Cristina Abad Cabal. Tras la vuelta de las vacaciones nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan un periodo de adaptación para pasar de una rutina más tranquila a la ajetreada jornada que trae consigo el ir y venir del día a día. No es raro que en esta adaptación nos sintamos algo más cansados e incluso tengamos síntomas como dolor de cabeza o fatiga muscular, parecidos a los que provoca un resfriado. Asumir la vuelta a la normalidad se torna complicado en algunos casos, a esto hay que sumarle la cercanía del cambio de estación que está a la vuelta de la esquina.
El otoño está a las puertas y con él, las temperaturas disminuye, llegan las lluvias y las horas de sol son menos frecuentes. Para afrontar estas nuevas situaciones necesitamos fortalecer nuestro organismo, también debemos tener en cuenta la vuelta a la rutina de la que hablamos anteriormente, por ello es imprescindible fijar unos hábitos saludables para depurar nuestro organismo tras las vacaciones y empezar la nueva temporada con energía.
Las frutas cítricastípicas de esta estación que se acerca, son ricas en vitamina C, un aporte que refuerza las defensas para prevenir las gripes y los resfriados propios del invierno. El desgaste físico y mental aumenta su porcentaje al incorporarnos a la jornada laboral de nuevo, para ello podemos añadir a nuestra alimentación: hortalizas de raíz, frutos secos, frutas desecadas, semillas y legumbres.
Es recomendable reducir las comidas y bebidas frías y escoger con preferencia los alimentos estacionales para que el organismo contenga la energía suficiente para seguir un buen rendimiento, se mantenga caliente y se encuentre relajado. Las ensaladas pueden dejar paso a las sopas y las cremas de verduras, mientras que las frutas frescas pueden ser sustituidaspor asadas, en compota y al horno. Uvas, peras, manzanas, plátanos, frutos del bosque (moras, arándanos, grosellas) y granadas son claros ejemplos.
Las verduras y hortalizas también deben ocupar un lugar protagonista en una dieta otoñal. Setas, champiñones, berenjenas, zanahorias, puerros, cebollas, lechugas, escarolas y todo tipo de coles son propias de esta estación. Su función principal es la antioxidante y antiinflamatoria.
Esta selección de alimentos es una muestra para añadir al recetario diario con el objetivo de aportar nutrientes que fortalezcan nuestras defensas y nos den ese plus energético que es imprescindible para solventar los vaivenes diarios.