Redacción. La diputada de Cultura, Aurora Vélez, ha hecho entrega a la escritora argentina Mariana Travacio del cheque de 6.000 correspondiente al XXII Premio Internacional de Relatos Cortos José Nogales, por su obra Cenizas de carnaval. La diputada ha destacado la carga psicológica y la humanidad de la historia, la de las parejas de ancianos que se siguen el uno al otro en la muerte, con pocos días -a veces horas- de diferencia.
Según ha explicado la autora, la génesis de Cenizas de carnaval es un hecho real que conmovió particularmente a la autora pero que, al mismo tiempo, resume un anecdotario frecuente: “el ¿qué muertes son ésas? ¿Cómo se explican? ¿De qué mueren? ¿De amor? ¿De frío? ¿De ausencia?”.
El relato narra la historia de un hombre que muere después de cumplir la voluntad póstuma de su esposa: que sus cenizas fueran arrojadas a las aguas de su tierra natal. Aurora Vélez señala que “surge de la perplejidad que suelen dejarme esas muertes que suceden un poco alejadas de la ciencia, como si vinieran a recordarnos que también nos podemos morir de amor. Es decir, que nos podemos morir sin que medie una enfermedad, ni un tiro en la sien, ni el súbito afán de ser arrollados por un tren”.
El problema que se planteaba la autora era de dotar a esta pareja no solamente de una singularidad que los rescatara de la mera anécdota, sino también crear, a su alrededor, “una caja de resonancia que amplificara sus ecos, de manera tal que aquello que podría parecer un caso cerrado –anciano muere tras esparcir cenizas de su difunta esposa– abriera no obstante suficientes líneas de fuga hacia otras posibles historias, y el todo ganara así en densidad y, acaso, en empatía”.
En el plano anecdótico, extender artificialmente el hiato entre la partida de la abuela y la del abuelo, a través de un recurso más bien administrativo: la necesaria espera hasta que todos los deudos –hijos, nietos– pudiesen disponer de un día franco en sus trabajos para asistir a la ceremonia de esparcir las cenizas.
El escritor Juan Villa, miembro del jurado, ha señalado que la obra fue elegida por unanimidad y ha destacado, en el plano formal, la estrategia desdoblar el relato en las voces de dos narradores y en un relato dentro de otro: Loprette, el nieto que cuenta con lujo de detalles la historia de sus abuelos; y otra voz, que es la primera que aparece en el relato y será la encargada de evocar la de aquél, y que corresponde a un personaje –el jefe de personal–cuya actitud inicial es diametralmente opuesta a la empatía sensible, pero que poco a poco se irá ablandando, hasta dejarse conmover por el relato de Loprette.
El jurado del XXII Premio Internacional de Relatos Cortos José Nogales estuvo formado por Lara Moreno, escritora onubense afincada en Madrid; Salvador Compán, escritor; Juan Villa Díaz, escritor y profesor de literatura y por Miguel Paz Cabana, escritor y ganador de la anterior edición del José Nogales.
El Premio Internacional de Relatos Cortos José Nogales, de la Diputación de Huelva, está dotado con 6.000 euros y la publicación de la obra ganadora. Es la cuarta vez en la historia de este certamen que el premio cruza el Atlántico hacia tierras americanas, y la segunda que recala en Argentina. A esta edición han concurrido cuentos procedentes de España, Argentina, Venezuela, Alemania, Israel, Estados Unidos, Colombia, México, Suiza, Chile, etc.
Las personas que quieran leer el cuento en versión digital, pueden hacerlo a través de la página web de la Diputación de Huelva.