta con una extensa trayectoria artística, lo que le ha permitido subirse a los escenarios con grandes del mundo del flamenco, como Rancapino, Raimundo Amador, Esperanza Fernández o Chano Lobato, y del jazz, como Jorge Pardo.
Una trayectoria que se inicia en el Conservatorio de Trigueros, terminando el Grado Profesional en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz. Ya entonces empieza a interesarse por la música creativa, aquella que le permitiera expresarse de una forma sincera. Y fue así como se decantó por el jazz, porque asegura que «el jazz hace un músico integral, pues, además de intérprete, se es compositor, arreglista, etcétera».
Según nos cuenta, «cuando escuchaba a Dexter Gordon, John Coltrane, al igual que cuando lo hacía con Paco Toronjo…, sentía algo tremendo y pensé: “¡¡Tengo que aprender a hacer eso!!” Sentía que tanto en el jazz como en el flamenco, había algo relacionado en la forma de expresar un sentimiento, por lo que, paralelamente al estudio de clásico -que también aportaba mucho a mis conocimientos musicales, sobre todo desde el punto de vista técnico-, me empecé a dedicar de una forma más intensa a estos dos lenguajes que son los que me han hecho crecer como músico: el Jazz y el Flamenco».
Esta inquietud es lo que llevó a Carlos a marcharse a Cádiz desde su Huelva natal, porque ha sido en esta tierra donde ha encontrado a músicos de gran interés en ambos estilos. Esto no quiere decir que no haya trabajado con grandes artistas en Huelva. Todo lo contrario. En la capital onubense estudió con el saxofonista Antonio Mesa. Posteriormente, en Cádiz, lo hizo con el saxofonista valenciano Perico Sambeat, con el que, al ser director de la Orquesta de Jazz del Teatro Central de Sevilla, tuvo la suerte de ser convocado como primer saxo alto en el Festival Internacional de Jazz de esa ciudad. Una orquesta con la que tocó en el Festival de Música de Ayamonte.
Posteriormente, este onubense continuó su formación en el Taller de Músicos de Madrid estudiando con Bobby Martínez, al tiempo que asistía a Seminarios en Sevilla y Portugal con artistas de la talla de Jerry Bergonzy, Kenny Barron, Chano Domínguez, Dave Holland, Dave Liedman o Chris Cheek, así como de flauta travesera con el flautista Juan Parrilla.
A nivel profesional, con Rubem Dantas, ha formado parte de la ‘Rubem Dantas Flamenco Big Band’, tocando el saxo barítono, compartiendo escenario con Jorge Pardo, Jerry González, Caramelo, Carlos Benavent, Carlos Carli, Miguel Chastang y el propio Rubem Dantas. Fue uno de sus primeros proyectos en los que pudo expresarse a través de las dos lenguas con las que está más involucrado, tanto el flamenco como el jazz.
Otro momento clave en su carrera fue su participación en la grabación a quinteto del CD ‘Kind of Cai‘, también con Rubem Dantas, una producción que le permitió realizar la gira ‘El jazz viene del sur’, con la que recorrió teatros de Andalucía y diversos festivales internacionales -como el Manchester Jazz Festival (Reino Unido), el Festival de Jazz de Schoten (Bélgica), Perafest de Estambul (Turquía), Caracas y Nagua-Nagua (Venezuela), Tánger, Rabat y Tetuán (Marruecos), entre otros- junto a Guillermo McGill a la percusión y David Binney al saxo alto.
Una actividad como músico que compagina con la docencia, impartiendo clases en escuelas municipales y masterclass en conservatorios de música. En la actualidad, Carlos Villoslada trabaja en la Escuela de Música Moderna y Jazz de la Universidad de Cádiz, además de ser componente de Sensei Quartet, grupo dedicado a conciertos didácticos.
De todo ello, hablamos con este artista onubense en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias, donde descubrimos a un gran músico, amante de Huelva y de lo que hace.
-Carlos, ¿cuándo surge su interés por la música?
