Benito A. de la Morena. Esa ha sido una de las frases preferidas con las que me he dirigido siempre a los jóvenes universitarios de los másteres en los que he participado; es algo así como aquello que me decían en mi época de pubertad, ¡¡estudia para ser un hombre de provecho!! y me temo que, al igual que yo descubrí que no era totalmente cierta la aseveración de mi padre, los jóvenes a los que yo me dirijo terminarán por descubrir que mis palabras son bienintencionadas, pero inciertas.
En estos días tengo una nueva prueba de ello con los juegos que se traen algunos asegurando lealtad al Rey, pero luego dando apoyo a republicanos catalanes que rechazan la monarquía. Dicen que eso no significa nada, sino todo lo contrario, lo cual pone los pelos de punta incluso a los de su propio grupo y a mí me confunde, pues creo que mi futuro no está en mis manos.
Hace poco, otro grupo parlamentario trastocaba la imagen tradicional del Congreso de todos los españoles, llevando a un bebé al hemiciclo y a mí me recordaba una película que vi hace muchos años, que se titulaba La Pimpinela Escarlata, en la que los ciudadanos de la recién constituida república francesa, celebraban el que pasaran por la guillotina a la “vil” nobleza sentados en sus taburetes, bebiendo y haciendo croché en la plaza del pueblo. Hoy se “disfruta” del espectáculo desde el sillón y con la tele, pero el espíritu es parecido en muchos y eso me preocupa, pues se supone que esos ciudadanos deciden también con sus votos y tengo la sensación de que mi futuro está en sus manos.
Puede que esto sea consecuencia del establecimiento de esa democracia por la que luché contra el “dictador”, pero ahora me crea dudas de si el resultado obtenido es lo que esperaba. He comentado el tema con diversos amigos de corte intelectual que suelen reflexionar y razonar sus respuestas, y que pertenecen a diferentes ideologías, y a todos les he notado muy preocupados porque también piensan que el futuro está en manos inciertas.
Menos mal, y aquí la parte buena de la noticia, que el riesgo de dictadores ha desaparecido en España gracias a los mercados bursátiles, al acomodamiento de todos los bloques sociales, a que la clase media está adormecida y que el gobierno “sonámbulo” que tenemos está esperando a la “resurrección”.
Pronto comprobaremos en manos de quién está nuestro futuro y yo me replantearé si me debo quedar estático.
6 comentarios en «¡¡El futuro está en tus manos!!»
Como siempre, totalmente de acuerdo contigo, Benito. Sólo añadiré, si me lo permites, que hasta ahora sólo éramos borregos con derecho a elegir pastor, pero ahora somos borregos y los pastores son los que se eligen entre ellos. Por lo tanto, ya no sabemos qué ni a quien estamos votando.
Esa incertidumbre hace incierto el futuro, lógicamente. Y eso nos lleva a concluir que «EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA»…
No sea tan pesimista. El nuevo gobierno, sea del color que sea, es una letra firmada por poco tiempo. Rcuerdo en este momento a dos republicanos insignes, Carrillo y Tierno Galván, y en sus discursos y mítines nos decían que el mejor sistema de gobierno que teníamos era la Monarquía Constitucional. Republicanos hay muchos hace muchos años, la república es otra cosa.
Sus palabras son certeras y mitigan la preocupación del “por venir”, pero temo que seamos lo que seamos, república o monarquía, pagaremos económicamente nuestra excesiva inmadurez política y ello repercutirá en el futuro de nuestra juventud. Gracias por su comentario
En esto estoy de acuerdo íntegramente. Todo cuanto hagamos hoy, tiene consecuencias futuras. De tipo que sea, pero nada del futuro está desligado de algo de ahora. Un abrazo.
Hablemos de la zona de confort, ese recurso psicológico que arropa nuestros temores. La realidad no es otra que la que es, por suerte cambiante. Nada es para siempre. Ninguna de nuestras bolas mágicas en las que creemos ver el futuro son reales. Acordemos reconocer la realidad social como principio básico del que partir. Sólo entonces seremos capaces de avanzar. El reto no es otro que abandonar la intransigencia.
Gracias Adolfo y Miguel por vuestros comentarios. Cierto que la zona de confort es acomodaticia y frena la evolución de todo tipo de escenarios, de ahí que se siempre conveniente la innovación, pero todo conlleva su tiempo, pues las rupturas drásticas pueden crear inestabilidades irreparables que afecten a todos los sectores sociales, especialmente a la juventud más indefensa, pues muchos de los que aplauden un cambio brusco, tienen su salario asegurado.