Ana Rodríguez. La doctora en Medicina Valle Coronado Vázquez, natural de Cortegana, ya es miembro de la Academia Iberoamericana de La Rábida. Su ingreso se produjo este pasado 28 de abril tras leer, en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de la Merced, su discurso de ingreso titulado ‘Medicina centrada en la persona: hacia la responsabilidad y la libertad de la relación clínica‘.
Fue un acto muy especial, en el que estuvieron presentes amigos y familiares, además de académicos, del mundo universitario, político y social. El acto dio comienzo con un minuto de silencio y la lectura de un manifiesto por parte de Francisco José Martínez López en recuerdo al artista y también académico José María Franco, quien falleció el pasado día 26.
Siguiendo el protocolo del evento, la contestación, también denominada ‘laudatio’, corrió a cargo de Sixto Romero Sánchez, presidente de la Academia Iberoamericana de La Rábida quien también fue el encargado de cerrar el acto después de que la doctora recibiera el diploma y la medalla correspondientes.
La doctora Valle centró su discurso de ingreso en cómo ha evolucionado la forma de relacionarse médico y paciente, discurriendo por diferentes tipos de relación clínica hasta llegar al más actual, y todavía poco extendido en nuestro país, la medicina centrada en la persona. En esta línea, la nueva académica explicó que se ha pasado de un modelo paternalista, en el que el médico era el único que tomaba la decisión de qué era mejor para el paciente porque sólo él tenía el conocimiento necesario para hacerlo, al autonomista, en el que ya empezó a aparecer como un derecho de la persona el dar su consentimiento para participar en cualquier acto médico.
Pero hace ya unos años que se dio un salto cualitativo y se sustituyó este modelo por otro deliberativo, basado en la toma de decisiones compartidas, en el que se hace partícipe y más responsable al paciente en la adopción de las mismas. “La Medicina ha evolucionado y actualmente no existe un tratamiento único para una misma enfermedad, sino diferentes alternativas que habrá que explicar al paciente para determinar cuál es la más adecuada considerando sus valores y preferencias. Se establece así un tipo de relación clínica centrada en la persona, que sigue un modelo deliberativo por el que el paciente decide libremente los mejor para su salud”, explica la profesional sanitaria.
Con su ingreso, la Academia reconoce la labor de la médico, investigadora y docente Valle Coronado, una onubense que ha trabajado mucho en el ámbito de la Atención Primaria y que se ha labrado una dilatada trayectoria profesional gracias a su pasión y entrega al mundo de la sanidad pública. Una dedicación plenamente vocacional, pues desde que era una adolescente siempre supo que quería ser doctora. «Quizá me influyó un médico de mi pueblo, muy amigo de mi padre. Yo escuchaba atenta las historias que mi padre me contaba de él y empecé a admirar la Medicina a raíz de sus relatos», afirma la onubense.
Por ello, no tuvo ninguna duda a la hora de inscribirse en la Universidad de Sevilla, donde se licenció en Medicina y Cirugía. Luego se especializó en Medicina Familiar y Comunitaria, realizando el MIR en el hospital Juan Ramón Jiménez, completando su formación con la actividad docente-asistencial en el centro de salud de El Molino de la Vega.
Asimismo, en 2008 se doctoró en Medicina con sobresaliente cum laude por la tesis ‘Efectividad del tratamiento no farmacológico para el insomnio crónico de pacientes polimedicados’, obteniendo además una beca de la Sociedad Andaluza de Medicina de Familia y el primer premio Maese Alonso del Colegio de Médicos de Huelva aquel mismo año.
Por entonces, Valle ya llevaba tres años ejerciendo como médico de familia y directora de la Unidad de Gestión Clínica del Centro de Salud de Ayamonte, la cual abandonó en 2009 para ser directora médica del Hospital de Riotinto y Área Sanitaria Norte de Huelva, labor que compaginó con la formación y la investigación en el campo de la Atención Primaria y la salud pública.
En este sentido, Coronado no ha parado de complementar siempre sus conocimientos y de actualizarse para atender de manera más integral a sus pacientes. Así, ha realizado un Experto en Dirección Estratégica de Personal en la Escuela Andaluza de Salud Pública por la Universidad de Granada; un Máster de Investigación en Ciencias de la Salud en la Universidad de Huelva, otro Máster en Metodología de la investigación: Diseño y estadística en Ciencias de la Salud en la Autónoma de Barcelona y un Experto en Bioética en la Universidad de Granada.
Precisamente en este último ámbito se halla muy interesada la doctora, lo que la ha movido a inscribirse en el Máster de Bioética y Derecho de la Cátedra de la Unesco de la Universidad de Barcelona, que comenzó el pasado 2015 y que aún está cursando. “El Experto me dio una visión filosófica de la Bioética y el Máster me está aportando una visión desde los derechos humanos, la libertad y dignidad de la persona”, reconoce Coronado, quien también ha sido durante cinco años vicepresidenta del Comité de Ética de Investigación de la Provincia de Huelva.
Por otro lado, como docente la onubense es desde 2011 profesora en el Máster de Investigación en Ciencias de la Salud de la Universidad de Huelva, ha impartido clases de Metodología de la Investigación en el Máster Oficial en Ciencias de la Enfermería de la Onubense, también en el Experto en Cuidados Oncológicos y Paliativos de la Facultad de Enfermería de la UHU y en los cursos de formación para Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. Además ha colaborado con la Cátedra de Profesionalismo y Ética Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y actualmente coordina un curso de gestión clínica para Médicos Internos Residentes del Servicio Aragonés de Salud.
