Paula Crespo. En apenas unos meses y a sus 29 años el dibujante de cómics onubense Antonio Hitos ha conseguido situarse con su primera novela gráfica en la esfera de las principales editoriales y medios especializados en cómic de España. Aún en proyecto, su primer trabajo propio y de envergadura Inercia recibía el VII Premio Internacional de Novela Gráfica FNAC-Salamandra antes de ser ver la luz en octubre y a día de hoy sigue acaparando elogios de público y crítica, convirtiéndose en todo un fenómeno de ventas.
De hecho aún sigue promocionándose junto con una exposición itinerante con originales de la obra y explicaciones del proceso creativo que ya ha viajado por Sevilla, Madrid, Zaragoza y Barcelona -donde se encuentra actualmente-, y cuyo próximo destino será Valencia.
Todo esto aún sorprende a este artista de Huelva, afincado en Barcelona desde hace siete años y que se encuentra estos días en la capital onubense con motivo del IX Salón del Cómic que se celebra en la capital y a donde ha venido a presentar Inercia como uno de los grandes nombres del panorama actual: «La verdad es que estoy gratamente sorprendido y muy contento. Sobre todo por lo incierto que es todo durante el proceso creativo. No es que pensara que se iba a quedar en un cajón, siempre pensé que alguna editorial lo querría. Pero la verdad es que nunca pensé que iba a funcionar también. Hice el cómic que quería hacer. Por eso la satisfacción es doble porque he hecho lo que me apasiona y encima he tenido una muy buena respuesta de público y crítica».
A pesar de que en algunos lugares como el Salón Internacional del Cómic de Barcelona -donde también ha estado nominado como mejor autor revelación y su novela como mejor obra nacional– hayan sido mucho los aficionados a este arte, el del cómic los que le han reconocido y se han acercado para que les firmara ejemplares de su libro, Antonio es un chico tímido, que rehuye los flashes y los protagonismos y que supo a muy temprana edad que el cómic era lo suyo: «Dibujo cómic desde siempre, desde que era muy pequeño. Aún no sabía escribir, así que dibujaba las viñetas y luego le pedía mi madre que rellenara los bocadillos con letras. Es mi pasión, un vehículo a través del que expresarme y contar historias. Me he ido profesionalizando poco a poco, primero con los fanzines y otros trabajos de corte más comercial, luego publicando en revistas de cómic de tirada nacional y así hasta Inercia. Pero esto solo acaba de empezar. Es una carrera de fondo en la que tengo que ir poco a poco sumando obras para tener un bagaje y una trayectoria más densos».
Sus primeros pasos en el mundo del cómic los dio precisamente en Huelva, junto con la asociación Seis Viñetas que organiza el Salón del Cómic onubense y el fanzine muCHOCOmi, antes de marcharse a Sevilla a estudiar Comunicación Audiovisual, por eso y aunque se confiesa poco romántico, reconoce que «venir a Huelva a este evento es bonito, es como cerrar el círculo. Vengo a mi casa, con mi familia, conozco a los organizadores desde que era pequeño y encima con la mejor excusa posible que es mostrar mi trabajo».
Un trabajo que se ha distribuido en España y Latinoamérica y con el que Antonio reivindica entre otras cosas que el arte del cómic, en el que se integra la novela gráfica, se equipare a la literatura y no se absorbida por esta: «Es una aberración tratar de integrar el cómic en la literatura para dignificarlo. El cómic no necesita ser buena literatura, es narración gráfica. Aunque tenga hábitos de consumo iguales a los de la literatura, ésta no debe absorberlo. Sí que es necesario que se introduzca en librerías y plataformas generalistas y tenga un espacio cada vez mayor y más digno para equipararse a la literatura en cuanto a posibilidades crativas para poder llegar a un público más amplio. Esa debe se la lucha. Afortunadamente se está invirtiendo la tendencia y ese complejo de inferioridad que el cómic tenía con respecto a otras artes se está perdiendo y se está creyendo que tiene entidad propia y suficiente y que no necesita pasar por literatura. Esto se debe a que en los medios de comunicación en los que trabaja gente joven se le está dando más cancha en la sección de cultura de forma cada vez más habitual».-
– ¿Con qué te quedas de todo lo que te está suponiendo Inercia?
