El Museo Arqueológico de Huelva ‘Tartessos’ podría acoger más de un millón de piezas de gran valor en el edificio del Banco de España

Mari Paz Díaz. Que no caiga en el olvido. Ese es el objetivo de la Asociación Amigos del Museo Onubense (AMO), que continúa con su reivindicación para que en el antiguo edificio del Banco de España se cree un Museo Arqueológico de Huelva, una demanda que vienen realizando desde hace años y que, ahora, han vuelto a revitalizar a raíz del apoyo que están teniendo por parte de la ciudadanía, cada vez más concienciada con la necesidad de mantener y conservar el patrimonio de Huelva.

El tema, desde luego, no es nuevo. La primera vez que surge la idea de que en este céntrico edificio se instale un museo parece producirse en el año 2000, cuando el conocido onubense y colaborador de Huelva Buenas Noticias, Ángel Custodio Rebollo, plantea que se cediera este emplazamiento para uso cultural.

Una propuesta que unos años después, en 2008, volvió a tomar forma desde la Asociación de Amigos del Museo Onubense, una entidad nacida ese mismo año, que decide retomar esta propuesta para demandarla de forma oficial ante su preocupación ante la aparición constante de nuevos restos arqueológicos en Huelva que, a pesar de su alto valor, acababan en el sótano del Museo de Huelva por falta de espacio.

A partir de aquí, -y con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Museos, que se celebra cada 18 de mayo-, los representantes de AMO decidieron salir a la calle para reivindicar la creación de este Museo Arqueológico en el antiguo Banco de España, recogiendo firmas que apoyaran esta idea. Para ello, instalaron  tres mesas, en la Casa Colón, La Placeta y en la calle Tres de Agosto, junto al Banco de España.

Ya entonces, esta organización cultural logró recabar unas 6.000 firmas de apoyo, firmas que fueron entregadas a la Junta de Andalucía. Una reivindicación a la que se sumaron no sólo personas particulares, sino también diversas instituciones locales, provinciales, nacionales e internacionales, entre las que se encuentran la University of Gales, la Real Sociedad Colombina Onubense, el Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, el Mediterráneo Antico-Consiglio Nazionale delle Ricerche de Roma, el Aula de la Experiencia de la Universidad de Huelva o el Instituto Estadístico y Cartográfico de Andalucía, entre otras.

Según nos cuentan desde la Asociación ‘Amigos del Museo’ su presidenta, Blanca Romay, y su secretaria, Cinta Monsalvete, con esta recogida de firmas «queríamos reivindicar que el antiguo edificio del Banco de España, con más de diez años sin uso alguno, se convierta en un museo arqueológico en el que tengan cabida nuestros antepasados tartésicos, con piezas originales tan espléndidas como los exhumados en la necrópolis de La Joya, Méndez Núñez, Cabezo de San Pedro, calle Puerto, Concepción, etcétera, piezas arqueológicas de Huelva que merecen, por su extraordinario valor histórico, contar con un museo propio en el que se ponga de manifiesto la identidad de los onubenses. Unos hallazgos, cuyo interés ha trascendido la esfera local y nacional, al ser referenciados de forma continua en publicaciones internacionales». Entre ellos, tan sólo hay que tener en cuenta los ídolos del yacimiento del Seminario con más de 5.000 años de antigüedad.

Para los miembros de AMO, resulta incomprensible que la Sala de Arqueología del Museo de Huelva tenga tan sólo 300 metros cuadrados, cuando existen más de un millón y medio de piezas arqueológicas aparecidas en los diferentes yacimientos onubenses, piezas fechadas desde el Neolítico hasta el periodo islámico, y que, por falta de espacio, resulta imposible mostrar. Una situación que provoca que el Museo tenga alquiladas dos naves para albergar restos, una de ellas en Almonte y otra en un polígono industrial de Huelva, lo que impide la investigación de estos fondos, como sería deseable.

«Todo lo que ha sucedido en el yacimiento arqueológico del Seminario ha servido para que muchos onubenses tomen conciencia de la importancia histórica y arqueológica de Huelva. Y, de hecho, parte de lo que se rescató en su día en este espacio se encuentra en el Museo, como son más de 30 piezas tartéssicas, aunque muchas de ellas no se expondrán y, si se hace, se hará en un lugar pequeño por falta de espacio», explican Romay y Monsalvete.

