Ana Rodríguez. Alemania es un país en el que acaban muchos de los españoles que se deciden a emprender una aventura en el extranjero. Éste es el caso del onubense Juan Borrero Mendoza, de 24 años y natural de Huelva capital, quien lleva ya medio año en la ciudad de Dresde, al este de la nación germana, en la que ha acabado gracias a que encontró un empleo en una consultora de tecnologías de la información.
Juan estudió Primaria en el Nacional de Prácticas, la ESO en el IES Alonso Sánchez y el Bachiller por la especialidad de Tecnológica en el IES La Rábida. Luego se matriculó en Ingeniería Técnica Mecánica en la Universidad de Huelva e hizo el segundo ciclo de la carrera para convertirse en ingeniero industrial. Su promoción fue la última antes de la implantación del Plan Bolonia, lo que condicionó mucho al onubense a la hora de animarse a pedir una beca para estudiar en el extranjero, algo que le hubiera gustado, pues ya cuando estudiaba tenía claro que quería salir de España una temporada.
Durante su etapa de formación, Juan realizó prácticas profesionales en Fertiberia Palos y también en Atlantic Copper, llegando a trabajar después de finalizar éstas en el complejo metalúrgico de la capital durante un periodo de ocho meses, el que duró la parada general que llevaron a cabo el pasado mes de septiembre.
Después de aquello, Borrero decidió que había llegado el momento de levantar el vuelo y ver mundo. Su experiencia nos la relata en esta entrevista:
– ¿Cuánto tiempo llevas en Dresde? ¿Es tu primera estancia en el extranjero?
– Llevo fuera apenas seis meses, desde que conseguí el puesto. Y como no he podido hacer Erasmus, ni de estudios ni de prácticas profesional, es la primera vez que resido en el extranjero.
– ¿Por qué decidiste irte fuera?
– Pues la principal y única razón por la que estoy en Alemania es por trabajo. Sí que es cierto que desde que terminé la carrera siempre he intentado buscar la opción de irme al extranjero. El hecho de que la carrera que me guste esté en Huelva y mi plan de estudios fuera a extinguirse con Bolonia en los talones, determinó que mis cinco años de estudios universitario fueran en Huelva. Además, gracias al convenio entre la Universidad de Huelva y la AIQBE he tenido la suerte de desarrollarme profesionalmente también en Huelva.
– ¿Cómo es la ciudad?
– Es muy bonita, pasa el río Elba por ella y esto, junto a sus edificios, iglesias monumentos… hace que tenga unas vistas preciosas. Lamentablemente, esta ciudad fue gravemente dañada durante los bombardeos del bando aliado en la II Guerra Mundial, pero han hecho una gran labor de reconstrucción para poder recuperar el valor estético de la ciudad.
– ¿Cómo conseguiste empleo en Dresde?
– La oferta de trabajo la encontré en el portal de empleo Infojobs, a través de una consultora de RRHH madrileña que hacía de intermediaria. Fue un proceso de selección lento, donde tuve que realizar varias entrevistas telefónicas, el primer filtro de la empresa de RRHH, y ya luego con mi empresa alemana. Por último, a finales de noviembre tuve una entrevista personal aquí, en Dresde, donde se formalizó mi contrato.
– ¿Qué labores en concreto realizas en tu empresa?
– Pues lo cierto es que mis funciones en esta empresa, pese a ser del sector industrial, se divergen un poco respecto a mis estudios y experiencia profesional. Trabajo para una consultora IT (tecnologías de la información), la cual proporciona soluciones informáticas a multitud de empresas del sector industrial, a través del software SAP. Mi puesto está relacionado en la implantación de módulos de este software focalizado en los procesos de manufactura: definición el producto, proceso de producción, control de datos de proceso, integración con equipos en planta… En definitiva, la parte intermediaria entre la comprensión del propio proceso de producción para transportarlo a la arquitectura informática que lo controla. A mi parecer, los sistemas IT cada vez tienen más importancia en la industria y para todo ingeniero es recomendable ampliar sus campos de conocimientos en estos aspectos más cercanos a la informática.
– ¿En qué otras ciudades has estado por motivos de trabajo? ¿Cómo ha sido la experiencia?
– Hace poco estuve dos semanas en Monterrey, México, con motivo de un proyecto en el que estoy trabajando, colaborando con otra empresa que tiene su sede allí. La experiencia ha sido totalmente positiva, el hecho de estar con compañeros de México, Brasil, Canadá… ha sido gratificante trabajar codo con codo con gente de países totalmente diferentes al tuyo y se aprende una barbaridad.
– ¿Cómo fueron tus primeros días en Alemania?
