José María Cáceres, una emergente figura del cante de solo 19 años

Ana Rodríguez. Tiene solo 19 años, pero lleva desde los ocho trabajando duro para labrarse un nombre en el mundo del flamenco. Él es José María Cáceres, un joven almonteño que este 2015 ha tenido el privilegio de ser elegido en su municipio natal artista invitado para cantar en el X Festival Flamenco ‘Remate de Vendimia’, “por el gran potencial de su voz y por la intención de fomentar los valores de nuestro pueblo y nuestra cultura”, argumentó la organización del evento.

El pasado 2 de octubre, Cáceres se subía al escenario del Teatro Salvador Távora y deslumbraba con su portentosa voz y su talento en una noche mágica que quedará en la retira del público y en el corazón del joven, que recibió, en forma de aplausos, el cariño de su pueblo. “Como almonteño que soy, desde muy pequeño he soñado con poder cantar en este festival que tan buenos artistas trae siempre, por lo que este año me ha hecho gran ilusión que la Peña Flamenca de Almonte haya contado conmigo como cantaor local y haber podido compartir escenario con grandes profesionales y amigos”, afirma José María emocionado.

Precisamente fue la presidenta de la Peña Flamenca de Almonte, Alejandra Almendro, la encargada de comunicarle la decisión de la directiva de la entidad, organizadora del evento, tras ser sometida a votación. Cáceres recuerda que reaccionó con una inmensa alegría, “no me lo creía” manifiesta, “es una gran satisfacción que los vecinos de tu pueblo te apoyen y reconozcan tus años de estudio y esfuerzo en la materia”, apostilla el artista.

Y es que el joven es un ejemplo de tesón y preparación en materia flamenca, un arte al que ha dedicado ya más de la mitad de su vida. Su afición al cante le viene desde niño, cuando su madre le ponía flamenco en la radio y canturreaba las canciones que iban sonando. Compartiendo intereses con ella, no fue muy complicado conseguir que sus padres lo apuntaran a la Peña Flamenca de Huelva y también a clases en la Fundación Cristina Heeren de Sevilla. De hecho, desde los ocho años José María acude casi a diario a la capital hispalense para recibir formación en la citada institución, una de las más prestigiosas de España.

“He aprendido mucho de cante de la mano de profesionales en la materia como puede ser Amparo Correa, Arcángel, Rocío Márquez, Jeromo Segura, Paco Taranto, José de la Tomasa, Juan Reina, Calixto Sánchez, entre otros, en diferentes entidades. Actualmente estoy en el Conservatorio Cristóbal de Morales, donde hago la carrera de Cantaor Flamenco de la mano de artistas de la talla de Laura Vital o Miguel Ortega”, indica Cáceres.

Siendo aún un niño, el almonteño hizo sus pinitos en la televisión, ya que participó en el concurso ‘Se Busca Talento’, en el programa ‘Menuda Noche’ y gravó un espacio de la mano de Miguel Poveda como padrino artístico.

En la última década, José María también ha participado en infinidad de certámenes, como El Yunque Flamenco, el Festival de las Minas de la Unión, Antonio Mairena o el Concurso Soleá Naranjito de Triana, entre otros. Asimismo, ha sido merecedor del primer premio en la categoría de Mejores Fandangos de Alosno en el Certamen Nacional Paco Toronjo; primer premio del concurso de sevillanas de Almonte; quedó segundo en el certamen Noches de Bajo Guía y en el que organiza la Federación de Peñas de Sevilla y tercero en el Luz Flamenca en Lucena del Puerto, entre otros.

Al margen de los concursos, el joven ha tenido también la suerte de poder cantar para el baile con la artista Milagros Menjíbar, una experiencia que le ha valido para seguir abundando en la práctica de sus habilidades.

Y es que a Cáceres le gusta aprender de los grandes, escucharlos con atención y quedarse con lo mejor de cada uno para luego llevarlo a su terreno. “Mis referentes en el mundo del flamenco son cantaores antiguos como Antonio Mairena, Manuel Torre, Pastora Pavón (Niña de los Peines), Tomás Pavón o Marchena. Más actuales también están Naranjito de Triana, Paco Taranto, El Tomasa, La Paquera de Jerez, etc.”, reconoce el almonteño.

Asimismo, Cáceres tiene una voz muy versátil que le permite abordar con elegancia cualquier palo del flamenco, aunque se siente más cómodo cuando entona soleás, malagueñas, seguiriyas o canta por Cádiz. “Si tuviera que elegir, no podría decantarme por ningún palo ya que me gustan todos, de ello depende el estado anímico que tenga en el momento de la actuación”, explica.

Cuando los escuchan interpretar, muchos le dicen que se parece a Naranjito de Triana y al Tomasa, aunque se sometió a unas pruebas que determinaron que su voz era más similar a Tomás Pavón. Como él mismo cuenta: “hace un par de años tuve la suerte de participar en un estudio de flamencología realizado por profesores de la Universidad de Sevilla que trataba del análisis de las características y parecido de mi voz con las de los cantaores flamencos de todos los tiempos, saliendo como resultado que era parecida a la del cantaor Tomás Pavón”.

Por otro lado, Cáceres, quien actualmente vive en Sevilla, donde cursa los estudios de Administración y Dirección de Empresas en paralelo a los de flamenco, destaca que para avanzar en el mundo del cante siempre ha contado con un importante apoyo, el de sus padres y su hermano, sus “pilares fundamentales”, que ven con buenos ojos que se dedique a este arte y que siempre lo han acompañado allá donde ha sido necesario.

De cara al futuro, el almonteño admite que le gustaría dedicarse profesionalmente al flamenco, “y poder decir que mi trabajo es cantaor”, algo para lo que lleva preparándose toda la vida. En esta línea, José María afirma que su mayor sueño es “llegar a la cumbre, a lo más alto, y compartir escenario con los más grandes del panorama musical”.

Finalmente, Cáceres reivindica más oportunidades para los jóvenes flamencos que quieren darse a conocer pues, según sus palabras, “hay muchísimos y muy buenos y por no tener ese poquito de apoyo no pueden realizar sus sueños”.
Esperemos que también él cuente con ese empujón y pronto se haga realidad su deseo de subir a un escenario como primera figura. Formación, talento y constancia no le faltan.