El Recreativo regala a su afición una explosión de alegría con su triunfo in extremis (1-0) ante el Granada B

Los jugadores del Recre celebran con la Grada de Animación el gol de la victoria. / Foto: Josele Ruiz.
Los jugadores del Recre celebran con la Grada de Animación el gol de la victoria. / Foto: Josele Ruiz.

P. Gamero. Dicen que las finales no se juegan, se ganan. La final que disputó este sábado el Recre ante el Granada B, con un Nuevo Colombino casi lleno, la ganó, en ausencia de fútbol, por fe, por empuje, por garra y por ambición. Todo esto se unió en un equipo que, con su victoria (1-0) sobre la bocina, hizo posible en su afición una explosión de alegría incontenida, como quedó patente en la forma como lo celebraron al final sobre el terreno de juego.

“¡Que bote el Colombino!”… “¡Sí, se puede!”… Y claro, el habitual “¡Comas vete ya!”, fue el grito unánime de una afición que arropó a sus jugadores desde el primer momento, y que fue el punto de apoyo en el que cimentaron una victoria in extremis, pero trabajada y merecida, coronada con ese gol de Rubén Mesa que llevó el éxtasis a la grada.



Los jugadores del Recre portaron una camiseta que rezaba 'Mañana es tarde'. / Foto: Josele Ruiz.
Los jugadores del Recre portaron una camiseta que rezaba ‘Mañana es tarde’. / Foto: Josele Ruiz.

Pero mucho tuvo que currar el Recre para ganar un partido que se complicó en el segundo tiempo. Porque las buenas intenciones del Recre, azuzadas y alentadas desde su fiel grada, murieron en las propias limitaciones en el primer tiempo, únicas responsables de que el Decano no se fuera con ventaja al intervalo.

El partido fiesta del Nuevo Colombino -una gozada ver las gradas del estadio llenas- tuvo a un Recre ambicioso, peleón y con ganas en el arranque. Con las novedades de Carlos Delgado, Dani Molina y Arthuro en el once -por Iván Robles Manu Molina y Edu Moya-, el Decano comenzó llegando al área del Granada B, en esos instantes, convidado de piedra en esta demostración de recreativismo auspiciada por esos trabajadores y empleados del club, y respondida por la masa de seguidores que para nunca dejará solo a su equipo. En apenas un minuto Antonio Núñez, por la derecha, y Miguelito, por la izquierda, superaron a sus pares y estuvieron en condiciones de servir una pelota, de gol seguro, a Arthuro, pero marraron ese pase que hubiera sido letal.


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Antonio Núñez mantuvo una línea de trabajo en todo el encuentro. / Foto: Josele Ruiz.
Antonio Núñez mantuvo una línea de trabajo en todo el encuentro. / Foto: Josele Ruiz.

No decayó el ánimo albiazul, que a los 9 minutos tuvo la ocasión más clara para marcar. Ale Zambrano le ganó la partida a Brian Oliván y se plantó solo ante Dimitrievski, que repelió con el pie el lanzamiento del onubense; la jugada siguió, y el posterior remate de Dani Molina lo rechazó Morante a córner.

El Recre, desde ese momento, más con el corazón que con la cabeza, siguió insistiendo, pero es cierto que sus llegadas ya fueron menos frecuentes y sus buenas intenciones no cristalizaron en acciones de peligro. Para colmo, a la media hora, este equipo volvió a verse azotado por el infortunio en forma de lesión de su deseado delantero centro, Arthuro, que tuvo que abandonar el terreno de juego en camillas. Rubén Mesa fue el relevo.

En los últimos compases del primer periodo, el dominio del Recre sí se fue diluyendo, en tanto que el Granada B dio un pasito al frente, y aunque todas sus llegadas fueron en acciones a balón parado, además sin excesivo peligro, el partido ya había cambiado y la pelota estaba más tiempo en el campo del Decano.

La llegada del descanso pudo ser bien recibida por los albiazules, por aquello de recuperar resuello y oxígeno para un segundo periodo en el que las espadas estaban en todo lo alto.

