Redacción. La artista de Isla Cristina Rocío López Zarandieta presenta en la sala de Blanco a Tinto de Gibraleón, bajo un título que recuerda a las atracciones de ferias y circos o a películas como Freaks de Tod Browning, -traducida en España como La parada de los Monstruos- su nueva exposición ‘La maravillosa y secreta historia de la mujer tiburón’, que abre sus puertas el 22 de enero a las 20.00 horas. En ella se muestra a seres deformes reales e incluso con padecimientos mentales o, contando con una definición más contemporánea, a seres mutantes o mutados, salidos directamente de la escuela del Profesor X, una gran crítica social de género incluyendo el propio mundo del arte y sus «dirigentes» con grandes dosis de ironía y sarcasmo.
Recurriendo al canibalismo intrauterino que practican ciertas especies de tiburones, Zarandieta establece una relación metafórica entre el tiburón y la discriminación de la mujer en el mundo del arte y por consecuencia en la sociedad. Ella como una guerrillera haciendo alusión a Guerrilla Girls, se pone una máscara de tiburón y puede descuartizar otro tiburón, hacer la compra, poner la lavadora o incluso cocinar una riquísima receta de pintarroja con patatas.
Ya en la obra que mostró en París el pasado mes de octubre, en un performance denominado ‘Arbeit Match Frei’, en el Gran Palais, se representaba en dos fotografías de gran formato a una mujer con cabeza de tiburón (manchada de sangre, como referencia a la menstruación), acuchillando otra cabeza de escualo como muestra de la violencia machista dentro del mercado del arte, donde la participación de las mujeres aún hoy sigue siendo muchísimo menor que la de los artistas hombres y el secretismo que esto conlleva, mostrando como el tiburón, antes de nacer, ya está luchando con sus hermanos devorándolos hasta que solo sobrevive el devorador más agresivo y fuerte y otro más (quizás como reserva), y que expondrá en la Galerie Hors-Champs de París a partir del 26 de enero.
La obra de Rocío se presenta bajo un prisma en principio minimalista, con abundancia de blancos pero en este caso, todo salpicado de sangre, dando una apabullante expresividad a su discurso de género y cuya protagonista, como viene siendo habitual, es ella misma, tanto en sus fotografías como en sus vídeos. Todo el material que utiliza para sus creaciones es rescatado de su propio universo vital y su entorno cercano, es decir, de su pueblo marinero, como las cabezas de tiburones que le suministran sus amigos marineros y que ella guarda en su congelador o utilizando como decorado para sus vídeos la propia playa, donde ha desarrollado una trilogía audiovisual y que concluye con esta última pieza que se proyectará en la sala.
En definitiva y dejando abierta las innumerables lecturas de su obra, Rocío presenta una muestra potente, muy plástica y agresiva con una fuerza tremenda, estremecedora y una denuncia de género absolutamente necesaria, donde la fotografía, la instalación y el vídeo conforman un todo como si de un gran océano se tratara.
La muestra podrá visitarse del 22 de enero al 28 de febrero de 9.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas.