Ana Rodríguez. La necrópolis fenicia más occidental de Europa, la localizada en 2008 en la zona conocida como Hoya de los Rastros de Ayamonte, continúa siendo objeto de importantes investigaciones arqueológicas.
Los restos de este asentamiento fenicio, datado entre los siglos VIII a.C. y VII a.C., fueron trasladados a Alemania en la primavera de 2014 para su excavación, documentación y restauración en los laboratorios de Berlín del Instituto Arqueológico Alemán, entidad que sufragó la intervención realizada en la zona en 2013. Aunque el estudio detallado de este yacimiento será publicado por la entidad el próximo 2016, HBN ha podido saber que entre el material hallado se encuentran varios escarabeos, según ha confirmado el profesor Martín Almagro, de la Real Academia de la Historia.
Para quienes lo desconozcan, los escarabeos son amuletos, elementos sagrados que mostraban una determinada visión del mundo. En una de sus caras reflejaban la silueta estilizada de un escarabajo pelotero y representaban al sol naciente, el astro que se oculta bajo la tierra pero que vuelve a brillar al día siguiente, siendo, en suma, el símbolo de la resurrección en la mitología egipcia.
La respuesta de cómo este tipo de objetos egipcios llegaron a Hispania se halla en los fenicios, los grandes mercaderes de la antigüedad, que llegaron a controlar comercialmente el Mediterráneo. Antes de inventarse la moneda, desde Oriente traían productos de su industria, como telas de lujo, objetos de marfil y cristal, joyería de filigrana, etc. para intercambiarlos en sus viajes por otros de los que carecían. En el occidente atlántico se hacían, sobre todo, con orfebrería maciza, sacando de España fundamentalmente plomo y estaño (Huelva era ya un importante foco de producción de metal y atraía el interés de este comercio transmediterráneo).
Pero los fenicios no sólo comercializaban con su propia industria, también, y como dejaba reflejado Herodoto en sus textos, intercambiaban mercancías egipcias y asirias, siendo los escarabeos, entre otros objetos hallados en la Península, una buena prueba de ello. Incluso en numerosas ocasiones ellos mismos reproducían estas piezas para utilizarlas en sus andanzas mercantiles.
Por ello, no es de extrañar que en la necrópolis fenicia de Ayamonte hayan aparecido varios escarabeos, “uno por tumba” apunta Martín Almagro, quien está realizando actualmente, junto al también profesor Mariano Torres, un corpus por sectores de todos los escarabeos hallados de la Península Ibérica, la antigua Hispania, un conjunto muy interesante que por ahora integran más de 400 ejemplares, “aunque originariamente serían cerca de 100.000”.
En esta línea, Almagro pone de relieve que en Ayamonte se han encontrado algunos de los escarabeos “más antiguos de España, datados en el siglo VIII, en estas excavaciones realizadas por el Instituto Arqueológico Alemán en el asentamiento que los fenicios hicieron aprovechando el estuario del Guadiana. Allí cada tumba tenía su escarabeo”. Además, el profesor apunta que “los de Ayamonte son probablemente escarabeos egipcios traídos por los fenicios” y no copias de originales, como el resto de los encontrados hasta la fecha en Huelva.
Y es que los hallados en la Hoya de los Rastros no son los únicos escarabeos localizadas en la provincia onubense. Actualmente, en el Museo Provincial se pueden contemplar en la exposición permanente dos extraídos en la necrópolis del Cabezo de la Joya, otro procedente de Niebla y un cuarto que apareció en la calle San Salvador de la capital según indica el director del Museo, Pablo Guisande.
De los que más información se dispone es de los escabeos encontrados en el Cabezo de la Joya, ambos datados entre el 700 y el 500 a.C., y considerados copias fenicias. Uno de ellos, por ejemplo, fue localizado en la tumba 9 de esta necrópolis y es de piedra caliza, alargado y con un agujero para ser engarzado. El otro está realizado en piedra de color blanco y, en la cara posterior de ambos, aparece una inscripción jeroglífica, con representaciones como un halcón (Horus) o una pluma (la verdad, la justicia).
De hecho, si bien por una cara estas piezas recogen la representación de un escarabajo, su reverso “se usaba para hacer un sello con jeroglíficos o figuras”, afirma Martín Almagro. “Cada escarabeo era distinto y, quien lo tenía, marcaba con él su propiedad en barro tierno, como se hacían con los sellos en los pegotes de cera para cerrar las cartas… de hecho la idea de sellar surge de aquí. De los escarabeos salieron los anillos signatarios”, explica el profesor. Por ello, la importancia de estas piezas egipticiantes también reside en que demuestran la existencia de la propiedad privada, de estratos sociales, de ricos y pobres.
Por otro lado, “también hacían anillos con sellos que no eran escarabeos”, indica Martín Almagro. En la muralla de Niebla en 2002 se encontró una de estas joyas, “un sello del mundo fenicio de los más bonitos de España (del 500 o finales del siglo VI): Isis amamantando a Horus, el príncipe heredero, le proporciona una leche mágica al faraón y le pasa el perfume de la vida eterna. Es una de las pruebas más interesantes de cómo los fenicios llevaron sus creencias, por el Mediterráneo, la idea de que los reyes eran sacros, haciendo que la asumieran las élites tartésicas”, justifica el historiador.
En esta compleja imagen del sello está presente una ideología, las creencias de quien poseía la pieza. En los escarabeos pasaba exactamente igual, de hecho tuvieron tanta difusión en la Península por lo que representaban. Como explica Martín Almagro, “para comerciar, los fenicios tenían que atraer a las élites mercantiles de Occidente. Los escarabeos simbolizaban el sol que se ocultaba bajo la tierra pero que volvía a nacer al día siguiente, se asimilaba a la doctrina de la resurrección, por eso tuvieron tanto éxito entre las élites en la Península Ibérica”.
En suma, estos estilizados escarabajos son muestra de que los fenicios desarrollaron una amplia actividad comercial e ideológica y establecieron la propiedad privada en muchos campos. “Los de Huelva tienen mucho interés porque conectan con los escarabeos del sur de Portugal, Extremadura y las colonias fenicias que desde Cádiz por Málaga hasta llegar a Almería y hasta Ibiza establecieron los fenicios”, pone de relieve el investigador.
Por su parte, el director del Museo de Huelva, Pablo Guisande, adelanta que uno de los proyectos de la institución a la que representa es exponer, tras el estudio que se está llevando a cabo, el conjunto completo del material encontrado en Ayamonte en las vitrinas de la exposición permanente del Provincial. Momento en el que la sociedad onubense podrá admirar estos escarabeos, supuestamente egipcios, que los fenicios trajeron a nuestras tierras hace más de 2.700 años.
Excavación de Ayamonte. La necrópolis fenicia de Ayamonte fue hallada en 2008 durante una actividad arqueológica de urgencia que fue autorizada por la Junta de Andalucía. A esta campaña siguió otra puntual en 2013, que fue sufragada por el Instituto Arqueológico Alemán y dirigida por la arqueóloga Elisabet García Teyssandier.
En 2008, los investigadores constataron la existencia en la Hoya de los Rastros de Ayamonte de una necrópolis arcaica fenicia (aparecieron cinco tumbas), cuya cronología establecieron entre la segunda mitad del VIII y la segunda mitad del siglo VII a. C.
En 2013 aparecieron otras tres tumbas, dos pequeñas y una más grande, documentándose la existencia de una tumba principal con un túmulo y un anillo de tumbas menores dispuestos en torno a ella.
La intervención arqueológica generó información suficiente para implementar un futuro Proyecto General de Investigación y, en consecuencia, se realizó la entrega de inventario detallado de materiales al Museo Provincial de Huelva. Actualmente los materiales se encuentran en Alemania, donde están siendo estudiados y, en un futuro, serán expuestos en la ciudad de Huelva.
1 comentario en «Localizan algunos de los escarabeos más antiguos de la Península Ibérica en la necrópolis fenicia de Ayamonte»
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