La segunda parte fue diferente. El Recre, ni mucho menos, dominó como antes, y hasta en algunas fases se temió que llegara antes el gol del Granada B. Aunque el Recre entró con ganas y llevó la iniciativa, ese empuje duró apenas un cuarto de hora, ya que a partir de ese momento fue el Granada B el que, tras estirar sus líneas, comenzó a llevar peligro a las inmediaciones de Rubén Gálvez. En una de esas acciones reclamó como penalti un posible derribo dentro del área a Sergi Guardiola. El árbitro votó en blanco.

Jesús Vázquez pugna con un contrario en el partido de este sábado. / Foto: Josele Ruiz.
Jesús Vázquez pugna con un contrario en el partido de este sábado. / Foto: Josele Ruiz.

La entrada de Waldo, cuando peor pintaban las cosas para el Decano, fue un golpe de aire fresco en los albiazules. El canterano, en dos incursiones por su banda, levantó el ánimo de todos, y aunque en la resolución de esas jugadas no anduvo fino, al menos el aficionado -y también los jugadores- empezó a creer en que el gol era posible.

El partido entró en su recta final con un Granada B amagando más que dando, y el Recre muy precipitado en sus acciones. El 0-0 parecía que ya no se iba a mover, hasta que llegó el momento mágico que encendió la pasión y llevó la euforia a la grada y al campo. Waldo recibió la pelota en su banda, esta vez sí cedió la pelota en mejores condiciones hasta Rubén Mesa quien, por fin, hizo lo que sabe hacer ejerciendo de ‘9’, la paró, con el cuerpo se zafó de su par y, a la media vuelta, mandó la pelota a la red, provocando el éxtasis.

Arthuro fue una de las novedades en el once del Recre, y lamentablemente se fue lesionado. / Foto: Josele Ruiz.
Arthuro fue una de las novedades en el once del Recre, y lamentablemente se fue lesionado. / Foto: Josele Ruiz.

Tras el tanto, con un minuto de tiempo reglamentario más el añadido por delante, el Recre quiso tirar de ese oficio que quizás le faltó en anteriores compromisos. Paró el juego, hasta lo enmarronó como mandan los cánones, y provocó que los nervios del rival le jugaran un mala pasada a Uche, que fue expulsado, lástima que en esa trifulca, también Mario Marín se tuvo que ir a la calle.

No se jugó, para bien del Recre, que ganó el final sin sobresaltos, reservándose su explosión de alegría una vez acabado el choque. El Recre había ganado los tres puntos, tremendamente importantes con lo que hay en juego, pero además había goleado en su orgullo… el apoteósico final con el estadio gritando “¡Sí, se puede, sí se puede!” quedará para los anales de una historia que no se va a acabar porque el Recre ni caminará solo, ni lo dejarán morir.

RECREATIVO: Rubén Gálvez; Mario Marín, Álvaro Moreno, José Alonso, Carlos Delgado (Edu Moya, 72′); Jesús Vázquez, Ale Zambrano (Waldo, 77′), Antonio Núñez, Dani Molina, Miguelito; Arthuro (Rubén Mesa, 28′).

GRANADA B: Dimitrievski; Nico (Carmona, 88′), Pawel, Morante, Brian Oliván; Sergio Martín, Navarrete (Tomás, 84′), Uche, Clifford; Sergi Guardiola, Wilson Cuero (Boateng, 72′).

Árbitro: Jerónimo Montes García-Navas (colegio madrileño). Expulsó con roja directa a Mario Marín (92′), y por doble amonestación a Uche (92′). Mostró la cartulina amarilla a Jesús Vázquez (41′), por el Recreativo; y a Sergi Guardiola (66′), Pawel (70′), Morante (91′) y a Dimitrievski (92′), por el Granada B.

Gol: 1-0 (89′) Rubén Mesa, a la media vuelta, bate a Dimitrievski, tras un pase de Waldo.

Incidencias: Partido correspondiente a la 30ª jornada en el grupo IV de Segunda B, disputado en el estadio Nuevo Colombino. Casi lleno, el recreativismo respondió a la llamada de los empleados del club y dio color y calor al equipo en la grada.

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