Mari Paz Díaz. Llegar a la jubilación para algunos es un momento de tranquilidad para descansar y disfrutar de las aficiones. Sin embargo, son también muchos los que viven esta etapa con apatía, echando de menos su puesto de trabajo. Sea como sea, en cada momento de la vida es importante encontrar el lado positivo y disfrutar de todo lo que nos ofrece. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en un onubense tan conocido como Patricio Romero Morales, una persona polifacética cuya vida ha sido -y continúa siéndolo- muy intensa. Por eso, a sus 65 años, hemos querido conversar con ‘Patri’ para recordar los momentos más destacados de su trayectoria.
Una vida en la que se puede afirmar que ha hecho de todo. Es más, ha conseguido todo lo que se ha propuesto, aunque reconoce que tiene ‘dos espinitas clavadas’, ya que le hubiera gustado ser fotógrafo de prensa de guerra y hacer el Dakar en moto. Son dos anhelos que no ha podido realizar, pero que pueden considerarse casi anécdotas si repasamos su historia, pues reconoce que «he tenido la suerte de poder hacer lo que he querido y encima me pagaban, así que estupendo».
Desde niño, Patri era un enamorado del mar, por lo que le llamaba mucho la atención el buceo, una práctica muy novedosa en la Huelva de la época. A pesar de ello, desde muy joven se inició en la pesca submarina y acudía cada vez que ponía a practicarlo a Tarifa. Por este motivo, aunque estudió Electrónica en el colegio Funcadia de Huelva, cuando comenzó la construcción de las fábricas del Polo Químico encontró trabajo como buceador.
Según recuerda, «mi oportunidad de trabajar me llegó a través de Antonio Paíno, un onubense amante de los deportes marítimos, que fundó una empresa de buceo para dar servicio a las fábricas del Polo. Muchas firmas francesas vinieron para construir los pantalanes, el puente de Punta Umbría y otras infraestructuras, así que Paíno puso en marcha su empresa, llamada ‘Trabajos y Actividades Subacuáticas (TASA)’. Entonces yo tenía 18 años y como hacía falta mano de obra de buceadores y, entonces yo ya me movía muy bien en el agua, comencé a trabajar con él».
Patri tuvo la oportunidad de trabajar con explosivos, entre otras tareas, haciendo una voladura submarina para retirar los barcos que quedaban abandonados en la orilla de la Ría, a la altura de lo que hoy es la Avenida Francisco Montenegro. Era la primera vez que se llevaba a cabo una actuación de este tipo, utilizándose técnicas únicas en España. También se ofrecía un servicio para limpiar los barcos sin necesidad de sacarlos del agua. Y con ‘Dragados y Construcciones’ trabajó en la construcción del Puente del Espigón de Huelva, conocido como Puente del Burro, y el Muelle de Minerales.
Tras esta etapa, a finales de los sesenta, Patricio comenzó a trabajar durante cuatro o cinco años con la empresa Río Gulf. Su labor se centraba en las boyas de crudo situadas frente a Mazagón, que conectaban con una línea submarina hasta Refinería. Luego, desde Río Gulf, como trabajaba con Texaco, lo mandaron a Ecuador, donde se montó un cuadro de boyas muy similar al de Mazagón. Así que se marchó durante un año y medio a trabajar en terminales marítimos de crudo en una zona denominada Esmeralda. El objetivo de aquel oleoducto era trasladar el crudo hasta los barcos de gran calado que no podían llegar a la costa.
El azar hizo que en 1975 regresara a Huelva para entrar en Bomberos, donde ha permanecido hasta su jubilación hace cinco años. «Mi llegada a los Bomberos fue muy curiosa, porque yo estaba en Ecuador y había venido un tiempo a Huelva de vacaciones. Justo en ese momento un chico se ahogó en el Estero Domingo Rubio durante la celebración de la Romería de Palos de la Frontera y no se encontraba buceador para rescatar el cuerpo. Entonces me encontré con el jefe de Bomberos en la calle y me propuso que entrara en el cuerpo, porque necesitaba organizar un equipo de buceo para los Bomberos de Huelva«, recuerda Patri.
Reconoce que al principio la propuesta no le llamó mucho la atención, porque él se encontraba bien en Ecuador, al tiempo que allí tenía mejores condiciones laborales. Sin embargo, su mujer estaba embarazada y no quería volver a América, porque quería tener al niño en España, junto a sus padres. Así que al final lo convenció para quedarse en Huelva y entrar en Bomberos. «Ahora me alegro -asegura-, puesto que al año siguiente nacionalizaron los pozos de petróleo en Ecuador y todos mis compañeros se quedaron en paro, mientras que lo de Bomberos era para siempre. De hecho, fui el encargado de hacer la selección de personal para crear el Grupo de Rescate Submarino de Bomberos, después de estar dos años buceando solo. Un equipo en el que he estado trabajando durante 35 años». A lo largo de este tiempo reconoce que ha visto de todo. Eso sí, gracias a los cursos de natación ha descendido el número de ahogados en la provincia. En otras ocasiones, ha vivido algunas aventuras, como el rescate de un hidroavión, que quedó atrapado en el pantano situado entre Gibraleón y San Bartolomé de la Torre.
