HBN. Los medios de comunicación a nivel nacional se han hecho eco de la aparición de una gran bola de fuego, que ha cruzado en la madrugada del pasado martes, 23 de febrero, el centro y este de la Península Ibérica, según los datos de la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos.
En su página web de explica que se trata de un cuerpo del que aún se desconoce con seguridad su origen y que fue registrado alrededor de las 06.00 horas por las cámaras del Observatorio del Ebro.
La bola de fuego pudo ser grabada por los detectores que la Universidad de Huelva opera en varios puntos del país: el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo), Sevilla, Huelva y el observatorio de Calar Alto (Almería). Estos detectores trabajan en el marco del proyecto SMART, cuya finalidad es vigilar continuamente el cielo con el fin de registrar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos lugares del Sistema Solar.
Concretamente, se ha podido observar en zonas de Andalucía, Aragón, Asturias, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, Navarra, País Vasco y Región de Murcia.
Se trata del cuarto bólido registrados en lo que va de 2016. Casualmente, todos ellos se han producido en el mes de febrero. El 3 y 4 de este mes se detectaron dos bolas de fuego que, según los expertos, tenían ambas su origen en la lluvia de meteoros Alfa Cáncrida. Estos fenómenos se pudieron observar en prácticamente todo el centro y zona este del país, igual que el observado este martes.
El último, hasta ahora, se detectó el pasado 13 de febrero y se vio en Andalucía, Islas Canarias, y Marruecos. Los científicos sugieren en el informe que se trata de un bólido «esporádico», ya que es habitual el paso de estos cuerpos de manera periódica por el cielo.
El Observatorio de La Hita, ubicado en La Puebla de Almoradiel (Toledo), ha grabado una bola de fuego, más brillante que la Luna llena, que fue «especialmente espectacular» para quienes la vieron desde Madrid, Cuenca y Valencia. Es la tercera bola de fuego que registra el observatorio de La Puebla de Almoradiel en apenas cinco días ya que los días 19 y 21 también observó otras dos bolas, aunque menos brillantes que la de esta semana.
Según el análisis llevado a cabo por el profesor José María Madiedo, de la Universidad de Huelva, la bola de fuego se produjo por el brusco impacto contra la atmósfera terrestre de una roca a una velocidad de unos 111.000 kilómetros por hora. Esto hizo que la temperatura de la superficie de la roca superase rápidamente los 2.000 grados centígrados y se iniciara la bola a una altitud de unos 93 kilómetros sobre la vertical de Almodóvar del Pinar (Cuenca).
La bola de fuego alcanzó un brillo superior al de la Luna llena según avanzaba en dirección sureste y alcanzó una altura final de 32 kilómetros sobre la vertical de Requena (Valencia).
Según Madiedo, la roca que produjo el fenómeno seguía una órbita tipo cometa antes de impactar con la Tierra, aunque ha añadido que resultó «llamativo» que la resistencia del material fuese superior a la habitual para una roca procedente de un cometa.