Redacción. La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Moguer emprende el jueves 21 de mayo su camino hacia la aldea almonteña tras la tradicional misa de romeros que tendrá lugar a las 8.00 horas en el recinto ferial. La noche previa la cita será en la casa de los mayordomos, donde estarán expuestos el carretón y su Simpecado.
Antes de adentrarse en las arenas del camino para renovar ese compromiso de fe y devoción con la Blanca Paloma, el pueblo de Moguer podrá disfrutar del emotivo acto de vigilia del Carretón, una tradición que anuncia en la localidad la inminente llegada de la Romería de Pentecostés, y que se convierte de alguna manera en la primera parada de la Hermandad en su peregrinar a la aldea.
El hermoso carretón que, tirado por los bueyes de Cascarilla, porta al Simpecado, será trasladado poco antes de las 21.00 horas desde la sede de la filial hasta la casa de los nuevos mayordomos, la familia Cadena Ledesma, ubicada en la calle Jara, donde ofrecerán una copa a su pueblo; un pueblo que cuenta ya las horas para disfrutar de esa mágica mañana de jueves en la que Moguer se reúne en hermandad para acudir puntual a su cita con la patrona de Almonte.
Volverá a compartir esta explosión de fe y devoción con los peregrinos moguereños la Hermandad de Madrid-Barajas, un miembro más de la gran familia rociera de la ciudad del Tinto, que fue amadrinada hace años por la filial que preside en su primer Rocío, Francisco Cruz.
Tras la misa de romeros, se inicia un camino que cuenta entre sus momentos más emotivos la parada que realizará la Hermandad en la ermita de Montemayor para despedirse de la Patrona de Moguer, en torno a las 11.30 horas. Por delante quedan dos días de intensa convivencia entre una comitiva de más 3.000 personas que comparten en un ambiente mágico e irrepetible el mismo sentimiento de amor a sus raíces, el orgullo de pertenecer a una hermandad centenaria y la satisfacción de poder recorrer juntos el camino que les llevará a las plantas de la Blanca Paloma.