Carlos Arroyo. Gran novillada de Federico Molina. El debutante Rafa Serna acompañó a David de Miranda por la puerta grande. Sin suerte Alejandro Conquero. Plaza de toros de la Merced, en la cuarta y última de las fiestas Colombinas, con tres cuartos de entrada cortos en los tendidos en tarde desapacible, se lidiaron novillos de Federico Molina (Villamarta), correctos de presentación, de variadas capas, encastados, de buen juego en líneas generales, se le concedió la vuelta al ruedo al cuarto de la tarde, para los novilleros David de Miranda, de grana y oro, dos pinchazos y tres descabellos, ovación con saludos; estocada, dos orejas y rabo. Alejandro Conquero, de blanco y plata, siete pinchazos, estocada y tres descabellos tras dos avisos, silencio; cuatro pinchazos, silencio. Rafa Serna, de espuma de mar y oro, estocada, oreja; estocada, dos orejas.
Brillante remate de los festejos taurinos en las fiestas Colombinas con la novillada de Villamarta, con una novillada de bonitas hechuras y sobre todo de buen juego, con casta, movilidad y acometividad. La novillada no fue fácil, ya que tuvo novillos muy encastados que pidieron al carné a los actuantes. La presencia de muchos niños en las gradas fue otra de las noticias agradables, gracias al esfuerzo por parte de la empresa de permitir su entrada gratuita a los tendidos.
David de Miranda volvió a triunfar en el coso mercedario en el cuarto de la tarde, en uno de los momentos de mayor brillantez e intensidad de toda la feria. Tras el buen puyazo de José Cartes, con una buena ejecución de la suerte, el triguereño realizó un quite torero de planta firme en el centro del ruedo por tafalleras rematadas con la revolera que hizo las delicias del respetable. Y a partir de ahí todo fue in crescendo en la faena, con un público entregado a la verdad, al toreo templado y de mano baja en perfecta conjunción con un novillo que también fue a más, en la embestida larga y profunda. El toreo al natural fue roto y sincero, en armonía con un novillo de premio. El epílogo marca de la casa por manoletinas y los ayudados flexionados, completaron la obra que quedará marcada en la historia de la plaza de la Merced. La estocada viajó certera, y se le conceden los máximos trofeos, dos orejas y rabo, premiando también al magnífico novillo, de nombre ‘Acusonero’ marcado con el número 36, con la vuelta al ruedo ante la ovación del público.
El primero de tarde fue un novillo muy encastado desde salida. Embiste con codicia en las verónicas de recibo y pelea en varas. Quita el Miranda en el centro del ruedo por cordobinas con la quietud habitual y brinda al público. Comienza con el pase cambiado, y el novillo le gana la acción en el comienzo. Es un novillo muy encastado y le repone. Va acoplándose con él, hasta que somete al utrero por ambos pitones. No tuvo la brillantez del cuarto, pero la faena es interesante. No lo remata como debiera con la espada, después del epílogo con las bernardinas, saludando una ovación.
Bullicioso Alejandro Conquero en la faena al segundo de la tarde. Remata el saludo con larga cambiada de rodillas en el centro del ruedo, donde también comienza la faena de muleta. Fundamenta la faena en el toreo en redondo, en faena que va a menos. El novillo también es encastado, y tiene peso en la muleta del novillero. Remata la faena con las manoletinas de rodillas. El calvario de la espada hace que se silencie su actuación. El quinto fue el más fuerte de la corrida. Toma dos puyazos excesivos y llega a la muleta sin mucho recorrido pero con casta. Al novillero ya le puede la tarde. No toma vuelo en ningún momento la faena, y de nuevo, la espada no consigue el remate brillante a su actuación.
El debut de Rafa Serna como novillero con picadores fue exitoso. El torero tiene muy buenas maneras, con pinturería y estética, y el oficio que podrá ir adquiriendo le hacen convertirse en un valor de futuro de la tauromaquia en años venideros. El tercer toro fue el más deslucido del festejo. Humillaba menos que sus hermanos y tampoco se desplazaba en demasía, aun así el sevillanos dejó muletazos de buen trazo al natural, sin ligazón. Una buena estocada antecede al premio de la oreja. En el sexto se va a porta gayola en el recibo con la larga cambiada de rodillas, seguidas de toreo a la verónica y chicuelinas. Quita más templado por tafalleras. Cuando se acopla, acaricia el toreo el novillero sevillano. El toro es el más noble de la corrida, aunque se viene a menos en la franela. Muletazos de buen trazo, con enjundia de toreo caro por ambos pitones, aunque va perdiendo intensidad. Otra gran estocada y la faena es premiada con las dos orejas que permiten la salida en hombros de Rafa Serna junto a David de Miranda. Faltó mayor reconocimiento al mayoral de la ganadería, que también debería haber recogido la ovación al final del festejo, tras una novillada de excelente juego y bravura.