Manuel Garrido Palacios. Más allá de los tópicos con los que suelen adormecer la conciencia ciudadana, está el pasado. Más allá de las ‘efímeras certezas’ que suelen pregonar a bombo y platillo valorando que ‘esto’ o ‘aquello’ es ‘lo mejor del mundo’ (¡qué cruz!), está el pasado. Más allá de la ventaja que los vendedores de todo ven en las toneladas de tierra que arropaban las misteriosas miradas de los ídolos, está el pasado. Más allá del egoísmo inmediato, de la foto inmediata, del ‘lo que sea’ inmediato’, está el pasado. Más allá del ‘hoy’ vacío, está ese ‘algo’ lleano, es decir, el pasado.
La concentración ciudadana del 31 de enero de 2015 en Huelva, aunque pudiera parecer que fue convocada ayer o antier, no es así. La convoca un pasado de milenios, un pasado de jadeos nuestros. Y lo hace para que defendamos ese pasado de una agresión insólita, para darnos una lección de pasado, para que entendamos que somos el pasado más un sueño y que hasta ese sueño tiene que entroncar con el pasado por respeto a nosotros mismos.
1 comentario en «Manuel Garrido Palacios reflexiona sobre la concentración del yacimiento del Seminario»
El espolio es algo que ha entrado ya en la rutina habitual del comportamiento del depravado, entendiendo por depravado, aquél que no se sonroja cuando se lo dicen y, me da igual que sea especulador de la contrata, que especulador de la política, o un simple funcionario que no ejerce como debe, incluyendo en ello a las “presuntas” autoridades encargadas de su vigilancia, policías locales también, que miraron para otro lado cuando centenares de camiones arrasaban el terreno durante más de un mes, y no se preguntaron nada.
Del daño ya está realizado, otro más al socaire de la lentitud de los juzgados, otro más en detrimento de la cultura histórica de Huelva, otro más en perjuicio de la ciudadanía, incluyendo también a la que no se queja, otro más de los que aún queda por sufrir ante la ineficaz respuesta tolerante de nuestras administraciones. Yo, al menos, seguiré intentando que no me espolien el alma.