HBN. La tradición olivarera y aceitera de la provincia de Huelva viene de antaño. Un hecho que es conocido por todos, pero que no deja de ser llamativo y un referente para los que ahora ocupamos estas tierras. Un ejemplo de esta tradición lo encontramos en Paterna del Campo, una zona antes denominada Campo de Tejada – comprendía los territorios de los municipios de Paterna, Escacena y Castilleja del Campo- en la que existen pruebas de que se viene produciendo aceite de oliva, al menos, desde el siglo XIII.
Este arte ancestral es motivo de orgullo para la S.C.A. San Bartolomé de Paterna del Campo, que ha conservado el método de sus antepasados para seguir haciendo un aceite de oliva virgen extra como el de antes, como el de hace cientos de años. Y es que, como explica su gerente, Antonio J. Pascual Moya, «nuestros ancestros ya comerciaban con nuestro aceite de oliva, llegando incluso hasta la misma capital del mundo de la época: Roma. En la antigüedad el aceite era transportado en vasijas no reutilizables de barro y en ellas se indicaba la zona de la que provenía el aceite, así como el año. Pues bien, en el Monte Testaccio, junto a la ciudad de Roma, hoy día se han encontrado numerosas vasijas con las referencia de nuestra zona: desde los Campos de Tejada«.
Un dato increíble que ratifica la amplia historia de la producción olivarera en la provincia de Huelva y, en concreto, en Campo de Tejada. Pero la historia continúa y gracias a cooperativas como la de San Bartolomé los ciudadanos de hoy día pueden seguir degustando el zumo de la aceituna como se hacía antaño. Ello es posible gracias a que, generación tras generación, en Paterna se ha ido mimando el olivo y aplicándole las técnicas de poda, abono y seguimiento de plagas o enfermedades transmitidas a los actuales agricultores por sus antepasado.
La mejor manera de comprobar cuál es el resultado de esta transmisión de conocimiento es echar un poco de este aceite en una tostada o una ensalada, probarlo y ver qué pasa. «Este gesto cambia el concepto del consumidor. Sin saberlo, su subconsciente le llevará a su infancia, recordándole los lugares rurales. Lo diferente de nuestro aceite es, sin duda, su cuerpo con gran intensidad, su color verde olivo, sin impurezas ni retoques, su estabilidad a lo largo de tiempo, su versatilidad, su aroma que te recuerda al campo…», explica Antonio J. Pascual.
Los agricultores de estas tierras miman sus olivos centenarios familia a familia, finca a finca, generación tras generación, pero el paso del tiempo también les ha permitido hacer su trabajo más sencillo, incorporando las últimas tecnologías para poder extraer del campo, de manera rápida y eficiente, un producto de gran calidad.
Así, entre la Sierra y la Campiña onubenses, junto al arroyo del Columbel, en una zona de piedra caliza y tosca, siguen creciendo árboles robustos de cuyo fruto el hombre continúa sacando buen partido, pero de manera más organizada y sistemática, consecuencia de los nuevos tiempos. En concreto, hace más de medio siglo que los agricultores de Paterna del Campo se unieron para aglutinar una producción mayor y así poder tener más peso en el mercado y obtener mejores precios. Nacía la Sociedad Cooperativa Agrícola San Bartolomé en 1963.
Aunque al principio sólo contaba con medio centenar de socios, poco a poco fue creciendo en número hasta llegar a los 575 socios actuales, y se inscribieron agricultores procedentes de otros municipios, como Escacena del Campo, Berrocal, Manzanilla, y Villalba del Alcor. A día de hoy, la S.C.A. dispone de una superficie arbolada de 1.300 hectáreas de olivar tradicional muy repartidas geográficamente, siendo estas explotaciones agrícolas familiares, de una media de dos hectáreas por explotación.
A lo largo de su historia, la cooperativa ha vivido dos momentos especialmente significativos. Uno en 1998, cuando una nueva directiva transformó mecánicamente las instalaciones, apostando por el acero inoxidable en todo el recorrido de la almazara, desde la aceituna hasta el envasado del aceite, al objeto de obtener un producto de la mayor calidad posible.
