Ana Rodríguez. Quien haya estado alguna vez en Perú, sabe que uno de los deportes que más pasiones levanta en el país andino es el voleibol. La afición por esta disciplina deportiva es muy grande, casi comparable a la que tienen los españoles por el fútbol. Es por ello que la presencia del onubense Juan Diego García Díaz en la ciudad de Lima no ha pasado inadvertida a los medios de comunicación de aquel país, donde es bastante conocido por ser el entrenador del Club Universidad San Martín de Porres, en la Liga Nacional Superior y, hasta el pasado mes de marzo, también el de la Selección Nacional de Perú Sub 18. Algo así como un Luis Enrique o un Carlo Ancelotti, por hacernos una idea, pero en voleibol.
Juan Diego García es natural de Puebla de Guzmán, donde se crió y estuvo viviendo hasta que se marchó a la capital onubense para estudiar Magisterio por Educación Física. Cuando terminó la diplomatura se mudó a Granada y obtuvo la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en 2004, especializándose en voley. Su formación la complementó con los títulos de Entrenador Nacional de Fisicoculturismo y Musculación y los de Entrenador Nacional e Internacional (nivel II) de Voleibol.
Y es que para García el deporte siempre ha sido una parte muy importante de su vida, una pasión que lo hizo orientar su carrera laboral hacia la actividad física y luego, por un flechazo, al voleibol, una disciplina que desde el primer momento le atrajo “de una manera muy fuerte”. Incluso el onubense fue jugador durante varios años, alcanzando la 2ª Categoría Nacional con el Club Atlético Veracruz de Huelva.
Su trayectoria como entrenador comenzó en la capital granadina, donde ejerció desde la temporada 2002/03 hasta la de 2006/07. Primero, con el equipo femenino C.D.U. Granada, en 1ª División Andaluza, y luego con el Grupo C del C.D.U. Granada, también femenino, en 1ª División Nacional. Más tarde pasó a las formaciones del Club Deportivo Universitario en Superliga Masculina y en liga FEV femenina, logrando siempre que sus equipos ganaran los campeonatos andaluces y nacionales universitarios.
Aparte de su labor como entrenador y preparador, también se convirtió en profesor de cursos de nivel I y II para entrenadores de voleibol, así como en director de la escuela provincial de entrenadores de la Delegación Granadina de Voleibol y en entrenador del Plan Nacional de Tecnificación Deportiva de la Real Federación Española de Voleibol.
Tras pasar por el valenciano C.V. Almoradí, en Superliga Masculina y por el C.A.V. Murcia y el Palma Volley, ambos en Superliga Femenina, un día Juan Diego recibió una llamada que le haría viajar muy lejos y cambiaría por completo su futuro. “En 2010 una jugadora peruana, contra la que había jugado en la Liga española, contactó conmigo para que hiciese en la Selección Senior de su país las labores de preparador físico, scout y asistente de cara al Mundial de aquel año”, explica el de Puebla de Guzmán.
El resultado fue bastante bueno. Las chicas quedaron segundas en la clasificación de la IX Copa Panamericana y de la III Final Four en Tuxtla-Gutiérrez, además de 15º del mundo en Tokyo. Así se dio a conocer el onubense en Perú, donde su trabajo gustó mucho y su nombre quedó en la memoria de los responsables de este deporte en el país andino.
De esta manera, Juan Diego consiguió aquella temporada el puesto de primer entrenador del CD Géminis peruano, que jugaba en la Liga Nacional Superior Femenina, y desde entonces su vida nunca ha dejado de estar ligada al voleibol de este país, ni siquiera en los siguientes años en los que regresó a Europa.
En este sentido, mientras el onubense se convertía en segundo entrenador, preparador físico y scout en Superliga Femenina con el CV Haro (La Rioja) y con el CV Diego Porcelos-Universidad de Burgos en temporadas consecutivas y en entrenador del Equipo Nacional Español Senior femenino, también realizaba las labores de asistente y scout del Equipo Nacional Peruano Junior femenino. Además, el profesional llegó a ser primer entrenador del equipo belga Volley Guibertin, en Liga A.
El salto definitivo al otro lado del Atlántico llegó en 2012, cuando el Club Universitario San Martín de Porres solicitó los servicios del onubense, al principio como primer entrenador del equipo femenino y, a partir de 2014, también del masculino, ambos en Liga Nacional Superior, la máxima categoría. “En 2013 me incorporé como entrenador de la Selección Sub 18, a la que he preparado hasta marzo de este 2015, compatibilizando este cargo con el de mi club”, explica Juan Diego.
El San Martín de Porres le está dando muchas alegrías al onubense, pues además de estar en la máxima categoría nacional, este 2015 ha debutado a nivel internacional jugando el Campeonato Sudamericano de Clubes, una oportunidad que se les ha presentado gracias a que el pasado año quedaron campeones de Liga.
El onubense pone de relieve la gran afición que hay en Perú al voleibol, asegurando que “es, junto con el fútbol, el deporte más popular del país. Tiene muchísimos seguidores. Este año jugamos la final en un pabellón de 5.000 espectadores que estaba repleto y fuera se quedaron unos 2.000 porque se agotaron las entradas. Incluso hay reventas en los partidos importantes y la gente puede llegar a pagar más del doble del precio inicial”.
Siendo una disciplina tan popular, los jugadores y entrenadores de los equipos son muy seguidos por los forofos, habiéndose convertido este puebleño en un personaje ‘famoso’ del ámbito deportivo peruano. De hecho, él mismo reconoce que “sí que soy conocido, y cada vez más porque aquí el voleibol tiene mucha difusión, tanto en medios escritos, como en televisión. Muchos de los partidos los suelen poner en directo en la tele. Así, cada vez me conoce más gente y sientes eso de que te reconocen cuando vas por la calle, el supermercado, algún restaurante…”
Pero el reconocimiento público no afecta a este onubense, que se siente cómodo y afortunado con su vida en Lima, donde ha encontrado “gente buena, cálida y acogedora, equiparable a los andaluces, que me han abierto las puertas de sus casas”.
El que esté a gusto no quita que, lógicamente, Juan Diego eche de menos su casa, a su familia y amigos, a los que no ve desde 2012, cuando visitó España entre los meses de mayo y agosto movido por su labor como asistente dentro del grupo técnico de la Selección Española de Voleibol.
Actualmente, el onubense está centrado en organizar las categorías de base de su Club para seguir creciendo y planificando algo que le llena de ilusión, un viaje de vuelta a casa para pasar unas buenas y merecidas vacaciones.
Aunque su presencia en Perú parece que va para largo, García asegura que está dispuesto a trabajar en cualquier parte del mundo, aunque sabe que las ofertas siempre dependen de los resultados obtenidos.
Por lo pronto, el puebleño continuará acrecentando su fama en Iberoamérica, donde ya se ha convertido en un entrenador de Primera.