Ana Rodríguez. Obras son amores y no buenas razones… reza el sabio refranero español. Eso precisamente, actuar, es lo que ha hecho el matrimonio onubense compuesto por Mari Ángeles y Rafael, una pareja que tiene cuatro hijos biológicos de entre 21 y seis años, y que no ha sido capaz de permanecer impasible ante una realidad de la que todos somos conscientes, pero ante la que muy pocos se atreven a mover ficha: el desamparo de los menores.
Desde hace un tiempo, Mari Ángeles y Rafael dan cobijo a una niña pequeña que necesitaba una familia de acogida para evitar ingresar en un centro de menores. Es lo que se denomina un acogimiento de urgencia, el cual se produce cuando, por diversos motivos, los padres biológicos no pueden hacerse cargo de sus hijos y éstos pasan a estar bajo la tutela del Estado.
En estos casos, si los niños tienen menos de siete años, la Administración solicita a sus entidades colaboradoras en las diferentes provincias –Alcores en el caso de Huelva– que busquen familias de urgencia, es decir, familias que estén dispuestas a hacerse cargo de la criatura durante un periodo de entre seis y nueve meses. Así se evita que el menor vaya a un centro, a la par que se le proporciona a sus progenitores o familiares un tiempo para regular su situación y recuperar a sus hijos. Durante este periodo, los pequeños no pierden el contacto con sus verdaderos padres, ya que se organizan visitas para que mantengan este vínculo.
El citado matrimonio onubense es la primera vez que vive esta experiencia, que les está marcando profundamente, pues les ha sacado de su “comodidad” cotidiana para intentar ayudar. “Yo había oído que hay niños que necesitan familias”, explica Mari Ángeles, “y cada vez que veía algo relacionado con este tema sentía una inquietud que me estremecía por dentro. Un día, vi un folleto de Alcores en casa de una amiga y lo cogí, llamamos y nos dieron cita y allí que nos presentamos con nuestros cuatro hijos”.
Tras recibir toda la información relativa a las modalidades de acogimiento, la pareja escogió, por ser la más viable para ellos, la de urgencia y la solicitaron a través del Servicio de Protección de Menores. Finalmente, la Junta de Andalucía derivó el expediente a Alcores y la entidad elaboró un estudio de idoneidad de la familia formada por Mari Ángeles y Rafael, un análisis cuyo objetivo es garantizar que ambas partes implicadas en el proceso de acogimiento estarán bien durante el periodo que éste dure.
“Nos preguntaron por nuestras vidas, cómo nos conocimos, visitaron nuestra casa, hicieron un pequeño estudio económico… todo ello para ver la idoneidad. Luego nos dieron charlas formativas y, en dos meses, pasamos de echar la solicitud a tener a la pequeña en casa, lo cual demuestra que la Administración, cuando quiere, se da prisa”, asegura Rafael.
La pequeña que los onubenses tienen en acogida se adaptó muy bien desde el primer momento, como si los conociera “de toda la vida”. Cuando fueron a recogerla la montaron en el coche y se quedó dormida y, una vez en la casa, “sonreía y esa misma noche hasta nos bailó sevillanas”, recuerda Mari Ángeles, quien añade que “ya se ha hecho al lugar y expresa con su mirada y su sonrisa”.
Asimismo, los hijos de la pareja han aceptado con naturalidad la decisión de sus padres, de hecho compartían con ellos esa inquietud y son jóvenes acostumbrados a darse a los demás: “los dos mayores son voluntarios en campamentos de verano que organiza Cáritas y la de 14 años también quiere serlo cuando tenga edad. Desean ayudar, así que podemos decir que nosotros le hemos trasladado ese valor a ellos y, a la par, ellos a nosotros”, comenta Mari Ángeles.
En este sentido, cabe destacar que ciertas personas del entorno del matrimonio onubense no han visto con buenos ojos esta valiente determinación, llegando incluso a decirle a Rafael que se iba a “cargar” a sus hijos, una afirmación con la que el padre de familia discrepa plenamente: “no se dan cuenta de que lo que estamos haciendo es inculcar a nuestros hijos valores como la generosidad y la solidaridad. No queremos que sean los primeros de la clase, sino que sean solidarios”.
Críticas aparte, la llegada de este pequeño ángel a casa del matrimonio ha sido un auténtico revulsivo a la monotonía en la que a veces quedan ancladas nuestras vidas. Así, para Mari Ángeles cuidar a la niña ha sido “una bomba” que “nos ha despertado”, y en estos mismo términos se expresa Rafael cuando afirma que “ha venido a espabilarnos del sueño, de la vida cómoda… si no podemos irnos a ayudar a sitios donde hay graves problemas, sí que podemos hacerlo con los que tenemos cerca. La chica nos ha traído la incertidumbre, ha sacudido nuestras vidas y ha hecho que dejemos de mirarnos a nosotros mismos y empecemos a mirar al exterior, a los demás. Creo que si nosotros hemos podido hacerlo, lo puede hacer todo el mundo”.