Y es que desde julio del año pasado, la doctora trabaja como médico de familia titular del Consultorio de Ariño, en Teruel, y es también coordinadora del Centro de Salud de la localidad turolense de Andorra donde se ha trasladado para volver a la asistencia tras su paso por la gestión, lo que le ha permitido comenzar de nuevo a investigar en el ámbito de la Atención Primaria con una nueva línea de investigación en el campo de la bioética y las enfermedades crónicas e iniciar nuevos proyectos, como un estudio que se lleva a cabo en ocho Centros de Salud de Aragón y Andalucía sobre adecuación de la medicación en pacientes polimedicados utilizando la toma de decisiones compartidas con el paciente.
– Valle, ¿de qué trata la investigación que estás llevando a cabo actualmente?
– Precisamente se trata de un proyecto sobre decisiones compartidas con el paciente. Como miembro del grupo de investigación de bioética de Aragón, se lo comenté a algunos de sus investigadores y les pareció una buena idea. Ahora estoy muy contenta porque nos han premiado el proyecto en una convocatoria a nivel nacional. Se trata de un ensayo clínico para determinar la efectividad del modelo de relación clínica basado en la toma de decisiones compartidas. El objetivo es analizar si la aplicación de esta nueva forma de relación clínica aumenta la seguridad de los pacientes en el uso de la medicación, de forma que se disminuyan los ingresos y la asistencia a urgencias por problemas relacionados con los medicamentos. Hay un grupo intervención donde los profesionales utilizan una herramienta diseñada para tomar decisiones, y un grupo control que sigue la práctica clínica habitual. En suma, se trata de revisar la medicación de los pacientes, determinar que fármacos son inadecuados, hablar con el paciente y comunicar los problemas detectados, mostrar las alternativas disponibles y, después de proporcionar toda la información el paciente toma la decisión final integrando sus preferencias con la información científica. Tratamos de hacer partícipe al paciente en las decisiones sobre su proceso de enfermar, y luego analizamos si todo ello sirve para reducir las urgencias y los ingresos por el mal uso de los medicamentos.
– Además de éste, ¿tienes en Aragón otros proyectos?
– Sí, con el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, para el que estoy trabajando en la coordinación de un curso de gestión que forma parte del Programa Común complementario para Médicos Internos Residentes de toda la Comunidad de Aragón.
– Al margen de la gestión, tu trabajo siempre ha estado muy enfocado a la Atención Primaria…
– Sí, cuando hice la carrera me presenté al MIR y tuve dudas entre las especialidades de Psiquiatría y Atención Primaria, pero al final opté por ser Médico de Familia en Huelva. La Atención Primaria es diferente a la medicina hospitalaria porque te permite conocer al paciente en su realidad, en su contexto, lo que entiendo que es conocer al paciente en su integridad, ya que la enfermedad no se puede aislar de la persona. Conocer sus formas de vida, sus problemas sociales y su entorno, que es donde con frecuencia está la causa que ha desencadenado la enfermedad o que puede detener el proceso de curación. Todo esto no se percibe en un hospital. Pienso que la Primaria es una medicina que por su carácter longitudinal permite la acumulación de experiencias de un mismo proceso, lo que la hace diferente a la medicina hospitalaria que aísla al paciente de su contexto y supone una ruptura con la continuidad de la asistencia.
– Sobre todo esto que comentas has basado tu discurso de entrada en la Academia…
– Sí, el discurso lo he orientado a la toma de decisiones compartidas, en la que se hace partícipe y más responsable al paciente en la elección sobre los aspectos que interesan a su enfermedad. Este es un modelo que comenzó a desarrollarse hace unos años en Estados. De esta forma de relación clínica se han hecho ya algunos estudios, existiendo también críticas al mismo como el tiempo que se precisa para su aplicación. Sin embargo, y a pesar de que esto es cierto, se ha comprobado que mejora la satisfacción de los pacientes, y lo más importante, que mejora los resultados en salud aumentando la responsabilidad de los pacientes para con su salud. En España han existido algunas experiencias en la toma de decisiones compartidas en determinadas enfermedades, como la diabetes y la osteoporosis, y se han hecho pequeños estudios que se están empezando a aplicar. Está llegando tímidamente, fundamentalmente movido por el cambio social.
– ¿Cómo por el cambio social?
– Actualmente con la gran cantidad de información médica disponible a través de Internet, el paciente llega ya a la consulta más o menos “informado”. Aunque en ocasiones sus ideas son erróneas, les sirven para manifestar durante el acto clínico sus preferencias. Este cambio en el paciente obliga al profesional a adoptar una actitud diferente durante el encuentro clínico en el sentido de modular la información según las últimas evidencias científicas disponibles, lo que conlleva una actualización y formación continua. Dada la velocidad con la que se producen los cambios científicos, este va a ser una de las tareas principales de los profesionales de la salud en este siglo.
– Finalmente, ¿por qué decidiste entrar en la Academia Iberoamericana de La Rábida?
– Hace años que tengo contacto con la Academia y conozco a muchos académicos. Una vez que comienzas a participar en los actos que se organizan con el objetivo de difundir a la sociedad las artes, las ciencias y las letras, vas implicándote cada vez más en su cometido. Esto me llevó a una propuesta por parte de la Junta General que en junio de 2015 decidió por mayoría mi ingreso. Es para mí un honor poder formar parte de la Academia, participar de sus nobles tareas y compartir con todos los académicos la pasión por la cultura.
¡Muchas gracias Valle y enhorabuena!