– Bastante mejor de lo que me esperaba. Antes de marcharme tenía bastantes dudas y miedos sobre cómo me iba a desenvolver aquí. Sobre todo encontrar piso, que es bastante difícil de hacer desde España y sin saber el idioma. Pero la empresa me ayudó en la búsqueda de piso y con el papeleo administrativo necesario para trabajar y residir aquí. Además mi familia, novia y amigos también me dieron mucho ánimo y ayuda en todo momento. Una vez estas aquí, te das cuenta que no es tan dramático y hay muchos españoles y latinoamericanos, por lo que es fácil encontrar gente con la que quedar y que te ayuden a adaptarte a la ciudad.
– ¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar? ¿Has recibido ayuda de tu empresa para aprender el idioma?
– Mi nivel de alemán era nulo al llegar, de lo que es leer un cartel y ni idea de qué dice. Mi empresa me ofreció el trabajo sin requerirme ningún conocimiento de alemán, ya que todos mis compañeros dominan el inglés y puedo trabajar usando este idioma. Entonces ellos no me financian el aprendizaje, pero aún así estoy asistiendo a cursos por la tarde después del trabajo, para ir cogiendo poco a poco conocimiento, porque el alemán no es precisamente un idioma intuitivo de aprender.
– ¿Cuáles son, a tu parecer, los pros y contras de vivir en el extranjero?
– Los pros principalmente son conocer lugares nuevos y conocer gente nueva. Ya no solo por el trabajo y toda la experiencia curricular que te otorga, sino el hecho de estar en ciudades nuevas y conocer personas de multitud de nacionalidades distintas te hace ver lo grande que es el mundo y lo chica que es Huelva. Te abre mucho la mente conocer otras culturas.
La contra es la adaptación al lugar donde vives, en parte por el idioma, en parte por el carácter de la gente, en parte por el clima. Nada de esto es insufrible porque por suerte mucha gente habla inglés aquí. Luego está que la gente, por lo general, tiende a ser más fría y reservada, pero cuando tratas con ellos son amables y dispuestos a ayudar, sobre todo los más jóvenes. Y el frío, pues sí, no hace el sol que hace en Huelva, pero se sobrevive bien y la nieve es muy bonita. Pero la suma de todas estas pequeños detalles hace que se eche de menos Andalucía.
– ¿Cuáles son los principales obstáculos que has tenido que superar en este tiempo?
– Primeramente está el hecho de vivir solo en un estudio. Me desenvuelvo bien cocinando, limpiando y tal, pero es un trabajo diario que o lo haces tú o lo haces tú. Y luego, lo que comentaba de vivir en el extranjero, pero son pequeñas cosas del día a día.
– ¿Cuál es la imagen que tienen los alemanes de España?
– En mi experiencia de las personas con las que he tratado, tienen una imagen normal. Son conscientes de la situación política y económica en la que estamos, pero no lo toman a mofa, ni te miran por encima del hombro. Hay bastantes que han estado alguna vez que otra por aquí de vacaciones, sobre todo Madrid, Barcelona o Mallorca. Eso sí, para explicarles que yo vengo de Huelva tengo que hacerles referencia a Sevilla o incluso Málaga para que tengan noción geográfica.
– ¿Cómo es vivir en Alemania?
– La ciudad en la que vivo, Dresden, es relativamente pequeña, 500.000 habitantes. Eso hace que los costes de vida tampoco sean muy altos. Luego a mí más que el clima, me impacto que el sol se empezaba a poner a las tres de la tarde, por lo que entraba a trabajar de noche y salía de noche. Y por último, esta la gente de aquí, Dresden, fue una ciudad parte de la RDA, por lo que aún se nota y conserva el ambiente soviético. Son de carácter frío y reservado, se nota en los transportes públicos, los supermercados etc. No obstante, yo vivo en una zona de la ciudad más alternativa, con bastante gente joven y extranjera, una zona con mayor vida y ajetreo.
– ¿Cuál es tu balance de la experiencia?
– Mi balance es muy positivo, creo que esta experiencia me está haciendo crecer profesional y personalmente. Es una experiencia nueva para mí, que me ha llegado en un momento muy bueno de mi vida y estoy sacándole todo el partido posible.
– ¿Cuáles son tus planes futuros?
– Pues lo cierto es que mi contrato de trabajo es indefinido. Es una cosa que valoro muchísimo, un trabajo indefinido como ingeniero en Alemania, pero que da respeto. Siendo joven y teniendo a mi familia, novia y amigos en España, no me planteo asentarme aquí a largo plazo, pero sé que aún soy joven y debo aprovechar unos añitos aquí para sacarle partido a esta oportunidad. Después, ¡quién sabe qué te deparará el futuro!
– Algo que desees añadir o comentar…
– Agradecer el apoyo que me han dado los que me rodean en todo momento, que es lo que realmente me ha lanzado a esta aventura.
– Para terminar: un mensaje a los onubenses.
– Únicamente animarles a que, si tienen la oportunidad, salgan fuera al extranjero a estudiar, trabajar o a la aventura. Porque es así como pruebas tus capacidades y como creces como persona. Y aprendes a valorar lo bien que se vive en Huelva.