ILG. La felicidad es la senda más buscada por todos. Un camino que no siempre es fácil y que en determinados casos precisa de un empuje de autoestima y ayuda para caminar y alcanzar el estado de bienestar personal. El centro Kambalaya trabaja en Huelva para facilitar el crecimiento personal de sus usuarios y acompañarlos en su camino hacia la felicidad.
Una idea que vino de mano de María Mascareña y Evelyn Morales, dos psicólogas onubenses, emprendedoras, que trabajaron para poder conseguir su sueño: ayudar a sus pacientes a ser felices. “La crisis nos llevó a abandonar nuestros sueños y a dedicarnos a otras labores que no tenían mucho que ver con lo que habíamos estudiado”, cuenta María.
Juntas se formaron como psicoterapeutas gestalt (un tipo de terapia que estudia la forma de concebir las relaciones del ser humano con el mundo) y fue durante ese periodo de formación cuando ambas decidieron dedicarse profesionalmente a llevar a cabo distintas terapias que ayudasen a las personas a mejorar su calidad de vida. Querían hacerlo de forma independiente sin tener que depender de contratos, por lo que comenzaron a organizar talleres que tuvieron muy buena respuesta.
En 2013, las dos onubenses montaron Kambalaya, un centro de Psicología y Educación Especializada en Huelva y en la actualidad trabajan potenciando las capacidades personales para el desarrollo personal a través de técnicas y actividades relacionadas con la creatividad y la psicología. “Nuestro trabajo es facilitar a las personas diferentes
herramientas para su crecimiento personal, de forma que las acompañamos en su propio camino hacia la felicidad. A través de diferentes técnicas y herramientas apoyamos a la persona para que pueda sacar aquello que le está impidiendo sentirse a gusto y sea capaz de sentirse plena”, cuenta a Huelva Buenas Noticias María Mascareña, psicóloga del centro Kambalaya.
Al centro onubense llegan personas con distintas afecciones, todas relacionadas con la psicología y la autoestima. “El perfil de los usuarios de Kambalaya son personas que por algún motivo han sentido un vacío en sus vidas o una gran inquietud y buscan algo que les llene y les haga sentir la plenitud”, cuenta la terapeuta. Además, según nos ha asegurado, hay quienes, de forma preventiva, acuden a diferentes actividades, talleres o programas para conocerse un poco mejor y aprender nuevas herramientas personales para utilizarlas en su vida diaria.
Para ello, las dos psicólogas llevan a cabo una serie de actividades encaminadas al crecimiento personal en diferentes áreas y dirigidos a distintos grupos de edad. Por un lado, el equipo de Kambalaya proporciona una consulta de terapia individual, de familia y pareja, además de los distintos programas anuales y talleres en los que trabajan la inteligencia emocional y el crecimiento personal de forma grupal. Para completar sus proyectos,
el centro propone otras herramientas complementarias como son el yoga, biodanza, Chi Kung, Reiki, risoterapia, musicoterapia o arteterapia, entre otras. “Además, gestionamos diferentes formaciones que normalmente no llegan a Huelva, para que la población onubense pueda tener acceso a cursos y profesionales reconocidos a nivel provincial y nacional. Nuestra propuesta de actividades va encaminada a la autoexploración y el autoconocimiento, y para ello trabajamos la creatividad, la confianza, la diversión y la cooperación”, cuenta la psicóloga.
La terapia Gestalt y la psicología humanista es el centro de todas las terapias que se desarrollan en Kambalaya, centran su trabajo en las emociones y aparcan la actividad cognitiva y conductual, aunque no le restan importancia. En Kambalaya apuestan por una metodología basada en las vivencias de los usuarios, a través de la cual mejoraran el
desarrollo a nivel corporal, psicológico, emocional y espiritual. “Además, lo complementamos con bioenergética, eneagrama, técnicas psicodramáticas, programación neurolingüística, técnicas de integración cerebral, entre otros, con el fin de adaptarnos lo mejor posible a la demanda de cada persona”, asegura María.
La principal diferencia de Kambalaya es que, a pesar de su crecimiento, el equipo se muestra cercano con cada uno de los usuarios que recurren a las terapias que se imparten desde el centro. Además de cuidar el interior de cada persona, en el centro se encargan de que cada usuario se sienta como en casa y tenga un lugar en el que relacionarse e interactuar con el resto de personas que día a día pasan por el centro.
Una evocación a los sentimientos y a las emociones para superar conflictos personales es la principal propuesta de las dos onubenses que han conseguido caminar junto a los usuarios de Kambalaya por el camino de la felicidad.