Esta situación es la que ha provocado que AMO se plantee la idoneidad de que el antiguo edificio del Banco de España, de estilo neoclásico, acoja un Museo Arqueológico de Huelva, ya que, «por su arquitectura, capacidad y ubicación como centro neurálgico cultural y turístico de la ciudad, vendría a cubrir la carencia de espacios museísticos de la capital y supondría un importante incentivo para el turismo cultural que Huelva merece y necesita». Según esta idea, se integraría, por tanto, en un emplazamiento estratégico junto a otros hitos arqueológicos onubenses, como el muro fenicio de San Pedro, la Plaza Arqueológica o la misma Plaza de las Monjas. Un eje dinamizador de difusión del patrimonio y la cultura de Huelva, que, además, sería motor para la economía y el empleo.

Proyecto del Museo Arqueológico de Huelva ‘Tartessos’. Esta iniciativa de AMO no es sólo una idea o una propuesta que lanzan al aire, sino que cuentan incluso con un proyecto diseñado para definir la adaptación del antiguo edificio del Banco de España en museo y en el que reivindican que este futuro museo lleve el nombre de ‘Tartessos’. Un documento que cuenta con la aval de arquitectos y de la Asociación de Arqueólogos de Huelva, con Diego Batanero a la cabeza, a su vez, socio colaborador de AMO.

Tal y como recoge este boceto, el Museo ‘Tartessos’ podría acoger grandes hitos de la arqueología onubense, cuya trascendencia va mucho más allá de lo local. Entre ellos se pueden enumerar las piezas de bronce del siglo X a. C. halladas en el año 1923 en el río Odiel, cuya relevancia se pone de manifiesto por el hecho de que se encuentran transferidas al Museo Arqueológico Nacional; los ricos ajuares encontrados en la Necrópolis de La Joya, que datan de finales del siglo VIII a. C. y gran parte de VII a. C.; las estructuras tumulares del Parque Moret; o los ídolos y las piezas aparecidas en el yacimiento del Seminario, que demuestran que Huelva es el núcleo urbano más antiguo de Occidente.

Junto a todo ello, tampoco se pueden olvidar otros restos, como las cerámicas griegas, fenicias y de otras culturas mediterráneas, aparecidas en lugares tan céntricos de Huelva como las calles Concepción y Méndez Núñez, así como la Plaza de las Monjas y la Plaza Arqueológica. Para hacernos una idea de las enormes posibilidades que existen, se calcula que pueden ser unos 150.000 ejemplares de cerámicas fenicias y de tradición local, así como entre 20.000 y 25.000 cerámicas griegas arcaicas, las que podrían mostrarse en el futuro centro arqueológico onubense.

Con todo ello, ‘Amigos del Museo Onubense’ considera que está más que justificada la incapacidad del actual Museo de Huelva, inaugurado en el año 1973 con una superficie aproximada de 3.000 metros cuadrados, de dar cabida a tan ingente cantidad de restos arqueológicos, pero cuya conservación y difusión es necesaria dada su importancia histórica, cultural y patrimonial en Huelva.

Siendo así, en el proyecto diseñado por AMO se describe de forma detallada cómo se ubicaría el futuro Museo Arqueológico ‘Tartessos’ en el antiguo Banco de España, un edifico de 3.365 metros cuadrados con tres plantas más sótano. Sus posibilidades museísticas son, por tanto, innumerables, siendo concretadas de la siguiente forma por la asociación:

Las zonas expositivas se concentrarían en la planta baja y primera, mientras que el sótano se dejaría para depositar los numerosos restos arqueológicos que irán en aumento, mientras que la segunda y última planta se destinaría a la zona de administración y de dotación para restauración, biblioteca, investigación, etcétera.

De esta forma, la planta baja albergaría, entre otros espacios, las exposiciones temporales y una muestra de fósiles y minerales que vendría a suplir la falta de un Museo de Ciencias Naturales en Huelva, por lo que podría haber una o dos salas de Paleontología y Mineralogía. Eso sí, el grueso de esta planta sería una exposición permanente de Prehistoria, que englobaría restos líticos del Paleolítico hallados en el Estero Domingo Rubio, Punta Umbría o El Rompido; hallazgos del Neolítico-Calcolítico y la Edad del Bronce, procedentes del yacimiento del Seminario, Papa Uvas o Cabezo Juré; y un espacio dedicado a la ‘Arqueología de la muerte. Del enterramiento colectivo a la sepultura individual’, con una representación de los complejos dolménicos y estructuras tipo tholos dedicados a la muerte, donde se incluirían las cuevas artificiales de la Orden-Seminario y los 33 ídolos calcolíticos de los márgenes del estuario del Tinto y el Odiel, entre otras estructuras, como las cistas con enterramientos individuales del segundo milenio a. C.

El contenido de la primera planta contaría con dos grandes bloques: Tartessos y la etapa situada entre Roma y el Descubrimiento de América. En el primer caso, la sala expondría algunos de los hitos de la arqueología en la provincia de Huelva, como el depósito de bronces de la Ría de Huelva, considerado el más importante de estas características de su época, o los ajuares de la Necrópolis de La Joya, sin olvidar el hábitat de Huelva en el primera mitad del primer milenio a. C., una seña de identidad onubense poco conocida en el exterior.

Luego, para el periodo entre Roma y el Descubrimiento, se incluirían los restos romanos de áreas tan significativas como el templo romano enterrado en el patio del Convento de Las Agustinas, los restos islámicos procedentes de lugares como Tejada La Nueva, restos funerarios de las diferentes etapas históricas recogidas en este periodo e, incluso, recreaciones de algunas de las fortificaciones más significativas de la provincia, entre las que se podría destacar el Puerto de Palos, dada su relevancia histórica.

Por su parte, el actual Museo de Huelva, en Alameda Sundheim, continuaría conservando la Sección de Bellas Artes y sería enriquecido con una Sección de Etnografía, como se planteó en los inicios de este centro cultural.

Esta iniciativa, además, no sólo cuenta con una base arqueológica e histórica, sino que también tiene el respaldo de una propuesta arquitectónica. En concreto, este futuro museo ha sido recogido en el proyecto denominado ‘Un camino para la historia’, que fue premiado por el Colegio de Arquitectos de Huelva dentro del concurso denominado ‘Huelva Apunta’ y que ha sido diseñado por el equipo pluridisciplinar formado por el geólogo Juan Antonio Morales González y los arquitectos Luis Alfonso Morales, Cesáreo Romero y Cayetano Campero Romero.

Según sus autores, “la idea parte de configurar un recorrido histórico de la ciudad de Huelva, desde su configuración geológica hasta los antepasados de la industria moderna, pasando por dos momentos históricos importantes de la ciudad como son: los restos de la edad Tartésica y el legado cultural y arquitectónico de las compañías mineras inglesas”. Huellas representadas en el eje Sur-Este de la ciudad, desde la Vía Paisajista hacía el río Tinto.

Para ello, ‘Un camino para la historia’ propone una intervención de unificación de zonas públicas, representada en cuatro huellas históricas: la geológica, tartésica, inglesa e industrial, teniendo en cuenta espacios como el antiguo Cabezo del Molino de Viento (Mercado de Santa Fe), Parques Alonso Sánchez y La Esperanza o el Barrio Obrero, entre otros.

Pero, ¿qué posibilidades existen para la ejecución de este proyecto museístico? Para sus impulsores es una iniciativa totalmente factible. En primer lugar, porque en España ha sido una constante que las antiguas sedes del Banco de España se hayan convertido posteriormente en espacios museísticos o culturales. Así ha sucedido, por ejemplo, con el Museo de Arqueología Salvador Vilaseca en Reus (Tarragona), el Museo Arqueológico Municipal de Cabra (Córdoba), Casa das Artes de Vigo o el Museo de Arqueología de Cantabria (Santander).

Y, sobre todo, la creación de ‘Tartessos’ abriría nuevas oportunidades para el turismo de Huelva, que contaría con este centro arqueológico como un lugar atractivo para posibles visitantes, teniendo en cuenta que el turismo cultural se ha convertido en una fuente destacada de ingresos que viene creciendo de forma considerable desde finales de los años ochenta hasta hoy. Un aspecto en el que Huelva se encuentra en clara desventaja, puesto que tan sólo tiene un museo frente a otras ciudades andaluzas, como Granada, con 14; Málaga, 11; Córdoba, 6; Sevilla, 6; o Almería, 3. Una cifra que no se entiende después de conocer el rico patrimonio onubense. Con ello, se podría potenciar la generación de riqueza en beneficio de la ciudad.

Para la financiación de las obras del futuro Museo Arqueológico de Huelva, AMO apunta a la Unión Europea, puesto que podrían ser cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), dado que entre las prioridades de estas ayudas se encuentran el fomento de la cultura y la preservación del patrimonio.

En definitiva, la Asociación ‘Amigos del Museo Onubense’ concluye que «Huelva necesita un museo, su historia, su gente, su cultura, su pasado, necesita un espacio donde estar, poder existir y mostrarse al futuro, a sus habitantes, a sus ciudadanos, a sus visitantes». Dicho queda.