Redacción. El cementario británico de Huelva será puesto en valor a través de tareas de limpieza, recuperación y apertura el público según reza en un convenio firmado esta mañana entre el Ayuntamiento de Huelva y la Iglesia de Comunión Anglicana.
Según fuentes del área de Turismo del Consistorio, la primera actuación de limpieza, recuperación y acondicionamiento se inició el pasado mes de marzo y una vez finalizadas estas tareas el cementerio se abrirá al público, previsiblemente a partir del mes de junio. En principio, las visitas serán martes y viernes de 11 a 14 horas, así como los sábados y domingos de 11 a 14 horas. Además, previa cita se podrán concertar visitas para grupos.
El concejal de Turismo, Ángel Sánchez ha avanzado que “en las primeras obras se han hecho importantes descubrimientos, ya que de las 60 tumbas que estaban sin identificar se han podido localizar hasta 40”. El resto presentan alguna dificultad, ya que no presentan ninguna inscripción y proceden del cementerio anterior, por lo que será necesario consultar los libros de la Iglesia Anglicana.
El Alcalde, Pedro Rodríguez, ha destacado que “se trata de un acuerdo muy deseado por todos”, ya que “este cementerio es uno de los valores patrimoniales más importantes y, por tanto, un elemento imprescindible de la ruta del Legado Inglés». Asimismo, ha explicado que “las primeras labores de acondicionamiento de este espacio por parte del Ayuntamiento está dejando al descubierto las tumbas de personas conocidas y relevantes de este periodo, como la mujer e hija de Mackay Macdonald o los dos pilotos que murieron en el accidente aéreo de Gibraleón durante la Segunda Guerra Mundial”.
Por su parte, el obispo ha subrayado que “es un orgullo para su Iglesia conservar y mantener sus cementerios, que son verdaderos monumentos y, en este caso, huellas de la cultura inglesa en esta ciudad”. Por eso, “nuestro compromiso por promocionar entre la comunidad británica la existencia de este cementerio en las revistas de la Iglesia Anglicana y en un informe que se ha remitido al obispo de Canterbury”.