Redacción. La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha abierto a la captura y comercialización de la coquina la zona de producción de Isla Canela, donde el sector ya contaba con luz verde para la extracción de chirla (desde el 1 de octubre). La decisión se ha tomado después de que los continuos análisis que realiza el Laboratorio de Control de Calidad de los Recursos Pesqueros de Cartaya hayan constatado la desaparición de la biotoxina DSP en los ejemplares de estos bivalvos en este punto del litoral onubense y, por consiguiente, la ausencia de riesgos para la salud por su consumo. Los profesionales también pueden acceder ya en este enclave a especies como las almejas chocha y fina, el berberecho, el busano, la cañaílla, la clica, el longueirón y la navaja-muergo.
Con esta medida, el sector de la coquina tiene vía libre para faenar en estos instantes en dos puntos del caladero onubense, Isla Canela y la zona marítima de Doñana. No puede hacerlo, en cambio, en las aguas de la Barra del Terrón, la desembocadura del Piedras, Punta Umbría, Mazagón y Matalascañas, donde se volverá a autorizar la actividad en cuanto se certifique que la ingesta de bivalvos de estos enclaves no entraña peligro alguno. Con el mismo margen de maniobra cuentan los profesionales de la chirla, que, al igual que en el caso de la coquina, pueden desarrollar su actividad en Isla Canela y en el espacio marítimo de Doñana, es decir, en dos de las seis zonas de producción de esta especie de alto interés comercial.
Junto a estos enclaves, también está permitido el marisqueo en las zonas de producción del río Guadiana, las Marismas del Guadiana-Carreras, el río Carreras, las Marismas del Piedras e Isla Cristina. En ellos se pueden extraer desde las almejas babosa, fina y japonesa hasta el berberecho, el longueirón, la navaja-muergo o el ostión, así como, en el último enclave, el mejillón.
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural recuerda, en este sentido, que el cierre preventivo de los caladeros cuando se detectan valores superiores a los establecidos legalmente se enmarca dentro del Programa de Control y Seguimiento de las Condiciones Sanitarias en las Zonas de Producción de moluscos bivalvos, gasterópodos y equinodermos del litoral andaluz. El objetivo es la protección de la salud pública y garantizar la calidad sanitaria de los productos pesqueros.
En la misma línea, desde este departamento de la Junta de Andalucía se incide en que el marisqueo sin licencia está prohibido en cualquier momento y conlleva una sanción de carácter “grave”, calificación que en el caso de que la actividad se desarrolle en una zona de producción cerrada por motivos sanitarios se eleva a “muy grave”. Las sanciones por el incumplimiento de estas prohibiciones pueden oscilar entre los 301 y los 60.000 euros para las personas que capturen moluscos bivalvos sin autorización (sanciones graves) y entre los 60.001 y los 300.000 euros para quienes desarrollen esta actividad en un caladero cerrado por la presencia de toxinas (sanción muy grave).