S. D. Carolina Marín, además de bicampeona del mundo de bádminton, ahora también los es ya de Europa. Lo firmó al revalidar su título continental en la final del torneo celebrado esta semana en La Roche-sur-Yon (Francia), donde se deshizo de la escocesa Kirsty Gilmour en dos sets (21-12 y 21-18), en 43 minutos, coronando así una actuación notable en la fue dejando en el camino a la lituana Akvile Stapusaityte, la bielorrusa Alesia Zaitsava, la finlandesa Nanna Vainio, la danesa Line Kjaersfeldt, y ahora la escocesa Gilmour.
Carolina, que hasta ahora no había accedido a ninguna final en 2016, llegó a Francia como gran favorita, lo que ha acreditado durante el torneo. En la final no fue menos. Gilmour, que con su triunfo en la semifinal ante la danesa Anna Thea Madsen evitó que se repitiera la final de Kazán, en la que la de Huelva se hizo con su primer título continental, no pudo hacer nada ante el mejor juego de la onubense, que ganó con relativa comodidad el primer set y con algo más de esfuerzo el segundo.
Y es que la primera manga duró lo que tardó Carolina en encontrar su juego. Salvo los compases iniciales, en los que la igualdad imperó (4-4), el resto fue dominado por la bicampeona del mundo, que llegó al intervalo ya con cinco puntos de renta (11-6). De ahí al final la onubense impuso su ley, apuntándose la manga por 21-12.
Tuvo que emplearse más a fondo en el segundo set, si bien éste tuvo un comienzo muy favorable para Carolina, que empezó con un claro 5-1. Pero no estaba dicha la última palabra, y Gilmour evidenció que había accedido a la final por algo, volteando el marcador y llegando al intervalo con ventaja: 9-11. Pero duró poco esta pequeña reacción de la escocesa. Un parcial de 6-0 le dio a Carolina la renta suficiente donde asentar el golpe final al partido. Llegó a tener un claro 20-15, aunque Gilmour exprimió sus opciones de dar la sorpresa, que lógicamente no consiguió. En su haber, retrasar el triunfo de la onubense que llegó por 21-18.