Paco Gamero. Lo que no puede ser, no puede ser. Y además es imposible. Por mucho deseo de querer tocar la pelota, por muchas buenísimas intenciones de dominar, de ser quien mande en un partido, si se es blando atrás todo se viene al garete. El Recre pagó caro su escasa resistencia en defensa, sus errores, su idílica y romántica idea de querer jugar al fútbol. Lo hizo sumando una nueva derrota, cuarta consecutiva, ante un Girona que no ganaba fuera de casa desde el 9 de diciembre.
Se puede ser un romántico del fútbol cuando se aprovechan las ocasiones -que se tuvieron-, si no se conceden goles a balón parado -este Recre es un regalo para los rivales-, si se muestra firmeza cuando la pelota merodea el área propia. Si no se cumplen esos mínimos requisitos básicos, eso de la posesión y de tener la pelota es mera propaganda mentirosa. Al Girona le bastó con hurgar en las heridas albiazules para que manara sangre en abundancia, y las buenísimas intenciones de los que vestían blanco y azul se fueran por el sumidero.
En apenas dos minutos todo se vino abajo. Del 13 al 15, el Girona cobró una ventaja determinante en el desarrollo de los acontecimientos. Primero fue el central Richy el que, de cabeza, tras una falta lateral, el que marcó. Nuevo dedo en el ojo al Decano a balón parado; y a casi a renglón seguido, Toni Moral fue quien se aprovechó de un error de la zaga local para encarar a Cabrero y colocar un marcador imposible para el Decano.
Hay que decir que el Recre no bajó los brazos, ni mucho menos, pero el sopapo recibido en apenas dos minutos fue una losa de la que no se levantó. Así Chuli y Jonathan Valle tuvieron en sus botas, en la misma jugada, la posibilidad del marcar -hubiera sido el 1-1-, pero se toparon siempre con Dani Mallo, otra de las diferencias notables del partido.
Dimas, el propio Jonathan y Chuli llevaron cierto peligro al portal catalán, pero sin tino, con poca puntería. Todo esto, con el agravante de que el Girona, cuando se acercaba a la meta de Cabrero, sembraba el pánico. Acuña, por ejemplo, mandó una pelota al palo.
En la segunda parte poco cambió el decorado. La salida al campo progresiva de Zamora, Francis Ferrón y Jesús Rubio poco modificaron el escenario, que seguía siendo el mismo, es decir un Recre que peleaba por un imposible, se acercaba por la portería de Dani Mallo, pero que se veía impotente para meter presión al rival, ni siquiera cuando Fernando Vega, por fin, acertó entre los tres palos de Dani Mallo.
Las esperanzas de remontada duraron apenas ocho minutos. Cuando el colegiado Arias López decretó penalti por unas manos de Pardo. Jandro, que salió en ese instante para tirar el penalti, no perdonó. 1-3, punto final al partido y a las opciones albiazules de pelear por la promoción de ascenso. Como bien dijo un día el actual jefe de prensa del Recre, game over.
RECREATIVO: Cabrero; Cifu (Zamora, 46′), Pardo, Ruymán, Fernando Vega; Dimas (Francis Ferrón, 58′), Matamala, Montoro; Jonathan Valle (Jesús Rubio, 73′), Chuli y Arana.
GIRONA: Dani Mallo; José, Richy, Moisés, David García; Tébar, Luso; Juanlu Hens, Gerard Bordás (Ion Vélez, 80′), Toni Moral (Jofre, 46′) y Acuña (Jandro, 69′).
Árbitro: Francisco Arias López (colegio cántabro). Amonestó a Ruymán (58′), Arana (60′), Pardo (69′), por el Recreativo; y a Toni Moral (14′), Luso (48′), Tébar (81′), José (83′), por el Girona.
Goles: 0-1 (13′) Richy, tras rematar de cabeza una falta lateral botada por Toni Moral. 0-2 (15′) Toni Moral se aprovecha de un error de Ruymán. 1-2 (62′) Fernando Vega, de gran zurdazo tras un pase de Montoro. 1-3 (70′) Jandro, de penalti.
Incidencias: Tarde fresca con algo de lluvia durante el partido. Antes del inicio del choque se le hizo entrega al Recre un trofeo tras ser elegido el Nuevo Colombino por la aficiones rivales, como mejor estadio de Segunda. 4.150 espectadores en la grada.
