Redacción. Los rocieros cartayeros van ya camino del Rocío después de que en la tarde de ayer, y en un ambiente prácticamente festivo en el municipio, se sumaran a la comitiva de la Hermandad de Ayamonte, que amadrina a la Hermandad del Rocío de Cartaya, en su procesionar por las calles de la localidad.
Cerca de 200 personas viajan con la Hermandad cartayera, en un total de siete carros de tracción mecánica y dos carros tradicionales tirados por mulos a la larga, comitiva que, según la presidenta de la hermandad, Consolación Palacios, “aumentará a partir del jueves y del viernes, cuando se incrementa significativamente el número de cartayeros que se desplaza a la aldea almonteña”.
Al ritmo de sevillanas, los rocieros cartayeros esperaron en la entrada del municipio, junto al monumento en honor a la Virgen del Rocío, en La Parada, la llegada de la Hermandad de Ayamonte, que se produjo con más de una hora de retraso con respecto a lo habitual, cerca de las 18:30 horas de la tarde. En este punto, y con la asistencia de una representación del Equipo de Gobierno, y de distintas hermandades del municipio, se produjo la tradicional ofrenda de flores al Simpecado que precede al traslado de los romeros a la Iglesia del Apóstol San Pedro.
A las puertas de la parroquia les recibieron el resto de representantes municipales, que realizaron en nombre del Consistorio la tradicional ofrenda al Simpecado; y el cura párroco de la localidad, Manuel Domínguez Lepe, que además de desear un buen camino a los rocieros, les pidió su intersección ante la Virgen del Rocío en un emotivo acto ante la Patrona de la localidad, la Virgen del Rosario.
El presidente de la Hermandad ayamontina, Rafael Martín, agradeció “la buena acogida que siempre nos dispensa el pueblo cartayero”.
Una hora más tarde se repitió la escena, pero esta vez con la Hermandad de Isla Cristina. Los rocieros isleños agradecieron el gesto del Ayuntamiento “de cedernos y acondicionar gentilmente un año más un espacio para pernoctar, en esta ocasión en el complejo deportivo de la localidad”, en la que es la primera pernocta del camino para la comitiva.
Especialmente emotivas fueron las despedidas, en las puertas de la iglesia cartayera, de los Simpecados de Ayamonte e Isla, que este año conducen hasta la aldea almonteña carreteros cartayero, en el último caso José Manuel Custodio, y en el primero, su hijo, José David Custodio, que se despidieron de sus compañeros de la hermandad de la localidad con lágrimas en los ojos y continuos vítores a la Virgen del Rocío.