Además, hasta el último día ha permanecido con el casco de bomberos puesto. Y es que nunca le gustó el trabajo de oficina, ni el de segunda actividad. Es más, su jubilación fue casi obligada. «Me daba mucha pena irme, pero era lo mejor. Eso sí, sigo manteniendo el contacto con los compañeros y haciendo algunas prácticas, como buceo de espeleo, pero ya no como trabajo». En sus inicios, en Bomberos de Huelva sólo cobraba 12.000 pesetas al mes. Eso sí, trabajaba en turnos de un día y cuatro de descanso. Estas condiciones le permitieron organizarse en sus días libres para hacer otros trabajos con los que conseguir unos ingresos extra. Así que, en un principio, continuó trabajando en el Puerto de Huelva.
Esa posibilidad de compaginar la labor en Bomberos con otras actividades le facilitó hacer una tarea muy alejada de los rescates: fotógrafo de prensa. De nuevo, la casualidad hizo que fuera así. Tal y como nos explica, «me hice fotógrafo de prensa porque yo venía de hacer senderismo por Castaño del Robledo y, durante el camino, aproveché para hacer un reportaje de la recogida de castañas. Cuando venía de revelar el carrete en ‘Rodri’ me encontré por la calle con Fernando Merchán, que trabajaba entonces en El Correo de Andalucía en Huelva, situado detrás del Ayuntamiento de Huelva y en el que trabajaban otros periodistas como Antonio Manfredi. Ellos vieron las fotos y me las pidieron para hacer un reportaje. A los dos o tres días, Merchán me llamó para que recogiera las imágenes y me propuso trabajar con ellos para cubrir las ruedas de prensa. Y allí empecé a trabajar en el periódico».
Fue tan sólo el principio, puesto que, tras El Correo de Andalucía, el mismo equipo se trasladó a la calle Marina, donde nació el diario Huelva Información, periódico donde ha estado como fotógrafo unos 15 o 20 años en los que ha vivido anécdotas de todo tipo.
Pero su relación con los medios de comunicación no se quedó aquí, puesto que Patri también ha hecho radio y televisión. En primer lugar, poco tiempo después del traslado del periódico a la Plaza de San Pedro, nació en Huelva la emisora ‘Radio Andalucía’, donde hizo un programa llamado ‘Crónica Negra’. Se emitía a las 12 de la noche y, normalmente, conectaba con Bomberos de Huelva, que contaban los sucesos más llamativos. Luego, vino la televisión. Primero en un programa que realizaba junto a Ignacio Fragío en Atlántico Televisión llamado ‘Vive la Aventura‘. Era de emisión semanal y ofrecía aventuras que él mismo grababa. Un programa que fue reconocido con el premio ‘Onubenses del Año’.
Su relación con la televisión continuó después, puesto que en su última etapa en Huelva Información hizo falta un cámara de televisión en ‘Teleonuba’. «Yo no tenía ni idea, pero Merchán me comentó que comenzara como cámara y que poco a poco aprendería -afirma-. La realidad fue que desde el primer día me mandaron solo a una rueda de prensa. Y así aprendí». En total, Patri estuvo unos tres o cuatro años como cámara de televisión. De su etapa en los medios de comunicación, este onubense asegura que «ha sido increíble, porque la actualidad es aventura pura y dura, siempre hay que moverse muy rápido. Todavía recuerdo cómo era cubrir acontecimientos como El Rocío y después mandar las fotografías a través del autobús de Damas. Hoy todo ha cambiado mucho».
En cualquier caso, reitera que siempre ha hecho lo que le gusta. Y es que, además de su faceta laboral, Patricio Romero también cuenta con muchas aficiones. Las más llamativas son la espeleología, la arqueología y las motos. En este último aspecto, Patri llegó a ser piloto oficial de Montesa en Trial en 1965, lo que después dio paso al Motocross y a la Moto Enduro. Una afición que también le ha llevado en ocasiones a participar en algunas competiciones, como el Campeonato de España y de Andalucía, aunque su premio más importante fue precisamente en 1973 en Ecuador, cuando participó en una prueba internacional entre Perú y Ecuador y quedó campeón.
Es una afición que, aunque esté jubilado, no ha abandonado. Todo lo contrario. La mantiene viva y, de hecho, acaba de llegar de Marruecos, país al que acude cada año con un grupo de amigos para recorrerlo de norte a sur, hasta llegar a la frontera con Mauritania.
Una afición que comparte con otras pasiones, como la arqueología. Sí, porque Patri ha colaborado en diversas ocasiones con grupos de investigación y organizaciones dedicadas a este ámbito. Entre otras campañas, ha tenido la oportunidad de estar presente en las prospecciones realizadas cuando apareció el barco ‘El Rayo’ en Matalascañas, procedente de la Guerra de Trafalgar, colaborando con Claudio Lozano, de la Universidad de Huelva.
Más cercanos se encuentran los yacimientos arqueológicos de Huelva, situados detrás de lo que era Nuevas Galerías, donde también estuvo dos meses. También estuvo realizando el primer video que se llevó a cabo de la Fuente Vieja, el acueducto romano de Huelva.
Este tipo de actuaciones le ha llevado a colaborar habitualmente con Diego González de la empresa ‘Anfora’, con la que ha estado en la isla sumergida en el puerto de Isla Cristina o en los pozos hallados en las excavaciones que se llevaron a cabo en el solar que ocupa actualmente la tienda ‘Sfera’.
Un poco más peligrosa es la práctica del espeleobuceo, un riesgo que contrarresta con su experiencia. México; colaboraciones en la exploración en Zarzalones, la cueva sumergida más importante de Andalucía actualmente en exploración, situada en la Sierra de las Nieves, cerca del pueblo de Yunqueras, con Jorge Lopera y David Pérez, cámara del programa ‘Al filo de lo imposible’; la Cueva del Agua de Murcia, la cavidad más peligrosa de España para el espeleobuceo; o las galerías en los alrededores del Castillo del Cuerno (Templario) en Fuentes de León, donde su grupo localizó importantes grutas hoy abiertas al público son algunos de los lugares en los que ha estado.
Todo ello hacen de Patricio Romero todo un aventurero o un amante de la vida, según se mire. Él lo tiene claro: «Yo hago kayak, espeleobuceo, arqueología, buceo y nunca lo dejaré, porque es lo que me gusta. La gente funciona por modas, van cambiando de deporte y yo haré lo que me gusta hasta me muera. Tanto que ahora, por ejemplo, el grupo con el que hago enduro está formado por los hijos de los que antes lo practicaban conmigo».
Una fórmula que parece ser la clave de la eterna juventud de Patri, que aconseja a todo el mundo que nunca deje lo que le gusta. Sí, porque «te sirve para mantenerte. El pararte te mata. El cuerpo es una máquina perfecta que mientras esté funcionando sigue para adelante, pero si la dejas de mover, se oxida. Así, que mientras haga deporte todos los días no hay problema. Y hacer deporte no es cuestión de dinero, porque se puede optar por hacer senderismo o coger la bicicleta. Hay que mantener la curiosidad y tener proyectos de vida. Yo creo que tener metas hace que el cerebro se rejuvenezca. Todo dentro de las posibilidades que tenga cada uno, sin pasarse».
Un espíritu aventurero que parece haber heredado de su madre, «que se apuntaba a un bombardeo», si bien es el primero de su familia que se ha dedicado al buceo y a otras prácticas consideradas más peligrosas. Inquietudes que ha heredado su hijo, que también hace descenso en bicicleta en lugares de nieve y es un gran aficionado a la moto para enduro. Lo único que no ha conseguido es que se apasione por el buceo, «quizás porque desde niño le llevaba a Sagres a practicarlo y eran auténticas palizas, porque allí el agua es muy fría», nos comenta.
En cualquier caso, Patri nos ha demostrado que una vida puede dar para mucho. La clave de todo parece ser hacer lo que más nos gusta a cada uno y no ponernos límites. Un buena lección para todos y cada uno de nosotros. Muchas gracias Patri.
8 comentarios en «Patricio Romero, ‘Patri’, el mejor ejemplo de que la edad no está en el carnet de identidad»
Todo un cran deportista y aventurero. Pero aun es mejor como persona y como compañero de aventura, que esta mas pendiente de la seguridad y de que se lo pase bien sus compañeros que de su propio disfrute.
Sigue asi Patri.
Este hombre es un ejemplo de persona para todo el que lo conoce, saludos maestro!!!
Todo un crack, es un ejemplo a seguir, cualquier actividad que se realize con el se aprende por los cuatro costados, de mayor quiero ser como el, gracias patric por los conocimientos que nos trasmites.
Una pasada compartir contigo lo que sea.
Un abrazo, amigo
Gran amigo mio. Concidiendo en muchas aventuras. Que grande eres. Gran abrazo
A demás de amigo y compañero, un MAESTRO para todos y ejemplo a seguir. Un abrazo.
Gran persona y buen compañero que he podido comprobar en algunas rutas en moto con él. Larga vida Patri !
Hola! Tanto tiempo quiero contactarlo en nombre de su amigo Jacques Vidal, que compartimos tantos recuerdos en ecuador con las motos