HBN. Que los trabajadores vuelvan a casa sanos y salvos después de realizar su jornada laboral es la prioridad de cualquier empresa. Una cuestión que se ha convertido en uno de los principios primordiales en el sector minero del siglo XXI, donde cada vez se tiene más presente la salud y el bienestar del trabajador. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en la empresa de Minas de Aguas Teñidas, S. A. (MATSA), donde su principal lema es “Una operación minera segura es una operación productiva”.
Bajo esta premisa, todas las labores de la compañía están dirigidas a perfeccionar la seguridad de su personal, fundamentalmente a través de la implantación de un procedimiento de Comunicación de riesgos y mejoras que permite a cada trabajador reportar situaciones que requieran progresos en seguridad. Así como la creación de una dirección de correo electrónico: [email protected] para informar sobre cualquier cuestión que implique un riesgo para la seguridad. Además, la empresa ha establecido un Sistema de Gestión Integral de la Seguridad y la Salud en el Trabajo con medidas de evaluación de riesgos en el puesto de trabajo. Todo con el objetivo de alcanzar las condiciones de máxima seguridad y una gestión sostenible con el entorno.
MATSA está comprometida con la protección de la Seguridad y la Salud de sus empleados y de los trabajadores de las empresas contratistas, siendo estrictos con el cumplimiento de la legislación vigente en este campo e, incluso, yendo más allá. Una filosofía que ha permitido que MATSA continúe trabajando para reducir y mejorar los índices de accidentalidad, alcanzando en el área de planta la cifra de cero daños.
Sin ir más lejos, el pasado año 2015, tres relevos de la planta de tratamiento, consiguieron la cifra de cero accidentes. Un resultado muy positivo que es consecuencia del enorme esfuerzo llevado a cabo por la entidad y también gracias al compromiso de los trabajadores que, con sus acciones, contribuyen a avanzar en este aspecto. Es más, dos de estos tres relevos han logrado no registrar ningún accidente con baja durante dos años consecutivos. Una cuestión que, sin duda, merece un aplauso y un reconocimiento.
Unas cifras que han sido acogidas con satisfacción por Antonio Gámiz, director de planta de MATSA, un cargo que ocupa desde noviembre de 2014, aunque forma parte de la plantilla de la empresa desde diciembre de 2008. Para Gámiz, “nuestro balance en materia de seguridad es bastante positivo. Al principio hubo que trabajar mucho en la concienciación de los trabajadores en este campo, porque una planta tiene retos diferentes cada semana, por lo que hay que realizar ajustes y modificaciones cada momento. Por este motivo, hemos tenido que trabajar mucho en mentalizar a la gente en la necesidad de que cumpla la normativa y ponga todo el cuidado posible. Esto ha sido fundamental”.
En este aspecto, “los jefes y técnicos de la planta han realizado una serie de charlas de seguridad sobre cuestiones de interés para los trabajadores en esta materia. Una actividad que ha permitido a los empleados involucrarse completamente en este tema. Especialmente, desde que cada supervisor de relevo ha sido el que ha liderado las charlas con los miembros de su relevo, para que estos se sintieran cómodos a la hora de mostrar sus inquietudes, sin la presencia de ningún mando superior. Esa confianza ha creado un buen clima, que ha contribuido a la interacción de todos. Además, a los trabajadores también se les ha pasado un cuestionario para que comentaran todo aquello que consideraran que era un riesgo, con la finalidad de que el supervisor lo pudiera resolver o, bien, para comunicarlo a otros departamentos de la empresa que pudieran solventarlo”, añade el director de planta.
Unas palabras que ponen de manifiesto que no es nada fácil conseguir un nivel de cero accidentes, dado que son muchas las exigencias que deben cumplirse. Pero que en MATSA se ha constituido en uno de los principales objetivos de la empresa en conjunción con los trabajadores, que, al fin y al cabo, son los que tienen una percepción más clara de los riesgos que puedan presentarse, de ahí que la comunicación de sus quejas y la solución de las mismas han sido fundamentales.
Por todo ello, Antonio Gámiz recalca que “aprecio y agradezco mucho el esfuerzo realizado por los trabajadores en materia de seguridad, porque el resultado es muy bueno. Deben comprender que la política en seguridad se diseña para beneficio de todos los miembros de la empresa, porque nuestro interés es que regresen sanos y salvos a casa, no solamente por cumplir una estadística de la dirección de la empresa. Somos conscientes de que no es un trabajo sencillo, de ahí que los buenos resultados son fundamentalmente suyos, de los empleados”.
Unas palabras que son ratificadas por los supervisores de los turnos en los que se ha conseguido este éxito. Para comprobarlo, hemos querido conversar con los supervisores de estos relevos, que explican la política seguida por MATSA a la hora de priorizar la salud y el bienestar de sus trabajadores.
Así lo pone de manifiesto Emiliano Gallego, supervisor de turno en el Relevo A, que tras nueve años en MATSA, se muestra muy satisfecho con los resultados en materia de seguridad, porque “la gente está muy concienciada con regresar a casa como vino a trabajar a las instalaciones. Los trabajadores me han ayudado mucho para conseguir este objetivo, así que este logro también es de ellos”.
Según explica Gallego, “mi cometido es hacer que se comprometan con la seguridad. Les doy charlas y les comento que ante cualquier incidente que vean que me lo digan, siempre que se pueda mejorar en seguridad, estamos dispuestos a ello. Me gusta hacerles comprender que no se pueden cometer errores, aunque tardemos un poco más en hacer un trabajo. Es mejor ir despacio y no cometer una imprudencia. Y, gracias a esto, desde que estoy supervisor en este turno, nunca hemos tenido muchos problemas”.
Este supervisor de planta, donde entra el mineral procedente de la mina, recalca que la filosofía que transmite la empresa a los trabajadores es que la seguridad está antes que la producción. “Debemos tener mucha preocupación y pensar dos veces antes de realizar los trabajos. Incluso en operaciones en las que no estoy presente, si los empleados ven alguna situación insegura, ellos contactan conmigo y vemos cómo se puede solucionar para hacerla más segura”.
Del mismo modo, el supervisor José María Cortés, del Relevo B, considera que “los datos de la planta son el reflejo del trabajo desarrollado año tras año. Llevamos muchos años realizando charlas concienciando a la gente. Y, desde luego, nos sentimos muy satisfechos de que nos hayan felicitado, porque no es fácil que no se produzca ningún accidente en un lugar donde trabajan tantas personas con niveles tan diferentes”.
Un resultado en el que también está siendo clave la experiencia de la gente, dado que “al principio todos eran inexpertos, pero, ahora, el 80% de la plantilla lleva muchos años trabajando y van adquiriendo una experiencia que es muy positiva. Y eso es clave. Sin olvidar, claro está, que la empresa también está poniendo mucho de su parte, con una novedosa campaña de seguridad, con mensajes constantes a favor de la protección y la salud de los empleados”, considera este supervisor.
Eso sí, a pesar de las felicitaciones recibidas de la dirección de la empresa, José María Cortés tiene claro que “hay que seguir trabajando. No nos podemos descuidar, sino que hay que continuar en esta misma línea. Hay que seguir para mantenerse sin ningún accidente. Yo por mi parte voy a seguir en la misma sintonía y espero repetir estos datos el año próximo, porque la gente experimentada nos ayuda mucho debido a que tiene mucho cuidado y está cada vez más concienciada”.