Benito de la Morena. El rocío cubría los campos, la noche se hizo larga, abrumadoramente larga, y los cuerpos agrupados seguían aterecidos, pues el calor generado se perdía en el vacío del gélido amanecer, en ese campo de olivos.
Y mi mente se perdía en los recuerdos de niño, de aquella infancia feliz en la que engañaba al hambre con aquél caldo caliente y un arroz recién cocido, que alimentaba a los hijos de una madre cariñosa que se quedó sin marido, por una maldita guerra de origen desconocido.
Y pensaba en mis amigos, en quién fue primer amor, en la tundra y la sabana, y en aquél atardecer que me acercaba la noche y desvelaba el misterio que nos narraban los “viejos”, de un cazador aguerrido que a la luz de las estrellas pudo vencer a su presa, portando sólo una lanza, pues el valor y destreza eran los dones sagrados que distinguía a los hombres en el seno de mi tribu.
Y recuerdo a D. José, aquél fraile franciscano que nos hablaba de Dios, y que nos contaba historias sobre un niño de Judea que fue también emigrante, perseguido y maltratado. Que sintió él hambre y él frío, y que reencontró su hogar en “otro” cielo de estrellas de gran parecido al mío.
Son las seis, y los primeros rayos del Sol naciente calientan las copas de “mi” olivo. Se derrite la escarcha, se va el frío. Un perro ladra en la lejanía, se oyen tiros. Tengo miedo a revivir la destrucción de mi tribu, el horror de aquellas muertes, la “sin piedad”, él “sin sentido” que mis antiguos hermanos de color muy parecido, ejercieron con un odio, que se me antoja inducido por gentes de otro color, que ambiciosos de poder quieren robar lo que es mío.
Nos contaba D. José, que Jesús fue un niño blanco que nació para ayudarnos a sentirnos como hermanos. Que tenía un Don Divino inducido desde el Cielo por ese Dios hacedor que fue constructor del mundo, el que dio curso a los ríos, formo bosques y montañas, hizo trinar a los pájaros, y dio luz a las estrellas para alumbrar a los hombres a buscar el buen “Camino”.
Mas decía D. José, que él “niño “ Dios fue juzgado, culpado y crucificado por predicar la palabra de Esperanza y Caridad, de una entrega interesada sólo por la Humanidad, y que en gran parte del mundo se celebra el nacimiento de ese “niño” bondadoso que murió por defender unas ideas de Paz.
Oigo ruido, viene gente, mis compañeros despiertan, nos rodean, tienen palos, pero.. ¡cantan y sonríen!, ¡nos dan comida caliente! y ¡nos tratan como hermanos! Nos dicen que es veinticuatro, veinticuatro de Diciembre, que mañana es Navidad, que hoy es un día distinto, sólo de Paz y Humildad, sin diferencia de razas, ideologías y credos, pues ha nacido el Mesías que nos orienta al camino que lleva a la humanidad.
¡Feliz Navidad¡ nos dicen, ¡Feliz Navidad! será.
3 comentarios en «Feliz Navidad»
Don Benito y yo solemos estar de acuerdo en la mayoría de los pensamientos, incluso en los no legales.
Y en desacuerdo en algunos, los menos, «porque tiene que haber de to».
Hoy el acuerdo es tal, que basta con que copiemos su deseo para expresar el nuestro:
«Feliz Navidad», nos dice Don Benito. «Feliz Navidad», ojalá.
Aca en Colombia, si que sabemos de sin sabores, de esperanzas rotas, robadas; pero continuamos soñando, construyendo familia, pais, aun mas como personas seguimos construyendonos. Mi vida propia a sido una guerra, una paz que no llega, pero que mis padres si me enseñaron a perseverar y simepre conla honradez y el respeto por delante y asi construyo mi pequeña paz, mi pequeña felicidad aun a veces sea arrebatad por la guerra, por elo desempleo, por la enfermedad, por un pais mal gobernado donde solo los ricos existen y nosotros los que perseveramos y sostenemos-construimos pais no existimos.
Pero insisto mis padres y como tantos otros han permitido que este pais exista, con seres humanos maravillosos, echados pa delante, honestos y con esperanzas; que resugen como el ave fenix, dia con dia, cada que el sol brilla…
Me da una gran alegría recibir tu comentario desde tan lejos, y recuerdo tu periodo de master en Huelva con gran cariño, pues siempre demostraste ser una persona solidaria y, donde uno debe serlo, es decir, donde realmente hace falta, en las zonas deprimidas, lo demas es pura retórica.
Un abrazo sincero