-Desde siempre me he sentido muy atraído por la música, por la necesidad de transmitir algo a través de ese lenguaje que me parecía milagroso, algo abstracto, que no se toca ni se ve pero que se siente. Un día, llegó el momento en que me di cuenta que tenía que aprender cómo hacer eso. Pensé que si al escuchar a J. S. Bach, a Paco Toronjo, a Dexter Gordon sentía eso…, ¿qué sería lo que se sentía cuando se hacía en primera persona? Así fue como cometí la locura de meterme en el mundillo de la música (risas).
-¿Por qué el saxofón?
-El saxofón es un instrumento que se parece mucho a la forma de expresar la música cantando. Es lo más visceral, lo más cercano al canto del ser humano. El medio por el que se transmiten las ideas y los sentimientos. De hecho, técnicamente, actúa todo el cuerpo del intérprete, desde el diafragma, aparato respiratorio, aparato fonador… Es una prolongación del propio cuerpo, la caja de resonancia del instrumento eres tú y éste vibra cuando se hace sonar el instrumento… Y del corazón ni te cuento.
-¿Cuántos discos ha tenido la oportunidad de realizar a lo largo de su carrera?
-Los discos que he grabado como proyectos propios o a mi nombre son: dos CD con el grupo Saguiba, ‘Saguiba’ y ‘Fuente la Piña’, un nombre que elegí en recuerdo a Fuentepiña, el barrio de Huelva donde me crié; el CD ‘Kind of Cai’ con Rubem Dantas, un homenaje al disco ‘Kind of Blue’ de Miles Davis, pero con una visión flamenca; y, el último, a mi nombre titulado ‘Tabanqueando en la Plaza Niña’. Junto a todos ellos, también he realizado colaboraciones en diversas grabaciones de otros artistas, como El Barrio, Nacho Vegas, Diego Carrasco, Alfonso Gamaza, entre otros.
–‘Tabanqueando en la Plaza Niña’ es un nombre muy sugerente. ¿Se trata de un homenaje a Huelva?
-Por supuesto que lo es. Este fue un CD que compuse inspirado en mis vivencias entre Huelva y Cádiz, dos ciudades muy importantes para mí, de ahí viene el nombre. ‘Tabanqueando’ que es una conjugación inventada que viene del término ‘tabanco’, utilizado en la zona de Cádiz-Jerez, que originalmente eran despachos de vino con trastienda, donde se probaban los vinos, se jugaba a las cartas, se reunían los flamencos a cantar y…, esas cosas.
Y me recordaba a unos bares a los que yo iba en la Plaza Niña de Huelva, que por cierto ya no están. Así que pensé unir los dos “mundos” que me llevaron a mí a ser músico. Para ese trabajo escribí letras -unas son mías y otras son populares extraídas del libro de Antonio Machado Álvarez Colección de cantes flamencos-. Compuse la música de todos los temas, excepto en la nana ‘La Luna Curiosa’, donde hice el arreglo y adaptación de un tema con letra de Vicenta Guerra y música de Máximo Pérez. Para llevar a cabo este trabajo conté con Raúl Gálvez, un cantaor de aquí de Cádiz del Barrio de la Viña, acompañado de Juan Galiardo en el piano, Antonio Corrales tocando el contrabajo y Dani Domínguez a la batería. También tuve la suerte de poder contar con artistas invitados, como Rubem Dantas en las percusiones y Diego Montoya y Pedro de Chana como palmeros.
Para que los lectores se hagan una idea, les dejo unas palabras que Faustino Núñez, un musicólogo de gran prestigio para mi disco ‘Tabanqueando en la Plaza Niña’, que define muy bien este trabajo:
“…Dedicado a la Plaza Niña de Huelva y los tabancos cercanos donde se cantan y escuchan los mejores estilos que da la tierra, disfrutamos con la música de Carlos Villoslada a través de números donde desarrolla con esmero sus ideas, impregnado, según confiesa el propio autor e intérprete, de la atmósfera melodramática que le inspira el gran cantaor alosnero Paco Toronjo, figura máxima de los fandangos de la provincia más occidental de Andalucía. Todo el disco está impregnado de una rítmica muy sutil, donde la dinámica adquiere un rol fundamental, el cuidado con el que se trata la intensidad del sonido, la inteligencia con la que ha sido concebido el disco en su totalidad son en definitiva buena muestra de que estamos ante una obra impactante y profundamente renovadora».