Más tarde, el segundo gran hito fue pasar de una comercialización a granel de la producción y autoconsumo para socios originarios, a la venta a terceros del aceite ya envasado y entregado en destino (mayoristas, minoristas, canal Horeca, etc.) tras mejorar la calidad del producto y las instalaciones. Este último cambio, fruto de la evolución de la mentalidad y visión de futuro de los socios, está teniendo su mayor desarrollo en las dos últimas campañas, creciendo en torno a un 30% el envasado en cada una de ellas.
Las instalaciones actuales de la cooperativa, fruto de la evolución del sector y la incorporación de las últimas tecnologías, disponen de una línea de recepción de aceituna, varias naves de almacenamiento y diversos aperos para realización de las labores más habituales, incluso de una pequeña tienda de suministros. Hasta aquí llega la aceituna verdial de Huévar, base de Olipaterna, aunque, como explica el gerente de la S.C.A. «con los años fueron injertando variedades manzanillos en verdiales, incluso se sembró una gran cantidad de manzanillos. Esta opción de plantación permite al agricultor decantarse cada campaña por la recojida de la aceituna en verde para mesa o para molturación, con la obtención de nuestro Olipaterna. En definitiva, permite un mayor juego a los socios según esté la economía de cada uno de ellos y los precios del mercado en ese momento».
La pasada campaña, la cooperativa San Bartolomé recolectó 1,8 toneladas de aceitunas, obteniendo de ellas, a pesar de ser una primavera más bien seca, 350 toneladas de su Aceite de Oliva Virgen Extra Olipaterna con una elevada calidad. Las últimas cosechas se han envasado prácticamente al 100% y los responsables han observado un aumento de las ventas considerable: «estamos llegando a unas ventas de aceite envasado de 75-80% de la producción total, y seguimos creciendo si parar. Tenemos una demanda alta de nuestro producto en los diferentes envases», apostilla Antonio J. Pascual.
Este año, sin embargo, el tiempo ha sido bastante bueno hasta el final de campaña, lo cual ha permitido a los agricultores de esta cooperativa onubense recolectar la aceituna de forma rápida y limpia, un importante factor para obtener un excelente aceite. Así, esperan obtener unos resultados bastante similares a los del pasado año, incluso unas 20 toneladas por encima de la anterior producción.
La S.C.O. comercializa su aceite de oliva virgen extra en diferentes formatos para adaptarse a los distintos usuarios. Desde envases de plástico de cinco litros, dos litros y 500 ml, hasta los de cristal de 250, 500 y 750 ml, además de latas de cinco litros.
Por otro lado, aunque las ventas de Olipaterna se centran principalmente en las provincias de Huelva y Sevilla, también se suministra a otras ciudades como Cádiz, Madrid, Barcelona, Galicia, Asturias, etc. Además, y aunque aún no suponen un gran peso en el cómputo anual, en los últimos años la cooperativa está exportando su aceite fuera de España, en concreto a Eslovenia y Alemania, y se encuentra en negociaciones para servir también al mercado anglosajón.
A estas expansión ha colaborado en gran medida la tienda on line de la que dispone la cooperativa, que les ha abierto las puertas al mundo, siendo capaces de llegar a hogares de cualquier punto del Globo de forma rápida y directa, donda lugar asimismo a un aumento en las ventas y mayor difusión de su marca de aceite.
«Nuestro objetivo es poder vender la producción al 100% envasada, y dar valor añadido al producto con el fin de obtener mayor rentabilidad para nuestros asociados. Todo ello mirando hacia el exterior y la unión de cooperativas para una mejor comercializadora y poder llegar a mercados más lejanos que de forma individual seria mas costosa», apunta el gerente de la S.C.A. San Bartolomé.
Pero de lo que está convencida la cooperativa de Paterna del Campo es de que quien prueba su aceite, repite. Por eso, y al margen de Internet y otras promociones en distintos medios, apuestan por el contacto directo con el cliente a través de, por ejemplo, ferias promocionales o pruebas en la calle. Además, patrocinan escuelas deportivas BTT desde el convencimiento de que la salud, el deporte y el aceite de oliva virgen extra «están muy unidos y van de la mano, junto con la dieta mediterránea».
En suma, esta cooperativa mantiene vivo el espíritu tradicional de un antiguo oficio, haciéndolo compatible con métodos innovadores, tanto de producción como de difusión y comerialización, logrando un aceite con lo mejor de dos tiempos, el pasado y el presente.