Silencio por las calles de Huelva para recibir al Cristo de la Misericordia

Elisabeth Méndez. Faltaban cinco minutos para las 20 horas y a las puertas de la Iglesia del Cristo de la Misericordia un rotundo silencio advertía de la salida de su cofradía. Silencio que llenaba de encanto el primer Jueves Santo de penitencia de esta Hermandad, y que era roto por momentos por el sonar de la esquila que anunciaba el avanzar de la cofradía.

Quince minutos más tarde, sobre las 20:10 horas, el rostro de Nuestro Padre se asomaba a la calle Rábida para saludar a los últimos rayos de sol que a esa hora quedaban.

La noche llegaba acompañada del negro de la túnica de los cientos de nazarenos que lo acompañaban, una imagen oscura y sobria que representa con elegancia el dolor de Cristo crucificado, talla de Gabriel Cuadrado Díaz que en este 2013 ha cumplido su 30 aniversario.

El color de la cofradía llegaba de la mano del monte de claveles rojo sangre sobre el que la cruz de Cristo se enclavaba, mientras que la luz era aportada por los cuatro cirios que custodiaban el paso, guiado en todo momento por los capataces José Manuel González y Fernando Mora, y acompañado además por su junta directiva, elegida en 2011, encabezada por Rafael Antonio López como hermano mayor.

El reloj avanzaba a la vez que la cofradía transitaba por el centro de Huelva al paso que marcaba sus más de 20 costaleros que seguían en todo momento a unos 150 nazarenos que acompañaban al Santo Cristo en su estación de penitencia el Jueves Santo por Huelva.

De este modo, la Misericordia onubense marchaba hacia Carrera Oficial, observada a su paso por cientos de onubenses que la esperaban por las calles Rábida, Gobernador Alonso y Bocas, donde los espectadores comenzaron a sacar sus paraguas a la vez que la hermandad miraba al cielo por un instante en el que empezaron a caer algunas gotas, pero que no llegaron a ser molestas.

Eran las 20:55 cuando una Huelva impaciente y callada recibía a la Cruz de Guía de la Misericordia en Carrera Oficial, seguida por el cortejo de nazarenos que abanderaban a su Santo Padre crucificado, colmando de misterio y elegancia un recorrido en el que el silencio característico era interrumpido por el sonido del muñidor que se encontraba encabezando el cortejo.

Cumpliendo con su horario, a las 21:40 horas la Cruz de Guía finalizaba su recorrido oficial y se adentraba en la calle Cardenal Cisceros, produciéndose la salida del Cristo de la Misericordia unos diez minutos más tarde.

Ya en la calle Berdigón, el paso se detuvo por unos minutos y los costaleros que venían acompañándolo desde fuera, se dispusieron a realizar el relevo que le permitiría llevar a su Padre Jesús hacia la Plaza Isabel la Católica, y las calle Nuestra Señora de la Esperanza y La Paz, y llegar de nuevo en su casa, en la calle Rábida.

De este modo, esta hermandad del silencio culmina su primer año de estación de penitencia en el Jueves Santo de Huelva, desde que en 2010 decidieran abandonar la ‘Madrugá’ para salir en el Jueves Cofrade, encontrándose por dos años consecutivos con el impedimento de poder salir causado por la lluvia.

Eran las 23:20 horas cuando esta hermandad dirigía de nuevo su Cristo de Misericordia a la feligresía donde María Santísima de la Concepción lo esperaba para cuidarlo, sin olvidar el deseo de esta hermandad: poder sacarla algún año acompañando a su hijo en esa cofradía del  Jueves Santo.

Datos de la Hermandad