S. D. Bronce. Y pudo ser más. Pero… Un dramático y agónico final del último set del último partido de las semifinales ante Bulgaria privó a España, y con ella a Carolina Marín y a Haideé Ojeda, de pelear por el oro este domingo. De todos modos no está nada mal, pues el combinado española ha hecho historia al acabar en el podio del Campeonato de Europa de bádminton que tiene lugar en la ciudad rusa de Kazán, con una medalla de bronce colgada al cuello.
Bulgaria era el rival en las semifinales. Podía presentarse como una revancha tras el cruce de ambos en la fase de grupos, saldado en favor de las centroeuropeas y que dejó al borde de la eliminación a España. No pudo concretarse esa revancha. España, para llegar aquí, ha tenido que remar contra la corriente. Pero su triunfo ante Bélgica por 5-0 y, en el duelo definitivo, ante Estonia (3-2), hicieron posible acceder a los cuartos de final.
Fue en esa ronda donde apareció Ucrania, a la que España superó con mucha comodidad, utilizando sólo los tres individuales. Y ahora, en la antesala de la final, esperaba Bulgaria, que de nuevo venció por 3-2.
Y es que el partido no pudo comenzar mejor, ya que España se colocó con un 2-0 que dejaba la final a tiro de piedra. Porque Carolina Marín, en su partido de individual, mandó con solvencia ante Linda Zetchiri, a quien superó por 21-17 y 21-9; luego fue Beatriz Corrales la que en esta ocasión derrotó a Petya Nedelcheva por 21-13 y 21-11 -perdió en el partido de la fase de grupos, dejando a España en clara ventaja. Pero Clara Azurmendi no pudo dar el tercer y definitivo punto a España al caer ante Stefani Stoeva por 21-17 y 21-11. El guión del partido cambió.
El pase a la final se decidiría en los dobles. Primero saltaron a la cancha Haideé Ojeda y Sara Peñalver, por España, y Petya Nedelcheva y Gabriela Stoeva, por Bulgaria. Ganaron las búlgaras por 21-19 y 21-11, por lo que la pelea por el oro quedaba reservada, de esa forma, al vencedor del último dobles Carolina Marín/Beatriz Corrales ante Stefani Stoeva/Linda Zetchiri.
Y fue un partido dramático, en el que las búlgaras comenzaron mandando al vencer claramente la primera manga por 21-17. Pero reaccionaron las españolas que, en el segundo set, se fueron arriba y forzaron la disputa del tercero al imponerse por 21-17. Y en ese set que decía el finalista tuvo la fortuna de cara Bulgaria. Fue una manga cerrada, sin que ninguna de las dos parejas lograra más que dos puntos de renta. Curiosamente una de ellas favoreció a España, con un 20-18, que le otorgó dos volantes de partido. No los aprovechó, y el mazazo que supuso perder esa renta se tradujo, desgraciadamente, en la derrota por 20-22.
Punto final a la actuación española en el Europeo, coronada de todos modos con un bronce histórico que seguro sabrá mejor en un futuro cuando pase el mal sabor de boca que ha dejado caer en la ‘foto-finish’ en una semifinal agónica.