Redacción. El director general de Prevención y Calidad Ambiental, Fernando Martínez, acompañado por la delegada territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Rocío Jiménez y el responsable de negocio de Strengths, Francesc Recasens, ha informado de la realización por parte de la Consejería de un estudio olfatométrico propio –complementario del que se ha pedido a 12 empresas del Polo Químico- para poder identificar olores y relacionarlos o asociarlos con las actividades que se desarrollan en las industrias.
El director general ha insistido en que “en los días en los que se han dado episodios de malos olores, no se han registrado valores por encima de lo permitido por la normativa europea” en ninguna de las 16 estaciones de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire ubicadas en Huelva ni en la Unidad Móvil de medida de la calidad del aire que desde la pasada semana está en Punta Umbría. A pesar de ello, la Junta dispone de mecanismos que contemplan la posibilidad de exigir a las empresas la implantación de medidas correctoras para solucionar los malos olores.
El director general también ha explicado que en el caso de Huelva, estos episodios han coincidido con tres variables meteorológicas como la humedad, la entrada de polvo africano en partículas y vientos del Sur Sureste de velocidad baja.
Para avanzar en la identificación de los olores, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha encargado a la empresa Strengths un trabajo, que finalizará a finales de año, consistente en evaluar de forma exhaustiva los niveles de olor en inmisión en determinadas zonas de Huelva y alrededores, analizando la contribución relativa de cada actividad emisora de la zona al impacto total por olores.
La determinación de los olores presentes en el entorno se está realizando mediante evaluaciones de campo, con el establecimiento de 16 puntos de medida, distribuidos en la capital y sus alrededores. Se realiza la identificación de los olores presentes en la zona, previamente a la de las evaluaciones, con cinco panelistas, determinando la concentración de olor por olfatometría dinámica.
La evaluación se prolonga durante tres meses (26 días), con una distribución horaria aleatoria, incluyendo todas las horas del día (mañana, tarde, noche) y todo tipo de día (laborable, festivo), haciendo especial hincapié en horario vespertino y nocturno (mayor sensibilidad ciudadana) y durante el fin de semana (mínimo 30% de las medidas).
Mediante el presente trabajo se espera identificar los focos de olor presentes en la zona de evaluación y elaborar mapas de frecuencias para cada uno de los olores identificados como predominantes en la zona de análisis.
La Junta confía que con la información recabada se pueda conocer las actividades causantes de olor en la zona de evaluación, así como la contribución relativa de cada una de ellas.