– Primero con los comentarios y el feedback que he tenido en el Salón del Cómic de Barcelona. No he parado de firmar y la gente que se acercaba me decía que les había gustado la obra por cosas muy distintas. Ha sido muy agradable. En lo profesional me quedo con el hecho de poder comprobar cómo las ideas, las estructuras y los elementos más técnicos como una retícula de nueve viñetas o una página completa tienen un efecto directo sobre el lector. Me quedo con haber visto que ideas que tenía muy claras han funcionado razonablemente bien. Y como decía antes con la doble satisfacción de haber hecho lo que quería y que haya gustado.
– ¿Casaban esas opiniones con tus intenciones narrativas?
– Algunas sí y otras para nada, pero todas las opiniones son válidas. Yo he hecho lo que me ha salido sin pensar a quién quería dirigirme y desde que la obra llega a la imprenta, ya no me pertenece, ya es del lector, así que todas las visiones son lícitas. Además yo quería que Inercia fuera así: abierta, por eso tiene una arquitectura neutra y ambigua, no es ningún sitio concreto. Tiene elementos que pertenecen a lugares comunes tanto físicos como emocionales. Es una obra que aunque no es política muestra un estado de ánimo concreto: la desidia juvenil y adolescente ante una situación de precariedad e inestabilidad económica y política concreta. Pero es ficción y no me gusta que una obra de ficción tenga una dirección emocional marcada que lleve al lector a un sitio concreto, prefiero que cada uno se sitúe y se sienta donde la historia le lleve.
– ¿En qué estás inmerso ahora mismo?
– Desde que acabé Inercia en junio d 2014 estoy con un nuevo trabajo entre manos, del que ya iban saliendo cosas mientras cerraba la primera obra y que no tenían cabida o no casaban en ella. Lo de ahora es una historia de marcianos con un desarrollo narrativo más importante y que me ha requerido un gran trabajo de estudio y documentación. En cualquier caso ya estoy dibujando a tope y me siento más suelto y muy cómodo con todo lo que he aprendido con Inercia. Ha sido un proceso de ensayo-error que me ha servido para mucho. Ahora quiero llegar más lejos. He descubierto cuál es la aplicación real de elementos como el color o la estructura de las páginas y me siento más suelto.
– ¿Cómo es el proceso creativo de un cómic, desde que surge la historia y se plasma luego en el papel?
– No creo que sea distinto a una película, un libro o un disco, el cómic es solo el medio el vehículo a través del cual articular la historia. Supongo que es igual que un músico que compone sus partituras. En mi caso en Inercia he ido poco a poco. Las semillas del libro eran como páginas sueltas, inconexas porque las hacía mientras trabajaba en otras cosas por encargo y más comerciales, para no olvidarme de que también sabía hacerlo a mi manera. Entremedias me fui a Inglaterra donde trabajé en una tienda de deportes vendiendo zapatos. Entonces decidí que tenía que darle una forma compacta a todos aquellos fragmentos. Tiré todo a la basura y me quedé únicamente con los códigos estético-narrativos que iban a cohesionar la obra final, como por ejemplo el color o la arquitectura. Cuando estaba en Inglaterra me fijaba mucho en la arquitectura y eso lo he reflejado luego en Inercia.
– Dices que se tardan como dos años en construir una historia de 100 páginas, ¿qué fases atraviesa el autor en ese tiempo?
– El proceso creativo es como una montaña rusa emocional y depende de lo saturado que vayas ves lo que vas haciendo mejor o peor.
– ¿Qué opinión te merecen eventos como el Salón del Cómic de Huelva?
– Muy bien. Es muy necesario que haya eventos de estas características que estimulen culturalmente la ciudad y en los que se dé a conocer este medio de expresión cultural. En cualquier caso creo que tanto aquí como en otros sitios debería haber otros encuentros centrados únicamente en el cómic en sí, en la obra o en el autor, aunque fueran eventos menos populares. Así lo hacen por ejemplo en Angoulême, en Francia, en un festival muy idílico dedicado solo al cómic donde puedes encontrar obras más comerciales y otras más de autor, más underground. También en Barcelona se va a celebrar ahora el Gutterfest, más enfocado en el cómic y en los fanzines que el Salón Internacional del Cómic, que es más masivo.
Antonio Hitos está estos días en Huelva participando en el mencionado IX Salón del Cómic, que se celebra en la Casa Colón y en el que hay reproducciones de su obra expuestas en una muestra en la que también hay trabajos de los otros dos grandes nombres del encuentro: Miguel Gallardo y el youtuber Loulogio.