Carlos Arroyo.
Plaza de Toros del Descubrmiento, Palos de Frontera, con casi lleno en los tendidos en tarde desapacible, ventosa y amenazando lluvia, se lidiaron toros de José Luis Peresa y ‘La Dehesilla’, con buen juego en líneas generales, nobles, para los diestros:
‘Paquirri’, de verde botella y oro, estocada al encuentro, silencio; estocada, dos orejas.
‘El Fandi’, de berejena y oro, estocada y dos descabellos, oreja; dos pichazos, pinchazo hondo y dos descabellos, oreja
José Doblado, de blanco y plata, pichazo y estocada trasera, silencio; estocada baja, dos orejas.
Los toreros hicieron un esfuerzo para superar las inclemencias meteorológicas de la tarde. Un vendaval que hacía complicada el manejo de los engaños, haciendo complicado someter a la buena corrida de José Luis Pereda, sobre todo por su nobleza y bondad.
Francisco Rivera ‘Paquirri’ cuajó una faena limpia al cuarto de la tarde. Antes puso banderillas con riesgo, porque el toro se le venía pronto, con velocidad y le costó ganarle la cara. Solventó con pares al quiebro y al violín. En la muleta, se alternaron buenos muletazos con otros sin mucha ligazón ni ajuste. Fundamenta la faena por el pitón derecho. Lo mejor, una buena estocada. En el primero de la tarde, frío y apático, no se acopla con el toro, en una faena aseada sin prender.
Sale David Fandila como de costumbre bullicioso en el segundo de la tarde. Lancea de recibo a la verónica y chicuelinas. El toro, como el resto de sus hermanos, pelea en el caballo y se le receta un buen puyazo. Quita el granadino por navarras rematadas con una serpentina. El tercio de banderillas hace las delicias del respetable. La faena de muleta la realiza David fundamenta en el buen pitón derecho del toro. Muletazos de buen trazo al noble de toro de José Luis Pereda. La faena no llega más a los tendidos hasta que no hace uso del toreo más artificioso que en el clásico. Mata de estocada que necesita del uso del verduguillo.
Prácticamente igual guion en su segundo oponente, el que hace quinto. El tercio de banderillas tiene más exposición y el público aclama al torero. El toro encastado, tiene más profundidad en sus embestidas, y ‘El Fandi’ se templa por el izquierdo, con naturales de buen trazo, largos y templados. De nuevo, el repertorio cambia a toreo más tremendista con molinetes de rodillas y en pie para que la faena llegue más a los tendidos. Es lo que el público viene a ver y ‘El Fandi’ nunca defrauda a sus seguidores. No está tan rotundo con la espada como de costumbre, aunque se le concede oreja generosa para que salga a hombros.
El local José Doblado se llevó el lote con más complicaciones de la tarde. El tercero de la tarde le repone, sucediéndose los enganchones. Las condiciones más complicadas del toro, unidos al viento y la bisoñez de un torero que torea tan poco hacen que la faena no coja vuelo. En el sexto se arrebata más el torero de Palos, y aunque la faena no resulta limpia por el exceso de enganchones, sí más sincera, emotiva y entregada por parte del torero. El público lo nota y está con su paisano. El toro tampoco es fácil, suelta la cara y es mirón, pero atiende a los toques. La tarde va en triunfo, y se obvia en el premio la estocada muy baja de efecto fulminante.
En la cuadrilla de José Doblado, ha actuado Raúl Corralejo en su última tarde como banderillero. El onubense de despide de los ruedos. Esta profesión, por desgracia, no le ha devuelto ni una mínima parte de lo que le ha dado él, por su afición, su entrega y su saber hacer cada vez que se ha enfundado el traje de luces. En lo que le depare el futuro a Raúl toda la suerte del mundo, aunque nunca dejará de ser un torero de la cabeza a los pies.