Extracto de ‘La Música Renovadora’ de Carlos Villoslada por Faustino Núñez (escrito para la edición del CD ‘Tabanqueando en la Plaza Niña’).
-¿Con qué artistas ha trabajado? Tiene el honor de haber tocado a algunos de los más grandes.
-En el ámbito del flamenco, he tocado con Juan Villar, Raimundo Amador, David Palomar, Niño Jero, El Niño la Leo -con los que estuve en la Bienal de Flamenco en Sevilla-, José Vargas ‘Cascarilla’, Esperanza Fernández, Pansequito, Juan Villar junior, Pepe Millán, Manoli de Gertrudis, Chano Lobato, David Palomar, Compañía de Lidia Cabello, etcétera. También he participado en festivales de flamenco en los que he compartido escenario con cantaores de la talla de Capullo de Jerez, Rancapino, Nano de Jerez o Carmen de la Jara, entre otros que ya he mencionado durante la entrevista.
Además, he formado cartel de diversos festivales de jazz, como el Manchester Jazz Festival (Reino Unido), Festival de Jazz de Schoten (Bélgica), Perafest de Estambul (Turquía), Caracas y Nagua-Nagua (Venezuela), Tánger, Rabat y Tetuán (Marruecos), Portugal, etcétera.
-¿En qué está trabajando en estos momentos?
-Actualmente estoy preparando un disco a mi nombre con temas propios. Lo estoy montando con músicos que residen en Málaga, aunque ninguno es de allí curiosamente, como son Dani Domínguez, de Orense y que ya grabó la batería conmigo en el trabajo de ‘Tabanqueando en la Plaza Niña’; Arturo Serra, un magnífico vibrafonista valenciano; y Pablo Baéz, contrabajista onubense, que hacía mucho tiempo no coincidía con él y que me ha dado mucha alegría volver a verlo, pues tengo muy buenos recuerdos de cuando éramos jóvenes.
-¿Sus próximas actuaciones?
-Actualmente estoy cerrando una gira por clubs y algunas salas, sobre todo de Andalucía, para rodar este proyecto que estoy preparando. Mi objetivo será moverlo por festivales, espero que en Huelva o provincia también. Aparte también tengo algunas actuaciones previstas con anteriores trabajos.
-Por tanto, ¿le gustaría actuar pronto en Huelva?
-Por supuesto que sí. Hace algunos años presenté en el Gran Teatro el CD de ‘Tabanqueando’, pero la verdad es que echo en falta aparecer más por allí y por la provincia. Sé que hay buenos festivales, pero nunca ha cuadrado. Espero que podamos hacer algo por allí muy pronto.
-¿Qué es lo que más echa de menos de esta tierra?
-Hace tiempo que no voy por Huelva y, cuanto más tiempo pasa, más recuerdos y sensaciones tengo de mi tierra. No podría decir algo en concreto que echo de menos. Por supuesto, a la familia y amigos. Pero, además, me vienen pinceladas a la cabeza y lo recuerdo todo con mucha nostalgia, a pesar de estar tan cerca y de estar siempre en contacto con Huelva. Hice una letra para el último tema del disco que se llama ‘Paseo del Perejil’, que es el nombre que recibe el Parque Genovés, un parque en el centro de Cádiz, muy cerca de mi casa, ventana de Cádiz a la bahía, un sitio precioso, orientado a Huelva. He intenté explicar la sensación que me queda. La letra dice así:
Hay cuando cruzo el puente
y dejo atrás la Isla del Trocadero
Nostalgia es
lo que atrás se queda
y alegría es
lo que a mí me espera
Tengo que querer a una
pero las quiero a las dos
Plaza Niña y Plaza Mina
me roban el corazón
De la Viña a Fuentepiña
pasando por Puerto Real
va palante mi camino
y también se queda atrás
-¿Nos despedimos con unas palabras para los onubenses?
-Claro que sí. Un saludo a todos mis paisanos y espero que nos veamos muy pronto por allí, por los escenarios.