José Luis Rúa. Voces del extremo, esa reunión que convoca a los poetas más sobresalientes en la temática de la trasgresión, la crítica social, la lucha pacífica desde la palabra para provocar conciencias sometidas o el deseo de una libertad que parece esfumarse entre las cuatro esquinas de cualquier calle. Una convocatoria que lanza el organizador, Antonio Orihuela, desde un pulpito que siguen cientos de rapsodas en toda nuestra geografía nacional y que cuenta con el patrocinio y mecenazgo de la Fundación Juan Ramón Jiménez, con sede en Moguer.
Y es que desde hace unos días la ciudad juanramoniana ha acogido con especial hospitalidad a estos portadores de la palabra expresada en verso libre, temática casi definida y en sus más diversas exposiciones. Recitales, charlas, foros, performances, han ocupado la actividad de estas gentes que cada año por estas fechas acuden a una cita con un enorme peso específico. Poetas llegados desde cualquier punto de nuestra provincia y atraídos desde toda nuestra geografía, representantes de las tendencias más extremas y la palabras más ajustadas a las reivindicaciones.
Pero este año como quiera que la asociación cultural Crecida de Ayamonte, celebra su veinticinco aniversario, se ha creído conveniente, y dado que la clausura de la misma se hace en el Campo de Canela, en el territorio del poeta de la tierra, Eladio Orta, que el punto y final de la convocatoria tuviera por escenario la Casa Grande de la ciudad. Así es que autores como Diego Sánchez, Dori Campos, Rocío Biedma o Adrián Ballester soltaran en un casi repleto auditorio, sus mejores poemas o sus palabras más reivindicativas.
Y reivindicativo también fue el cante del Niño de Elche, una voz potente y controlada, unas letras acordes con la temática vivida hasta el momento y unas tablas que le convierten en un auténtico referente. Su música, sus letras y su saber hacer hicieron vibrar a los asistentes de manera muy especial, y cuando interpretó su último tema, un poema de Antonio Orihuela “Miénteme” dejó de por vida entre esas cuatro paredes un saber hacer único y personalísimo.
A continuación fueron de nuevo las voces poéticas de Begoña Abad, Manuel González, Patricia Olascoaga o Biel Vila, y finalmente fue Ana Pérez Cañamares junto a sus dulces versos quien hizo entrega de la “casaca del corazón arcaico”, de la que era portadora en el último año, a quien ella designó como merecedor de la misma por su sinceridad poética, su compromiso social, su honestidad y su saber hace y que recayó en la persona de Ángel Calle.
Tras algo más de cuatro horas de poesía y lucha mental, los asistentes se trasladaron al Campo de Canela, donde se procedía a un concierto Ad Hoc, a una proyección de Joaquín Gómez “estructuras poéticas”, a la presentación del número 25 de la colección, la línea inclinada de la editorial independiente Crecida “Un vago temblor de rodillas en el corazón” de la autora Inma Luna para dar paso a un jam poético con participación de muchos de los presentes. La fiesta se prolongó hasta que las garzas y garcetas levantaron el vuelo con el nuevo día y tras haber dejado tras de sí algún rastro de una buena barbacoa regada con la sangría más genuina del lugar.
Y ya solo queda esperar a que a lo largo del año, Antonio Orihuela, vaya reclutando una vez más, algo más de un centenar de voces del extremo que levanten el vuelo cuando el verano más apriete. Eso será posiblemente en el verano del 2016.
Fotos: José Luis Rúa.