Rosa Mora. Hace unos años jamás se hubiera imaginado en el puesto de trabajo que hoy ocupa y, mucho menos, viviendo en Basilea, ciudad suiza en la que la onubense María Álvarez reside desde hace cinco meses. El destino es caprichoso e impredecible, pero la joven de 27 años de edad, y natural de Puebla de Guzmán, se muestra feliz y orgullosa por el rumbo de su vida.
Tras residir durante casi cuatro años en Alemania, y después de una experiencia laboral en Barcelona, la onubense, licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, tenía claro desde finales del pasado año que su siguiente parada sería Suiza, país en el que vive su pareja desde el mes de noviembre. Así, decidida a dar el cambio, en marzo aprovechó una oportunidad laboral, y cumpliendo con su objetivo, se trasladó a la ciudad de Basilea, una localidad que según nos cuenta, goza de la fama de ser una de las más soleadas del país centroeuropeo.
A pesar de echar de menos a familia y amigos, la onubense reconoce que son también muchos los aspectos positivos que encuentra al hecho de vivir fuera, “tienes que enfrentarte a situaciones para las que no siempre estás preparada, y esto al final te hace más fuerte”, nos cuenta María. En este sentido destaca que en Huelva “tenemos una sierra y unas playas preciosas, una comida espectacular y gente maravillosa, pero enriquecernos a través de experiencias con otras personas y lugares diferentes, lo considero un lujo que deberíamos aprovechar siempre que podamos”, incide la traductora.
Aprovechamos para conocer mejor a María Álvarez, una joven que adora la lectura, viajar, y organiza además su tiempo de forma que también estudia psicología por la UNED.
– Desde marzo resides en Suiza, ¿Cómo llegas a este país?
– Mi pareja vivía aquí desde noviembre, su trabajo lo trasladó aquí para un proyecto, así que después de algún tiempo en la distancia decidimos mudarnos aquí los dos. Yo vivía y trabajaba por entonces en Barcelona, me puse a buscar trabajo desde allí, tuve suerte, y en varios meses lo encontré, en marzo ya empecé en mi nuevo puesto y hogar casa suizo.
– Zúrich es la ciudad más poblada de Suiza, y puede que la más conocida por todos pero, ¿Cómo es Basilea? ¿Por qué decidiste ir a vivir allí ?
– Es donde mi pareja vivía y trabajaba, pero la conexión con Zúrich es muy buena y es algo muy normal en Suiza. Además, puedo trabajar algunos días desde casa, así que tampoco tengo que conmutar todos los días. Basilea es una ciudad pequeñita y con mucho encanto, dicen que es una de las ciudades con más sol de Suiza, así que supongo que una buena razón para quedarse. Está justo en la frontera con Alemania y Francia, a donde vamos muy a menudo también, es muy internacional ya que aunque es una ciudad pequeña también es la sede de algunas multinacionales suizas, lo que la hace ser más abierta y alegre.
– Y en lo que al trabajo se refiere, ¿Cómo es tu día a día?
– Mi día a día en el trabajo suele ser bastante ajetreado, suelo tener muchas reuniones -parece algo muy normal aquí en Suiza- y conferencias con el resto de mi equipo, pero también es muy dinámico, pues tengo que viajar mucho, y asistir a formaciones y eventos fuera de la oficia a menudo. La temática también es bastante diversa, participo en diferentes proyectos dentro del ámbito de gestión del talento en mi empresa, por lo que no tengo tiempo para aburrirme. Aunque el ritmo de trabajo puede llegar a ser un poco frenético a veces, siempre saco un ratito para tomar un café con mis compañeros, somos un equipo también muy variado, cada uno de un país diferente, por lo que el ambiente es divertido también.
– ¿Te imaginabas cuando comenzaste a estudiar Traducción e Interpretación que llegarías a trabajar en un lugar como el actual?
