HBN. San Bartolomé de la Torre se encuentra ya inmersa en plena celebración de sus fiestas patronales, unos festejos que se remontan al nombramiento del santo como patrón local y, por lo tanto, a la fundación del pueblo, según un estudio realizado por Juan Márquez Domínguez, en el año 1589. El culto a San Bartolomé fue probablemente anterior a esta fecha, ya que el estudio del topónimo revela la asociación entre los que veneraban a San Bartolomé y a la antigua torre que se erigía en las proximidades del pueblo.
Junto a la procesión de San Bartolomé que se celebra cada 24 de agosto, la Danza de las Espadas, constituye otra de las señas de identidad de las fiestas bartolinas. Se trata de un baile que data del siglo XVII y que procede de los habitantes castellonenses y leonenses que ocuparon la localidad en siglos pasados. La primera vez que esta manifestación religiosa se interpretó ante los vecinos de la localidad, se hizo para mostrar reverencia al Marqués de Gibraleón. La Danza de las Espadas tiene una fuerte simbología religiosa y guerrera, prueba de ello es que los danzadores bailan frente a los patrones de la localidad, San Bartolomé y San Sebastián, con espadas traídas desde Toledo.
Este baile comparte elementos comunes con las danzas que continúan reproduciéndose durante las fiestas que se celebran en honor a sus respectivos patrones en otros pueblos de la comarca del Andévalo y de la Sierra. A través de movimientos simbólicos y al son de la gaita y el tamboril, los danzadores, con distintos elementos que evocan el origen del baile, muestran reverencia al patrón. Se trata de bailes en los que sólo pueden participar hombres agrupados que exhiben sus valores viriles y su devoción a los patrones. En relación a los rasgos comunes, los danzadores se agrupan en la mayoría de los casos en un número impar y van ataviados de trajes típicos y coloridos en los que se distingue a un guía que se diferencia del resto de danzadores.
Esta celebración bartolina donde destaca la Danza de las Espadas, se encuentra registrada y documentada en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía.