Mari Paz Díaz. Acercar a los niños al teatro es el objetivo de las funciones teatrales que está llevando a escenarios de toda España la compañía teatral de la actriz catalana Blanca Marsillach. Una propuesta que ha visitado recientemente la capital onubense, con la representación de diferentes obras en el centro cultural ‘Los Desniveles’ de La Orden para los alumnos del Colegio Montessori de Huelva. En concreto, la compañía de la artista representaba ‘El invisible Nikolaus’ y ‘Ella al desnudo’, en las que se mostraban escenas ejemplarizantes para educar en valores a los jóvenes.
En el primer caso, ‘El invisible Nikolaus’ mostraba consejos a los niños a través de canciones e imágenes adaptadas a su edad, teniendo los alumnos un papel muy activo durante toda la actuación. Por su parte, ‘Ella al desnudo’ se centraba en la violencia de género mediante una dinámica de talleres en los que se emplearon técnicas teatrales, dramáticas y artísticas, para ayudar a quitar bloqueos y desarrollar capacidades personales, como la creatividad y la imaginación. Durante la jornada, la propia Blanca Marsillach realizó un taller de inteligencia emocional en el que los alumnos intervinieron de forma muy activa.
Una experiencia de la que hemos querido hablar con la actriz, que nos cuenta en esta entrevista algunos de los proyectos en los que está inmersa su compañía teatral, nacida en el año 2010 a través de Varela Producciones, una empresa formada por Blanca Marsillach y la empresaria y productora Elise Varela.
Una compañía exclusivamente social destinada a ayudar a diferentes colectivos sociales, «devolviendo el amor incondicional que recibió la pequeña de las Marsillach de un grupo de mujeres en un momento determinado de su vida, produciendo, adaptando y montando diversas obras de teatro como ‘La Noche al desnudo’ de Michael Weller, ‘Con las alas cortadas’ de John Godber, ‘El reino de la tierra’ de Tennesse Williams, ‘Pareja abierta’ de Dario Fó, etcétera», según explica la entidad. En esta filosofía se enmarca los programas educativos desarrollados en Huelva, en los que el teatro se presenta como un arma terapéutica única para diferentes colectivos sociales, como nos cuenta Masichall.
-Blanca, ¿cómo fue la experiencia vivida en Huelva?
-Ha sido fantástica. Todos los participantes se han mostrado muy abiertos y comunicativos, así que el resultado ha sido muy positivo. Y los profesores quedaron muy contentos con las representaciones.
-¿En qué consistieron las obras de teatro que se representaron en Los Desniveles?
-Estas obras se enmarcan dentro de un programa que llevamos a cabo junto con el Instituto de la Mujer en diferentes escenarios del país. Por ejemplo, después de Huelva hemos estado en Badajoz.
–Y, ¿el taller impartido a los niños?
-En este taller lo que hacemos es que se ponen tres cartulinas sobre el escenario. Una para el pasado, otra para el presente y otra para el futuro. Luego, los chicos y chicas salen al escenario y escriben los miedos y complejos que puedan tener, con la finalidad de dejarlos atrás. Después nos vamos al presente, donde se tiene la posibilidad de poder cambiarlos para caminar con paso firme de cara al futuro.
En el marco del taller hay una obra que habla de una chica de nuestro tiempo con falta de autoestima, a la que la sociedad le dice lo que tiene que hacer. Y con la representación, nosotros lo que intentamos es alejarnos de los prototipos de la Cenicienta, donde la mujer siempre tiene que estar guapa, delgada, ser la mejor madre, la mejor trabajadora, etcétera. Frente a esto hacemos un canto a la mujer natural para inculcarles otro tipo de valores alejados de los cánones consumistas.
-¿Cuál es la reacción de los chicos y chicas ante este tipo de representaciones?
-Muy positiva, puesto que les ayuda a reflexionar sobre la sociedad actual, con lo que salen liberados. Es una experiencia muy distinta a lo que han podido hacer anteriormente, en la que tienen la oportunidad de comprobar que el teatro puede ser un vehículo idóneo para transformarse, canalizar su energía y deshacerse de aquello que no nos hace falta. Es una tabla de salvación. Porque tenemos claro que el teatro puede ser muy terapéutico.
-Para finalizar nos gustaría preguntarle por Huelva. ¿Es la primera vez que venía? ¿Cuál ha sido su impresión de la ciudad?
-Era la primera vez que venía con este programa a Huelva, pero ya la conocía de antes. A mí me encanta Huelva. Es una ciudad con mucha fuerza, donde se come muy bien y donde siempre nos han tratado estupendamente.