El momento más temido en esta bonita historia es, por supuesto, la despedida, ese instante en el que la pequeña volverá con su familia y que puede producirse en cualquier momento. “La gente nos pregunta que qué vamos a hacer cuando se vaya. Es cierto que hay que estar muy preparados, porque se le coge cariño, y la vamos a echar de menos, pero hay que ser fuertes y lograr que el miedo a sufrir no frene nuestro instinto de ayudar a que estas criaturas sean felices y estén integrada en una familia en lugar de en un centro de menores. Además, crees que tú le estás aportando lo mejor de ti, pero en realidad son ellos los que te aportan más”, argumenta Mari Ángeles.
A la onubense también le sirve de terapia, en este sentido, hablar con sus hijos e insistirles en que un día, no muy lejano, la niña regresará a su hogar. “Mi hija de seis años, que ahora comparte sus juguetes con la pequeña, dice que no quiere que se vaya, pero le explico que nosotros sólo somos un puente y, al decírselo, también me lo digo a mí misma”, reconoce la madre de acogida.
En los mismos términos se manifiesta Rafael, para quien es equiparable en una balanza el bienestar de la niña con lo que ésta aporta a su familia. “Llegará el momento en que tengamos que devolverla a sus padres, pero ése es nuestro deber, tender un hilo de su historia y luego pasar el testigo para que no se rompa la cadena. Esa incertidumbre nos desestabiliza y nos hace ver que teníamos una vida cómoda”, reconoce el padre de acogida.
Por todo ello, el matrimonio asegura que volverá a repetir esta experiencia, tanto por lo mucho que les está aportando a nivel personal como por la gran necesidad que existe de familias de urgencia en la provincia. Y es que, como narra Mari Ángeles, “mi hija de seis años reflexiona y me dice ‘mamá, ¿te imaginas que yo fuera una niña de acogida?’ Y yo le respondo que seguro que, en ese caso, daría con una buena familia, porque los acoges como si fueran tuyos”.
Asimismo, el matrimonio reconoce que no se ha sentido solo en este proceso de acogimiento, ya que a su lado siempre ha estado Alcores, que sienten como una “nueva familia”, como unos amigos que “nos resuelven cualquier duda y nos dan apoyo”, además de ponerles en contacto con otras familias en su misma situación para que compartan sus impresiones.
Finalmente, estos onubenses mandan un mensaje a toda esa gente “que tiene esa inquietud por acoger pero que por miedo o comodidad no lo hace. Les animamos a que se tiren a la piscina porque es una obra de amor y no hay nada que haga más grande al ser humano que darse al otro. Sabes que ese niño se va a marchar, pero merece la pena que se integre en tu casa como si fuera uno más y no debemos tener miedo a que se vaya a un lugar mejor con su familia futura, porque ese sufrimiento está pagado con creces”.
Modalidades de acogimiento. La Asociación Alcores es la entidad de la provincia de Huelva que informa, asesora, gestiona y acompaña a las personas interesadas en el Programa de Acogimiento Familiar de Menores.
El acogimiento familiar es una medida temporal que permite a niños de entre cero y 17 años en situación de desprotección disfrutar de un entorno familiar y de estabilidad emocional.
Los motivos que llevan a una situación de desamparo son diversos, aunque los más comunes pasan por evitar a los hijos las penurias (económicas, sociales, familiares…) o problemas de sus padres, madres solteras que renuncian a sus vástagos porque no desean seguir a su cuidado, niños mal atendidos, progenitores con falta de habilidades (padres que no han sido cuidados y no saben cuidar), etc.
Además del acogimiento de urgencia, explicado anteriormente, existen otras modalidades. Cuando los pequeños ya se encuentran en centros de menores, las familias pueden solicitar el acogimiento temporal si los niños tienen menos de siete años, o el permanente si superan esta edad. Asimismo, existe el acogimiento profesionalizado, una ayuda a menores con algún tipo de necesidad especial de tipo físico o psicológico.
También son posibles las combinaciones entre estas modalidades, por ejemplo, de un acogimiento de urgencia se puede pasar a uno temporal si la familia biológica no consigue, en el periodo de nueve meses que dura el primero, resolver las carencias que causaron el desamparo.
Por otro lado, cabe recordar que acogimiento no es sinónimo de adopción, pues durante el mismo el menor mantiene el contacto con sus padres y su custodia la tiene el Estado, no la familia de acogida, entre otras diferencias.
Desde Alcores destacan que siempre se procura que el menor permanezca en su entorno más cercano, considerándose éste sus padres, abuelos, tíos, etc. y sólo cuando esto no es posible se recurre a familias ajenas. Además, son muchos los niños que regresan con sus padres o familias extensas después de pasar por casas ajenas.
Por último, desde la Asociación onubense hacen un llamamiento a la solidaridad, ya que necesitan con premura familias acogedoras de urgencia en la provincia de Huelva, hogares que, como el de Mari Ángeles y Rafael, despierten del letargo y reciban sonrisas a cambio de cariño.
Si desea más información de cómo acoger a un menor puede contactar con Alcores en los teléfonos 959 281 674 / 900 701 162.
1 comentario en «La experiencia de Mari Ángeles y Rafael, una familia que enseña a sus hijos qué es la solidaridad a través del acogimiento de una menor»
Gracias a Huelva Buenas Noticias y Mª Ángeles y Rafael por este magnífico reportaje. Nuestros menores os lo van a agradecer.