HBN. La calidad del aceite que se produce en Huelva ha quedado más que demostrada en muchas ocasiones. Especialmente cuando se trata de un producto que procede de la tradición de todo un pueblo. Es lo que sucede, por ejemplo, con la Sociedad Cooperativa Olivarera de San Bartolomé de la Torre, donde se produce ‘Torreoliva’, un aceite de oliva virgen extra que es el fruto de la experiencia olivarera de hace casi un siglo, al ser el resultado del esfuerzo y la ilusión de los agricultores año tras año.
La historia de esta cooperativa se remonta al año 1935, cuando un grupo de 25 agricultores deciden unirse y montar ellos mismos una cooperativa para no tener que transportar sus aceitunas fuera de la localidad. Fue el germen de una actividad que ha ido creciendo hasta que, en la actualidad, la entidad cuenta con 350 socios, no sólo de San Bartolomé, sino también procedentes de otros municipios del entorno, como Alonso, Villanueva de los Castillejos, Lepe, Cartaya, Ayamonte, Sanlúcar, San Silvestre, El Cerro o Gibraleón, entre otros. Su actual presidente es Manuel Martín Limón.
Una evolución que también ha quedado patente en la propia sede de la cooperativa, ya que en sus inicios la sociedad de encontraba en el antiguo molino, que hoy ha dado paso al Museo del Aceite de San Bartolomé de la Torre, un centro que se creó con la finalidad de conservar y dar a conocer la antigua almazara existente en la localidad, reflejo de la tradición olivarera de la misma, constatada con la existencia de varios molinos a lo largo de la historia. El molino estuvo en funcionamiento hasta 1997, año en el que fue adquirido por el ayuntamiento para constituir la sede de su nueva casa consistorial.
En este museo pueden encontrarse muchas piezas utilizadas antaño para la fabricación del aceite, de ahí que sea un espacio muy llamativo para el visitante. El museo ocupa parte de la planta baja del nuevo edificio municipal y posee la peculiaridad de conservar la disposición originaria del molino, puesto que la construcción del ayuntamiento se realizó sin mover las piezas de la almazara, lo que permite apreciar fielmente cuál era el proceso completo de transformación del aceite. De esta forma, el recorrido por este centro permite al visitante adentrarse en el mundo del olivo y del aceite y ver cómo se realizaban las tareas oleícolas tradicionales en una población agrícola por excelencia como es San Bartolomé de la Torre.
La inauguración del Museo tuvo lugar en diciembre de 2006, si bien la producción oleícola en San Bartolomé sigue estando presente en la nueva almazara, adaptada a procesos de elaboración modernos, que hacen que sus productos comiencen a introducirse en mercados europeos, además de nacionales. Lo hace en la nueva sede de la cooperativa, situada a las afueras del municipio, situada en la Avenida de la Amistad, s/n de San Bartolomé de la Torre.
Según explica a HBN la administrativa – gerente de la Sociedad Cooperativa Bartolina, Josefa Mendoza, «a la gente le suele gustar mucho ver el contraste entre las máquinas antiguas y nuevas. Lo que no ha cambiado en todo este tiempo es la calidad del aceite que se hace en San Bartolomé, producido con el nombre de ‘Torreoliva'».
«El 95% de nuestra producción es aceite virgen extra, es decir, poca cantidad, pero mucha calidad. El motivo es que nuestra cooperativa se mantiene principalmente con plantaciones familiares, por lo que es pequeñita», nos comenta Josefa Mendoza, que añade que «el 70-75% de nuestro aceite está dirigido al autoconsumo de los propios miembros de la cooperativa, mientras que el 25% restante se destina al comercio». Incluso, se da el caso de que muchas familias dedican el fin de semana a coger las aceitunas y la traen luego a la cooperativa».
Las personas interesadas en adquirir el aceite ‘Torreoliva’ pueden hacerlo directamente en las instalaciones de la cooperativa, así como en algunos comercios de San Bartolomé y de Huelva. Un aceite que llama la atención por su calidad, de ahí que guste mucho a los consumidores, que «una vez que lo prueban, ya lo compran siempre, porque prefieren pagar un poco más, porque saben que están comiendo algo bueno y artesano. Tienen toda la confianza de que es puro. Conforme sale de las máquinas, se envasa directamente. Por eso, muchos clientes vienen por recomendación, atraídos por el boca a boca», puntualiza la gerente de la cooperativa.
‘Torreoliva’ se puede adquirir en varios envases: la garrafa de cinco litros, que suele ser la más vendida porque le viene muy bien al ama de casa; la botella de cristal de un litro; y la de medio litro con dosificador para los bares, así como para hacer algún regalo.
En definitiva, ‘Torreoliva’ es el nombre de este aceite que es sinónimo de calidad, sabor y tradición. Un producto hecho en Huelva del que todos podemos presumir. Y así lo hacen en San Bartolomé, que lo ven como algo propio.