– Para nada, cuando empecé la carrera de Traducción e Interpretación me veía traduciendo o interpretando toda mi vida, rodeada de diccionarios y bases terminológicas, pero supongo que las diferentes experiencias académicas y laborales me ayudaron a conocerme mejor a mí misma y conocer otros ámbitos que me hicieron replantearme que es lo que quería llegar a hacer y donde sería feliz.
– ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
– Me gusta mucho leer -el tren de Basilea a Zúrich es la excusa perfecta-, viajar, en verano ir a la playa – o río o lago en su ausencia, pues «aquí no hay playa” como dice la canción-, y últimamente me estoy aficionando al senderismo. Este invierno haré mi primer curso de esquí, a ver que tal se me da…
– Suiza no ha sido tu primer destino en el extranjero, ¿en qué otros países has vivido?
– Primero me fui a Inglaterra dos veranos a hacer cursos de inglés, pero el país donde he pasado más tiempo a parte de España ha sido Alemania, ahí viví alrededor de cuatro años.
– Para muchos jóvenes que actualmente residen en el exterior, la Beca Erasmus fue para ellos un punto de inflexión, ¿Qué supuso para ti?
– Pues puedo decir que para mí también lo fue. Creo que aún seguiría calificándolo como ‘el mejor año de mi vida’. Te permite conocerte mejor, plantearte lo que hasta entonces pensabas que era lo “normal”, conocer a mucha gente que pasa a ser tu familia, en definitiva te enriqueces en lo personal, profesional y académico, y esto es algo que pocas experiencias pueden ofrecer.
– ¿Qué balance haces de tu experiencia en Suiza hasta el momento?
– Bastante positiva, creo que ya pasé el periodo de adaptación, aunque me siga costando recordar algunas de las muchas reglas que tienen. Me gustaría conocer a más gente de aquí, pues a los extranjeros a veces nos resulta complicado aunque hables su idioma, pero supongo que esto irá pasando poco a poco.
– ¿Qué añoras más de Huelva?
– Pues aunque suena a tópico: la familia, los amigos, el sol, la playa y, por supuesto, la comida y la alegría andaluza.
– ¿Lo mejor y lo peor de vivir fuera?
– Lo positivo diría que desde el punto de vista personal, te enriqueces al conocer otras personas, otras culturas y costumbres, tienes que enfrentarte a situaciones para las que no siempre estás preparada, y esto al final te hace más fuerte. Desde el punto de vista profesional, las posibilidades en cuanto a desarrollo y condiciones laborales.
La parte más negativa está relacionada con la pregunta anterior, al estar fuera puedes tener la impresión de estar perdiéndote cosas y momentos que no puedes compartir con tu familia y amigos, y también el sentirte más sola al principio hasta que haces amigos y construyes tu día a día. Pero supongo que al final lo importante es hacer balance, y que éste sea positivo.
– ¿Te planteas volver a España?
– Por supuesto, aún no tenemos fecha, pues es algo que vemos más a medio o, quizás más bien, a largo plazo. Aunque no creo que fuera a Huelva, pero espero que sí por Andalucía.
– Por último, un mensaje a los onubenses.
– Pues quizás mi mensaje sería recomendarles que se planteen una experiencia en el extranjero, que no tengan miedo, la mayoría de las veces somos más fuertes de lo que pensamos y las razones que nos atan a no movernos a veces son más flexibles de lo que creemos. Sin embargo, también hay que ser cauto, y diría que si alguien se plantea irse a trabajar a otro país, que trate de dominar más o menos el idioma y empiece a hacer contactos y buscar trabajo desde España, así se evitan sorpresas desagradables y frustraciones. También les animaría a que sigan viajando, conociendo gente, nuevos lugares y nuevas culturas. Por supuesto, tenemos unas playas y una sierra preciosa, una comida espectacular y gente maravillosa en Huelva, pero enriquecernos aún más a través de experiencias con otras personas y lugares diferentes lo considero un lujo que deberíamos aprovechar siempre que podamos.
– Gracias y mucha suerte.
– Muchas gracias.